La pasión de Jersusalén
Las tensiones siguen siendo muy altas en Jerusalén donde la policía israelí allanó esta mañana de madrugada la mezquita de Al Aqsa, mientras cientos de palestinos se reunían para rezar. Se produjeron enfrentamientos entre militares y fieles, decenas de los cuales resultaron heridos. Habrían ocurrido los primeros accidentes.
El ataque al tercer lugar más sagrado para los musulmanes en el mes de Ramadán provoca una andanada de cohetes desde la Franja de Gaza a última hora de la tarde de ayer cuando, tras herir a un joven de 15 años en el barrio palestino de Silwan, unos jóvenes palestinos se atrincheraron en la mezquita. La policía israelí dice que intervendría para desalojarlos cuando estallaran los disturbios. Algunos videos en las redes sociales muestran a los agentes golpeando brutalmente a fieles en oración con porras y culatas de rifles.
Las detenciones serían entre 350 y 400, que provocó una advertencia de ataque aéreo cerca de Sderot a lo largo de la frontera. Cinco misiles fueron interceptados y cuatro aterrizaron en áreas abiertas. No se reportaron víctimas. La reacción del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, tampoco se hizo esperar, advirtiendo a Israel que esta medida «cruza todas las líneas rojas» y «conducirá a una gran explosión de ira».
¿Miedo a la escalada?
En Jerusalén Este y Cisjordania, la tensión ya ha sido alta durante meses y los temores de más violencia se ven alimentados por la coincidencia de la Pascua y el Ramadán. En este mismo período, en años anteriores los enfrentamientos provocaron conflagraciones mayores, resultando -en 2021- en una guerra de 11 días entre Israel y militantes en la Franja de Gaza. Es pues evidente la preocupación y han llegado palabras de condena desde Egipto, Arabia Saudí, Jordania y Qatar por la entrada de las fuerzas israelíes en la mezquita que Riad ha definido como un «ataque flagrante» y El Cairo ha calificado de «escalada peligrosa».
En una nota con tonos particularmente duros, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Qatar calificó los ataques como «una grave escalada y una flagrante violación de los lugares sagrados, una extensión de la política de judaización de Jerusalén, una violación del derecho internacional y las resoluciones de legitimidad internacional, y una provocación a los sentimientos de más de dos mil millones de musulmanes en el mundo». especialmente en el bendito mes de Ramadán». Poco después del lanzamiento de cohetes desde Gaza, aviones israelíes atacaron varios sitios alcanzando objetivos al oeste de la ciudad de Gaza y en el campo de refugiados de Nuseirat en el centro de la Franja.
¿La violencia llama violencia?
Los enfrentamientos en Jerusalén se producen en medio de una ola de violencia que se prolonga desde hace meses en la Cisjordania ocupada. Durante el año pasado, las fuerzas israelíes mataron a más de 250 palestinos en Cisjordania, mientras que los palestinos mataron a 40. El nuevo gobierno israelí, liderado por Benjamín Netanyahu y considerado el más derechista, ha contribuido al aumento de la tensión. la historia del país: entre otras cosas, el nuevo gobierno confió el Ministerio de Seguridad Pública a Itamar Ben-Gvir, conocido por sus posturas racistas contra los palestinos y partidario de una anexión total y permanente de Cisjordania.
No estaba claro si el enfrentamiento en la mezquita de Al Aqsa fue ordenado por el ministro, quien, sin embargo, elogió a la policía por su respuesta y pidió una reacción más dura a los cohetes disparados desde Gaza a una Guardia Nacional que le responderá directamente. Para ponerlo en marcha, el ejecutivo recortó un 1% la asignación al resto de ministerios, poniendo a disposición alrededor de mil millones de shekels (unos 250 millones de euros).
En los últimos días, Ben Gvir obtuvo el visto bueno del gobierno para su plan de entrenamiento para atacar a los palestinos en Israel. “El hecho de que Netanyahu, para apuntalar a la mayoría, haya accedido a dar vida a esta milicia solicitada por Ben Gvir -explica Amir Makhoul, periodista y analista de Haifa en una entrevista con Il Manifesto- nos dice que el gobierno está controlado por el Ministro de Seguridad».
¿Una balanza lista para saltar?
Las tensiones que estallan cada año alrededor de Pesaj no son una coincidencia. La orientación progresista de las instituciones israelíes y la opinión pública hacia la derecha alimenta los temores entre los palestinos (y otros) por el respeto a los lugares sagrados. Como recuerda el Financial Times , “en virtud del llamado acuerdo de statu quo, establecido tras la ocupación israelí de Cisjordania y Jerusalén Este, incluida la Ciudad Vieja en 1967, tanto musulmanes como no musulmanes pueden visitarlos, pero solo los musulmanes pueden rezar allí”.
Sin embargo, los grupos judíos han comenzado a rezar en el lugar en los últimos años y los temores se ven exacerbados por los llamados de los ultranacionalistas. En particular los del grupo ‘Regreso al Templo’ que instan a los fieles a recuperar la antigua práctica de la matanza del cordero pascual -ahora prohibida en Israel- y a hacerlo en la Explanada de las Mezquitas. El movimiento islámico Hamas ha advertido que no dudará en recurrir a «cualquier medio» para evitar que el lugar sagrado de Jerusalén sea violado de nuevo por las fuerzas israelíes.
El comentario
“Las redadas policiales en al-Aqsa parecen haberse convertido en algo anual durante las celebraciones del Ramadán; de hecho, las imágenes de esta noche recuerdan los dramáticos acontecimientos de 2021 y 2022. Por tanto, el comportamiento de las fuerzas de seguridad israelíes no puede atribuirse a las políticas de ministros como Ben Gvir o Smotrich, que llegaron al gobierno el pasado diciembre, sino que es más bien una expresión de un problema más estructural ligado a la gestión del orden público en un lugar tan importante y simbólico como la Explanada de las Mezquitas.
En este contexto, la esperanza es que los hechos de las últimas horas no acaben alimentando una escalada que algunos analistas ven cada vez más cerca”.
*Equipo editorial de ISPI Online Publications (Daily Focus Manager)