La sociedad sin refugio ante el vendaval

1.216

Álvaro Cuadra*

Las autoridades chilenas, encabezadas por la señora presidente, han tomado conciencia de la gravedad del momento económico mundial. Así, quienes sostenían hace pocos meses que la nuestra era una “economía blindada”, hoy anuncian un vendaval durante el presente año. En efecto, lo que comenzó como una crisis financiera se ha convertido en una crisis económica mundial de proporciones alarmantes con características de depresión que, según los expertos, puede durar varios años.

El celebrado “modelo chileno”, una opción económica ultraliberal, se instaló desde un comienzo en el “sistema mundo”, esto es, en los flujos del capital transnacional. Esta situación hacía previsible que cualquier huracán en otras latitudes nos traería los fuertes y violentos vientos de la recesión económica. Todas las inversiones chilenas en el extranjero han sufrido pérdidas muy significativas, entre ellas el ahorro previsional de los trabajadores.

Pero esto es sólo el comienzo.

Durante los próximos meses habrá que corregir las tasas de crecimiento a la baja de todos los países latinoamericanos, en la medida que las materias primas sigan depreciándose en los mercados internacionales. La crisis internacional significa una disminución importante de las inversiones en estas latitudes y una disminución en las tasas de consumo interno.

En pocas palabras, la economía chilena se aproxima a su propia recesión, con la secuela de cesantía y pobreza para la gran mayoría de los ciudadanos. En países pequeños, de economías en escala menor, como Chile, los recursos son siempre escasos. Los chilenos deberán acostumbrarse a otro ritmo de vida, pues entraremos de lleno a un largo periodo de “vacas flacas”.

Si bien lo políticamente correcto es hablar de subsidios estatales y ayuda a los más débiles, lo cierto es que el Estado chileno, orientado hacia el neoliberalismo desde hace décadas carece de las herramientas jurídicas e institucionales para llevar una política pública de esta naturaleza. Tanto es así que en el Chile de hoy resultaría muy difícil, por ejemplo, tomar medidas tan radicales como las que se han implementado en Gran Bretaña.

Hasta el día de hoy, los créditos para estudios universitarios que favorece a los sectores medios provienen de la banca privada. Lo mismo se puede decir del apoyo a las Pymes, ámbito en que el apoyo fiscal es nulo o escaso.

El “sueño chileno” se ha basado desde su origen en las grandes empresas nacionales e internacionales. La economía chilena se ha estructurado en torno al gran capital y no como un Estado social.

Esta singularidad del “Chile neoliberal” es un obstáculo muy difícil de soslayar a la hora de enfrentar una crisis económica global. El modelo económico ultraliberal, asociado al modelo social y antropológico de una sociedad de consumidores no se basa en la filantropía ni en el apoyo estatal sino en el individualismo y la competencia.

El horizonte de la recesión económica será doblemente complejo para los chilenos, pues deberán enfrentarlo con escaso apoyo del Estado y en una profunda orfandad.


*Doctor de La Sorbona en Semiología y Letras.

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.