La OEA solita desenmascara su relacón con Venezuela

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Néstor Francia.*

La OEA se está poniendo más sospechosa que nunca, al menos si tomamos en cuenta los años recientes. Son varias las propuestas que allí se manejaron que llevan el sello obvio del antichavismo. Una la hizo el canciller de Colombia, Jaime Bermúdez, quien dijo ayer desde la Asamblea General en Lima, que rechaza todo tipo de intervención en su país.

 

“No puede haber intervencionismo malo e intervencionismo bueno. No podemos aceptar intervención retórica, física y política. Estamos comprometidos con una zona de paz, pero debe haber un compromiso pleno con la democracia”. Esto es, por supuesto, un dardo directo al corazón de Venezuela.

Más peligroso aun su aserto de que “la democracia y la seguridad pasan también por fortalecer la aplicación de la Carta Democrática”. Este es un cuento que coincide plenamente con las aspiraciones de la oposición criolla en el sentido de que se someta  a nuestra Revolución al escrutinio y juicio de la OEA.

Estados Unidos, por su parte, propuso crear una OEA “más fuerte, más enérgica y más efectiva”, así como la “aplicación” de la Carta Democrática y la creación de un relator especial para la democracia. Esta última propuesta sugiere el establecimiento de una instancia títere, del tipo CIDH, para salirles al paso a los gobiernos populares y nacionalistas de América.

Hillary Clinton afirmó que “Deberíamos evaluar directrices más precisas sobre qué constituye una alteración inconstitucional e incorporar los elementos esenciales de la Carta… No hay ninguna prioridad más importante que fortalecer nuestros mecanismos y nuestra cooperación para preservar el estado de derecho, los derechos básicos y el orden democrático”; el orden “democrático” tal como lo conciben los gringos, claro está. Clinton agregó que “Deberíamos evaluar directrices más precisas sobre qué constituye una alteración inconstitucional e incorporar los elementos esenciales de la Carta” ¡Chávez en la mira!
   
Otro tema presente fue el de Honduras, en el cual la derecha del continente, incluido por supuesto el farsante José Miguel Insulza, una de las principales fichas del imperio dentro del plan de legitimar el golpe de Estado (al cual Insulza bautizara hace algún tiempo como “correctivo”), presiona para que se reconozca al golpista Porfirio Lobo sin más ni más. En ese sentido la Asamblea General de la OEA acordó crear un grupo de “alto nivel” que “evaluará” las condiciones que “permitan” el regreso de Honduras al organismo, dijo el canciller peruano, José Antonio García Belaúnde.

Este grupo será designado personalmente por el propio Insulza ¡Zamuro cuidando alpiste!”. Por supuesto, el secretario de Estado adjunto de Estados Unidos para las Américas, Arturo Valenzuela, no cabía en sí de contento: “Se trata de un acuerdo excelente, estamos de acuerdo con él; Honduras viene cumpliendo los requisitos para su readmisión a la OEA”. La canciller Patricia Espinosa, de México, otro gobierno de derecha, calificó como “un paso positivo el hecho de que la OEA se involucre nuevamente en la situación de Honduras para que podamos hallar la forma en que pronto se reincorpore nuevamente a la OEA”.

Pero tampoco es que la derecha la tenga tan fácil con el caso de Honduras. Cualquier decisión sesgada podría provocar una estampida parecida a la que se produjo con la invitación hecha a Lobo para la pasada Cumbre de Madrid. Ya Manuel Zelaya le salió al paso, por medio de una carta pública, a declaraciones fariseas de Insulza con respecto al tema de Honduras.

Zelaya increpó al secretario General de la OEA por sus palabras al inaugurar la 40ª Asamblea de la OEA: “No aceptamos que usted niegue la tragedia que hoy vivimos los hondureños. No puede pedirnos a las víctimas que lo que aquí pasó se olvide. Somos un pueblo exigiendo justicia”.

El ex presidente señaló que no se ha restaurado la democracia en Honduras, donde se han incumplido las resoluciones de la ONU y de la OEA, y los golpistas gozan de privilegios y de cargos públicos. Además recordó que se ignoran los informes de organizaciones que denuncian violaciones de derechos humanos y se encubre a los responsables del golpe de Estado, a quienes se sostiene “como una amenaza para las democracias del continente”.

Los asesinatos en serie de periodistas, obreros, maestros continúan dándose en Honduras, afirmó Zelaya, quien también denunció los despidos de jueces que se mostraron inconformes ante el golpe de Estado, la persecución judicial contra los ex funcionarios de su gobierno y contra los miembros de la oposición y de la resistencia.

El líder hondureño exiliado en República Dominicana criticó que la comisión presidencial de la verdad en Honduras, integrada por golpistas reconocidos, pero no por afectados y víctimas, tiene prohibido investigar la violación a los derechos humanos: “Qué verdad puede ser esa, en la que se oculten los crímenes de lesa humanidad”.

Por otra parte, la derecha impidió que se emitiera un acuerdo de la Asamblea sobre el ataque israelí a la Flotilla de la Libertad. La propuesta de Ecuador contó con el rechazo de México, Canadá y Estados Unidos, y finalmente no fue aprobada.

Los resultados de esta Asamblea General de la OEA confirman que, a pesar de los avances de las fuerzas izquierdistas y nacionalistas en el continente, la derecha sigue siendo muy fuerte, por lo cual insistimos en que se avecinan en América enfrentamientos decisivos y generalizados, más o menos cruentos, según las circunstancias y la correlación de fuerzas continentales mundiales en que se den.

Finalmente nos referiremos al caso de Franklin Brito. El titular de El Nuevo País de ayer es más que elocuente: “Brito se Muere”. Al margen de la inusitada crueldad de este anuncio, propia de mentes desquiciadas como las de Rafael Poleo y su hija Patricia, es claro que forma parte del plan mediático que se está preparando para la muy probable muerte de Brito, según noticias que nos llegan por los caminos verdes sobre la extrema gravedad de este pobre hombre con evidentes problemas mentales, que está siendo utilizado por la oligarquía y su canalla mediática.

Ellos insisten en que al Gobierno no le importa la vida del huelguista, cuando en realidad es a ellos a quienes no les importa, y más bien desean y hasta promueven su muerte, al exigir que se le saque del Hospital Militar, donde se le está prestando asistencia médica aun en contra de su voluntad, porque más importante que ella es la obligación del Estado de tratar de proteger su vida e impedir un lento suicidio. La oposición estaría de plácemes con su deceso, y se está preparando para generar una nueva matriz podrida.

* Analista de asuntos políticos.
 

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