La solidaridad no es universal: Movimientos en el Sur

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*Pablo Ramos
 
Correa quiere a Néstor Kirchner en la Unasur. Argentina y Venezuela se suman a dar apoyo a Evo Morales. La solidaridad, por ahora, la expresan sólo cuatro naciones. En la semana que pasó se sucedieron distintos encuentros presidenciales en Sudamérica que, quizás, marquen qué países están más dispuestos a ser solidarios con otros. Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela parecieran ser las naciones que tomaron más en serio esto de la “unidad latinoamericana”.

La serie de encuentros se inició en Argentina el miércoles con la llegada del presidente de Ecuador, Rafael Correa, a Buenos Aires en una visita más privada que protocolar. No obstante, se reunió con la presidenta Cristina Fernández y su marido, el ex mandatario Néstor Kirchner. Y sin mayores preámbulos manifestó su deseo de que éste último se convierta en el secretario ejecutivo de la Unión de Naciones del Sur (Unasur).

"Ecuador siempre se manifestó a favor de que el ex presidente Kirchner sea el secretario ejecutivo de la Unión de Naciones Sudamericanas", dijo Correa. La tarea no es fácil, ya que la relación del ex jefe del Estado argentino con los presidentes de las doce naciones de la organización no es homogénea. El conflicto con Montevideo por la instalación de la planta de celulosa de Botnia sobre el río Uruguay y el recurrente corte del suministro de gas a Chile en invierno pueden provocar el recelo de estas dos capitales, a la vez que tanto para Colombia como para Perú, Buenos Aires se encuentra muy alineada con el gobierno bolivariano del venezolano Hugo Chávez.

La Unasur está integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, y es la intención política de los doce estados que en esta organización confluyan la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercado Común del Sur (Mercosur). Tiene un sistema de presidencia rotativa pro tempore que ejerce en la actualidad la presidenta de Chile, Michele Bachelet.

Luego se sucedieron encuentros de mandatarios a raíz de la asunción del nuevo presidente de Paraguay, Fernando Lugo, en Asunción. Fernández se reencontró con Chávez y con el boliviano Evo Morales en la capital guaraní. Con el venezolano coincidieron en dos temas, uno político y el otro financiero.

El primero es demostrar un fuerte apoyo al gobierno de La Paz tras el contundente triunfo en el referendo revocatorio del domingo pasado, donde dos de cada tres bolivianos ratificaron al líder del Movimiento al Socialismo (MAS). Ambos mandatarios habían planeado un viaje juntos antes del acto electoral, pero el mismo fue suspendido porque no estaban dadas las garantías de seguridad.

El segundo tema es superar el mal momento atravesado por Argentina tras la compra de títulos de deuda por parte de la Tesorería de Caracas por 1.000 millones de dólares. Sucede que los mismos fueron vendidos por los bancos venezolanos casi de inmediato, por lo que la cotización cayó en forma brusca. Chávez ordenó a los bancos recomprar estos títulos de inmediato. Según un off the record publicado en el diario argentino LA NACION, un ministro venezolano afirmó que "el presidente (Chávez) renovó el compromiso de seguir apoyando la política económica y financiera de la Argentina".

La presidenta argentina luego se entrevistó con Morales, quien había pedido en la semana que Buenos Aires invierta en producción hidrocarburífera en territorio boliviano para que ese país pueda cumplir con el compromiso de incremento en los envíos de gas natural a Argentina.

"Bolivia cumplirá su compromiso de aumentar la provisión de gas a la Argentina y sólo falta avanzar los acuerdos bilaterales que están a cargo de los cancilleres", dijo Morales en una conferencia de prensa en Asunción.

En su asunción, Lugo reiteró dos reclamos contra Brasilia y Buenos Aires, y que es mejorar los términos contractuales por la operatoria de las dos represas ubicadas sobre el río Paraná y que Paraguay comparte con Argentina y Brasil. Se trata de la central argentino-paraguaya de Yaciretá y la brasileño-paraguaya de Itaipú.

Lugo llamó a que estas "causas nacionales" paraguayas se transformen en "causas binacionales de solidaridad y conciencia de futuro compartido". En este sentido, y aunque no hayan existido declaraciones oficiales por parte de Cristina Fernández o el brasileño Lula da Silva, los antecedentes parecieran indicar que las negociaciones con el Planalto van a ser mucho más duras que con la Casa Rosada.

Los próximos pasos van a indicar qué tan verdaderas son las declaraciones de solidaridad entre sudamericanos. Pero hasta este momento quienes tomaron la delantera en este sentido han sido Buenos Aires, Caracas, La Paz y Quito.

*Publicado en APM

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