La oposición a Chávez peregrina por Santiago
Esta semana arribará el venezolano Marcel Granier (foto apertura), político y empresario mediático que presidirá un evento empresarial latinoamericano a inaugurarse el jueves 8 en el hotel Ritz-Carlton. Su visita coincidirá con otros esfuerzos por construir en Chile un escenario para la derecha opositora al gobierno de Hugo Chávez (abajo izq.).
Granier encabezará la 14ª asamblea del Consejo Empresario de América Latina (CEAL), en su condición de presidente internacional de la organización. También tendrá un rol el presidente del capítulo chileno, Andrés Navarro, dueño de Sonda, empresa informática transnacional proveedora del nuevo sistema chileno de pasaportes y cédulas de identidad, director de ICARE, presidente de Clínica Las Condes y Fundación Teletón, además de directivo de la Universidad Andrés Bello.
Granier, conocido también por su colaboración con el golpe de estado mediático de 2002 y por su afición por coleccionar automóviles Ferrari, ingresó a la “política” desde que los grandes medios de comunicación de Venezuela y varias ONGs financiadas desde EEUU asumieron el rol que antes desempeñaron los partidos Acción Democrática y Social Cristiano COPEI, hoy desfavorecidos por el electorado y renuentes a participar en elecciones.
Presidente, director general y dueño principal de Radio Caracas Televisión, el segundo canal privado de Venezuela después de Venevisión de Gustavo Cisneros, Granier participó activamente en el golpe mediático del 11 de abril de 2002. En diciembre de ese año forzó la renuncia de Andrés Izarra, quien se negó a actuar contra los principios éticos del periodismo y más tarde fue ministro de Información y Comunicaciones para desempeñar hoy la presidencia de Telesur.
Granier también es lo que hoy la gran prensa corporativa llama un «líder». Por su condición de presidente del Consejo Empresario de América Latina, asistió en noviembre 2004 a la «Cumbre de Líderes» del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico, APEC, que reunió en Santiago a los capitanes de empresas de los 21 países del bloque que controla la mitad del comercio internacional y más del 57% del PIB del planeta. El presidente de este foro empresarial fue Andrónico Luksic hijo.
“MIENTE QUE ALGO QUEDA”
Quizás en esta nueva cita empresarial de Santiago, Granier repita los juicios que emitió a fines de junio en Lima, donde asistió a una reunión convocada por la conservadora Unión de Partidos Latinoamericanos, donde dijo que Hugo Chávez es «un ejemplo nefasto del populismo» en América Latina.
La agencia EFE hizo notar su investidura de presidente de la Confederación Empresarial de América Latina, quizás porque Radio Caracas TV se desenvuelve como si fuera un partido político que consiguió 50 millones de dólares para actualizar sus operaciones y tecnología.
Como si la habilidad parar mentir fuera esencial en la política y en la tele, Granier afirmó en Lima que la administración Chávez «tiene ingresos cercanos al billón de dólares a la semana, recursos que no han sido dedicados a reducir la pobreza crítica, que ha aumentado en los últimos año en un 10%».
Añadió que «el populismo [de Chávez, se supone] aparece como una respuesta equivocada entre la gente que no ha satisfecho sus necesidades inmediatas y a la que no le importa perder su libertad y la vigencia de los Derechos Humanos», en circunstancias que es archi-sabido que Venezuela honra todos los derechos humanos, incluidos la salud, alimentación y educación, a la vez que hace esfuerzos en la vivienda y el empleo, con una libertad de prensa tan amplia que tolera hasta los epítetos más infamntes contra el Presidente, sin que ningún dueño de medio esté en la cárcel.
En la misma dirección apuntan los indicadores de las agencias de la ONU acreditadas en Caracas, que se suponen independientes del gobierno.
La agenda de Granier probablemente intensifique el periplo continental que hace un mes realizó Alejandro Plaz (der.), activista del golpe de 2002, ex director de McKinsey & Company, una consultora vinculada a la CIA, y actual presidente de la ONG “Súmate”, financiada por la National Endowment for Democracy (NED) y la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) de Estados Unidos.
Plaz fue recibido –el 11 de agosto– por la candidata chilena a la presidencia, Michel Bachelet, a quien “informó” sobre la situación política en su país, en un contacto que rehuyeron los otros presidenciables, Joaquín Lavín (UDI) y Sebastián Piñera (RN), pero no así el canciller Ignacio Walker (DC), ni el presidente de la UDI, senador Jovino Novoa, el asesor económico de Bachelet, Andrés Velasco y Gutenberg Martínez, presidente de la Organización Demócrata Cristiana Americana (ODCA) y cónyuge de la ex canciller y candidata a senadora Soledad Alvear (DC).
Se ignora si la candidata presidencial fue sorprendida por los lobbystas de “Súmate” porque tiene acceso a mejores fuentes para informarse sobre la situación en Venezuela.
ESTRATEGIA ESTIGMATIZADORA
La derecha venezolana está empeñada en demostrar que en Venezuela no hay condiciones para “elecciones libres”, tras fracasar en golpes de Estado, huelgas patronales y toda clase de elecciones. Sin definir todavía una estrategia seria en la arena electoral, no le atribuye importancia a ninguno de los nueve comicios que han legitimado a Chávez, estigmatizándolos a todos como espurios, contradiciendo a la OEA y al Centro Carter. Su estrategia en Chile y en el exterior consiste en “informar cómo el Consejo Nacional Electoral (CNE), ilegítimo en su origen e ilegítimo en su desempeño’, ha pasado a llevar la democracia en los recientes escrutinios municipales”, aseguró Plaz –el 9 de agosto– al vespertino La Segunda, de la cadena El Mercurio. “Se registró una abstención histórica del 77, 5% del electorado venezolano”, afirmó Plaz.
Pero esa propaganda descalificadora no impide que todos los sectores de la oposición estén preparándose para la próxima contienda presidencial del 2006. Hoy proliferan candidatos, todos de signo definitivamente derechista, desde la tesorera y vicepresidenta de “Súmate”, María Corina Machado (izq. con el presidente de EEUU); el líder de “Primero Justicia”, Julio Borges; Cecilia Sosa Gómez, el social cristiano Eduardo Fernández, Alfredo Keller, Nelson Lara y el mismísimo Marcel Granier.
También se crean condiciones para lanzar una candidatura que parezca “de izquierda”, pero con visto bueno de EEUU, personificada por Teodoro Petkoff, ex comunista, ex socialista MAS y actual director del diario Tal Cual. El matutino chileno El Mercurio ya aportó su grano de arena con una entrevista a este “eventual candidato presidencial”, poco conocido en Chile, publicada el 29 de agosto bajo el título “No me gusta que se metan con Venezuela”, refiriéndose por igual a Cuba y EEUU.
«No sé por qué se tiene la curiosa percepción de que el único responsable de la relación tensa con EE.UU. es Chávez”, dijo Petkoff en El Mercurio. “Yo creo que los responsables de esta tensión son los [norte] americanos, porque el Departamento de Estado no pierde oportunidad para hacer declaraciones sobre el gobierno venezolano», añadió.
Petkoff se recicló como “escritor” y analista latinoamericano para volver a las andanzas presidencialistas que ya recorrió en los 70, cuando fue candidato del Movimiento Al Socialismo, MAS, desplazando a José Vicente Rangel. Su caballo de batalla con que recorre el país son las presentaciones del libro Dos izquierdas (Alfadil, Caracas, 2005). Hasta Granier suele citarlo: “Entre las fuerzas que aspiran controlar este cambio [en la TV] está lo que Teodoro Petkoff llamó «el chiripero de la izquierda», que mandó mucho durante el gobierno de Caldera…” (http://www.producto.com.ve/194/notas/granier.html).
“ESFUERZOS MANCOMUNADOS”
El Mercurio tampoco pierde tiempo ni oportunidad de disparar contra Chávez. Comentando la exhortación al magnicidio del evangelista Pat Robertson, el editorial “Síntomas inquietantes” del 31 de agosto dijo que toda la culpa es del venezolano: “Podría parecer sólo una anécdota desagradable e insólita. Pero, como síntoma, cobra otro cariz, en cuanto pudiere denotar la alarma que en la opinión estadounidense parece expandirse ante el populismo autoritario de Chávez. Éste no oculta sus intenciones de liderazgo latinoamericano y su caudillismo mesiánico puede llevar a situaciones imprevisibles. Las proyecciones de esto, por desgracia, pueden alcanzar a toda la región. Desde esa perspectiva, no es irrelevante que el repudio público en EE.UU. muestre visos de agudizarse hasta el extremo en que ha caído el referido predicador”.
Ya son de vieja data los esfuerzos concatenados de EEUU, Súmate, el Opus Dei, la ODCA, la NED y otras instancias de “poder fáctico” para trasladar a Chile el tinglado venezolano. Y sobran activistas para la tarea, pero desde la penumbra. El embajador de EEUU Craig Kelly habría solicitado en junio al subsecretario de Relaciones Exteriores, Cristian Barros, la posibilidad de utilizar a Chile como anfitrión de reuniones en búsqueda de alternativas de liderazgo frente a Chávez. Según la fuente, Kelly “pidió que Chile se muestre interesado en generar un nuevo liderazgo en Venezuela y fortalecer a los grupos opositores”. La administración Lagos respondió que considera necesario mantener el diálogo pero no comparte la descalificación a Chávez y a Venezuela como lo central en esas reuniones con líderes venezolanos.
LA “MISIÓN ARRIAGADA”
En julio viajó a Caracas el chileno Genaro Arriagada Herrera (DC). Asistió a un encuentro con “Súmate” promovido por el NDI, sigla en inglés del Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales del partido homónimo (National Democratic Institute for International Affairs), del que es consultor. El temario fue cómo fortalecer a “Súmate” en su demanda de “elecciones limpias” en los comicios de concejales del 7 de agosto, donde la oposición salió maltrecha. También participó en la reunión The International Republican Institute (IRI), del Partido Republicano. Y habrá más “encuentros” porque en noviembre se renueva el parlamento de Venezuela.
Arriagada fue recibido por los opositores más conspicuos: Teodoro Petkoff; Felipe Mujica, secretario general del MAS; y Julio Borges, entre otros. Le sirvió de guía el activista chileno de la oposición derechista Antonio Sánchez –en un tiempo autoproclamado “brazo derecho” de Rudy Cohn Bendit, cuando los días de Mayo del 68 en Francia–. Allí se topó con Otto Reich, quien también asistió al encuentro. Desde la penumbra colaboraron el Opus Dei Internacional, la ODCA y “Participa”, organización de Chile a cargo de Andrea Sanhueza, “hermana” de “Súmate” en el financiamiento NED.
Para algunos observadores de derecha, el gobierno chileno se mantuvo “tibio”, tras los sondeos de Arriagada, y reacio a patrocinar reuniones en Chile, a fin de no comprometer su imagen imparcial ni ser criticado como “inconsecuente” por EEUU. El 4 de septiembre Ricardo Lagos le tiró un balde de agua fría a la campaña inspirada por Washington. En una entrevista publicada por Clarín de Buenos Aires, consideró «inadecuado» el slogan de George W. Bush (y de El Mercurio) que caracteriza a Chávez como “la gran amenaza en la región”.
«Con el presidente Chávez uno está en condiciones de plantear puntos de vista coincidentes o discrepantes, pero indudablemente decir que es una amenaza para la región, no», sostuvo Lagos.
LOS ALIADOS CHILENOS DE LA CAMPAÑA
En los esfuerzos por aislar a Chávez y fortalecer a “Súmate” en la región latinoamericana participa obviamente Condoleezza Rice, afiliada del número en el Opus, al igual que María Corina Machado, a quien introdujo en el despacho de George Bush. Además de su presencia en el Vaticano y en las finanzas mundiales, en la práctica el Opus maneja la política exterior estadounidense e influye hasta en el FBI. La meta es “provocar disrupción en la democracia venezolana, desestabilizarla e imponer una matriz mediática de opinión negativa”, señaló la fuente. Machado ha dicho en privado que Arriagada “la orienta en su trabajo político y le facilita el trabajo con sus vínculos con el gobierno chileno”.
A su regreso de Venezuela, Arriagada publicó una extensa entrevista a Teodoro Petkoff en su página web “Asuntos Públicos”, que no informa a quién pertenece ni quién la financia (http://www.asuntospublicos.org/descargaPDF.php?id=2716&url=a2112_486.pdf).
El multifacético abogado, “cientista político” y “analista” también se desempeña en la secretaría ejecutiva de la instancia “no gubernamental” denominada Comunidad de las Democracias (CdD), que según su sitio web tiene su centro en Corporación Participa, con Genaro Arriagada como Presidente, y Andrea Sanhueza como secretaria Ejecutiva (http://www.cdemo.cl/).
Arriagada fue radical y laico cuando estudió Derecho –en la educación superior pública y gratuita de los ’60, bajo el estado docente establecido por los radicales–, pero pronto se convirtió a la democracia cristiana que ganó las elecciones presidenciales de 1964, con Eduardo Frei Montalva (1964-1970), y arrasó en las parlamentarias de 1965. Fue ministro Secretario General de la Presidencia de Eduardo Frei Ruiz Tagle (1994-2000) que después lo designó embajador en Estados Unidos.
Además, hoy dirige el diario Siete + 7, considerado de izquierda aunque pertenece a una alianza de capital minoritario con Alvaro Saieh, también dueño de La Tercera y La Cuarta y segundo miembro del duopolio que controla la prensa escrita de Chile, con Agustín Edwards Eastman y sus 22 diarios y 33 radioemisoras cobijadas bajo El Mercurio. Influye en Corporación Participa aunque no figura en su staff.
La CdD se auto define como “no gubernamental” pero a la vez afirma que “es una coalición internacional de naciones, cuyo objetivo es promover los principios democráticos y consolidar sus instituciones en el mundo” (http://www.cdemo.cl/). O sea, también es gubernamental.
Según el sitio web, “su evento más importante es un encuentro a nivel de Ministros de Relaciones Exteriores, la Conferencia Ministerial de la Comunidad de Democracias, que se celebra cada dos años”. La última cita se efectuó en Santiago del 28 al 30 de abril de 2005 y aunque fue “no gubernamental” no faltaron ni el canciller Ignacio Walker, ni Ricardo Lagos, quien habló en la inauguración. El próximo encuentro será en Malí, África. La página web no informa quién paga la música.
La “democracia” que promueve la CdD es la que le gusta a EE.UU. Para que no queden dudas, su instancia máxima “se reúne trimestralmente, a nivel de embajadores y/o representantes especiales, en la sede de la Embajada en EE.UU. del país organizador de la Conferencia Ministerial. Con Chile en la presidencia (desde marzo de 2003), se acordó que estas reuniones se realizarían alternativamente en Santiago y Washington D.C”.
Arraigada se quejó que esa democracia no exista en Cuba. Quizás en Mali ya incluya en las quejas a Venezuela: “En muchas partes del mundo todavía la lucha política esencial es por el derecho a la vida, para no ser encarcelados por dar opiniones políticas o por intentar formar partidos; por tener la osadía de reclamar elecciones libres o fundar periódicos no oficiales. Es lo que ocurre, citando un país por continente, en Asia con Burma; en África con Sudán; en el Medio Oriente con Arabia Saudita; en Europa con Belarus; en América Latina con Cuba”, dijo en su discurso ante la Tercera Conferencia Ministerial, en su condición de Presidente de la Reunión No Gubernamental de la Comunidad de las Democracias, que es su título oficial según su sitio web http://www.cdemo.cl/pdf/DArriagada.pdf
Arriagada pertenece a la cúpula que maneja la política chilena desde que los paíes desarrollados, el imperio y los grupos económicos decidieran a fines de los ’80 que administrarían el nuevo modelo mundial neoliberal mucho mejor que los militares. Quedaron obsoletas las dictaduras militares que antes promovió EEUU y en Chile apoyó con entusiasmo el partido Demócrata Cristiano de 1973. La nueva “teoría política” indica que los paradigmas de “libertad” y “democracia” definidos en estos encuentros internacionales hoy son consustanciales al modelo de sociedad de mercado imperante en Chile y a la globalización corporativa que domina al planeta.
LA MANO NEGRA DE LA CIA
Para Philip Agee «no es ningún secreto que el gobierno de los EE.UU. está llevando a cabo un programa de operaciones a favor de la oposición política venezolana para remover del poder al presidente Hugo Chávez Frías y a la coalición de partidos que lo apoya». Agee perteneció a la CIA en los 50 y 60, trabajó adscrito a las Embajadas de EEUU en Ecuador, Uruguay y México, renunció en 1968 y en 1975 publicó su libro “Diario de la CIA” en 30 idiomas; pero escribió cinco libros más y centenares de artículos criticando la política intervencionista de los EEUU y el rol de la CIA.
En un extensa monografía sobre la intervención en Venezuela, Agee explicó que el presupuesto inicial para este programa, diseñado por la administración Bill Clinton e intensificado por George W. Bush, subió de unos dos millones de dólares en 2001 a 9 millones en 2005. Las actividades se disfrazan como «promoción de la democracia», «resolución de conflictos» y » fortalecimiento de la vida cívica», proveyendo dinero, capacitación, consejo y dirección a una amplia red de partidos políticos, ONGs, medios de comunicación, sindicatos y empresarios determinados –todos– a terminar con el proceso bolivariano. El programa alienta propósitos de corto, mediano y largo plazo, y se adapta fácilmente a los cambios en el proceso político venezolano en constante flujo, escribió Agee.
La intervención política de EEUU en Venezuela es un programa más entre varios que levantan en el mundo principalmente el Departamento de Estado (Department of State, DS), la Agencia para el Desarrollo Internacional (Agency for International Development, AID), la Agencia Central de Inteligencia (Central Intelligence Agency, CIA) y el Fondo Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy, NED).
El NED, escribió Agee, posee cuatro fundaciones asociadas: el Instituto Republicano Internacional (International Republican Institute, IRI) del Partido Republicano; el Instituto Nacional Democrático (National Democratic Institute, NDI) del Partido Demócrata; el Centro para la Empresa Privada Internacional (Center for International Private Enterprise, CIPE) de la Cámara de Comercio de EEUU; y el Centro Americano para la Solidaridad Internacional Laboral (American Center for International Labor Solidarity, ACILS) de la
Federación Americana de Trabajo-Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO), la central sindical nacional de EE.UU. Además el programa cuenta con el apoyo de una red internacional de organizaciones afines.
Las organizaciones estadounidenses operan a través de oficiales de la AID en la Embajada de EEUU en Caracas y de tres oficinas «privadas» bajo control de la Embajada: una del IRI (establecida en 2000), otra del NDI (2001) y la tercera de un contratista de la AID, la firma estadounidense de consultores “Development Alternatives Inc., DAI” (2002).
Las tres oficinas desarrollan operaciones con decenas de beneficiarios venezolanos y aportan el dinero proveniente del DS, la AID, el NED y la CIA, –esta última sin pruebas pero muy probable–. Las operaciones de las primeras tres están documentadas ampliamente por el periodista estadounidense Jeremy Bigwood, quien obtuvo cientos de documentos oficiales clasificados invocando la Ley de Libertad de Información que obliga a desclasificar y entregar documentos secretos gubernamentales, aunque frecuentemente censurados.
Agee dijo que los socios venezolanos del programa de intervención de EEUU participaron en el fracasado golpe de abril de 2002, en el paro petrolero de diciembre 2002 a febrero 2003 y en el referéndum revocatorio de agosto 2004. Habiendo fracasado en sus tres primeros intentos, las agencias descritas arriba continúan planificando y organizando acciones frente a las elecciones nacionales legislativas de noviembre 2005 y las presidenciales de 2006.
El análisis del ex agente CIA se propuso denunciar al mundo cómo funciona este programa de intervención y el peligro que representa. Una versión completa del texto de Philip Agee se encuentra en castellano en www.aporrea.org/dameletra.php?docid=16428.
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* Periodista chileno.