La OEA en Honduras: la diplomacia y recuperación de la dignidad

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Néstor Francia*

La resolución sobre Cuba tomada ayer por la OEA es una nítida expresión de los cambios que se están dando en América Latina. Varios aspectos hay que resaltar de ese hecho, y la derrota de Estados Unidos hay que verla desde más de una perspectiva.

Por supuesto, ha sido derrotada no sólo la visión imperial que ubicaba a Latinoamérica como el patio trasero del Imperio y a la OEA como su “ministerio de colonias”, tal como la llamó alguna vez el ex canciller cubano Raúl Roa.

El fin incondicional de la exclusión de Cuba de la organización echó por tierra los grandes esfuerzos que hizo Hillary Clinton para tratar de evitar la resolución o al menos llenarla de condicionamientos. La jefa de la diplomacia gringa puso los pies en polvorosa para no tener que hacer el papelón de aclamar la resolución (el canciller de Colombia no aplaudió, como buen segundón del imperialismo). Pero además ha sido derrotado, más que nadie, el sector más recalcitrante del poder yanqui, que despotricó contra la OEA y exigió que se no se concentrara la Asamblea en ese tema sino en el “caso” de Venezuela. Perdieron el Washington Post y el Miami Herald.

La victoria del grupo del ALBA y particularmente de la diplomacia venezolana, que en un trabajo intenso lograron armar el documento de consenso que acabó con la exclusión de Cuba sin condiciones también debe destacarse.

El vigor de la política exterior venezolana, echando por tierra la matriz que tratan de generar los medios de la derecha, en el sentido de que Venezuela está aislada en el mundo, invirtiendo la realidad de los hechos: tanto en la más reciente "cumbre" de las Américas como ahora en la reunión de la OEA, fue la política norteamericana la que quedó aislada, mientras Venezuela alcanzó apoyos, avances y victoria

Sufrió un golpe certero la conseja mediática de que en Cuba se tortura y se violan los derechos humanos. Ninguna de estas mentiras tuvo eco en la asamblea. Se demostró el creciente espíritu de independencia que recorre a América Latina (Honduras, sede del evento, fue una de las voces cantantes del ALBA en la reunión). El mismo que obliga a algunos sectores del poder imperial a plantearse una reformulación de sus políticas hacia Latinoamérica.

Las indudables virtudes del trabajo diplomático de Cuba a lo largo de los años, que le ha ganado el respeto de la mayoría de los países, como otra forma de resistencia contra el bloqueo y las amenazas imperiales, demuestra ante el mundo que América Latina está encabezando el cambio de época que se manifiesta por doquier, y que nuestro continente constituye la vanguardia mundial de la lucha por un mundo multipolar y por el cese de toda hegemonía.

Estados Unidos tratan de minimizar su derrota. Horas antes de aprobarse la resolución, el subsecretario de Estado adjunto para Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, Thomas Shannon, había declarado en el sentido de que era “prácticamente inútil” intentar alcanzar un acuerdo, debido a lo que calificó como “intolerancia” de algunos países miembros de la entidad hemisférica.

Pero después del traspiés en la OEA, hubo un cambio oportunista del discurso y Shannon calificó entonces la decisión de su país de apoyar la readmisión de Cuba en la OEA como un acto de “habilidad de estadistas” y consideró que a la par de la decisión que abre caminos de participación a Cuba se ha establecido al mismo tiempo, “un camino hacia el futuro, basado en los principios y prácticas de la OEA y del sistema interamericano”, un palabrerío de consolación, sin duda alguna.

Entretanto, Cuba mantiene su posición de dignidad y, mientras saluda la decisión y congratula a los países hermanos, reafirma su decisión de no solicitar su ingreso al organismo. En una nota oficial, el gobierno revolucionario cubano define a la OEA como una institución “llena de una historia tenebrosa y entreguista”, aunque “reconoce el valor político, el simbolismo y la rebeldía que entraña esta decisión impulsada por los Gobiernos populares de América Latina”

* Analista de asuntos políticos.

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