La toma del poder estadounidense en África

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: como lo muestra el saltito libio de Clinton, lo único que importa es la excusa de “asegurar” el arsenal de Libia – la perfecta cobertura para que contratistas estadounidenses y agentes de inteligencia anglo-franceses se apoderen de las bases militares libias.

La regla inquebrantable es que Libia “libre” debe estar bajo el control de los liberadores. Decid eso a las “milicias irregulares”, para no mencionar a la banda de Abdelhakim Belhaj y sus hombres de al Qaida que ahora tienen el control militar de Trípoli.

Vale la pena recordar que el viernes pasado, el mismo día que el Departamento de Estado de EE.UU. anunció el envío de “contratistas” a Libia, fue el día en el que Obama anunció su ‘oleada’ hacia Uganda. Y solo dos días después, Kenia invadió Somalia – una vez más con la excusa de R2P para proteger civiles contra yihadistas y piratas somalíes.

La aventura de EE.UU. en Somalia se parece cada vez más a una mezcla de Sófocles y de los Hermanos Marx. Primero fue la invasión etíope (que fracasó miserablemente). Luego la invasión de miles de soldados ugandeses enviados por Museveni para combatir a al-Shabaab (fracasada parcialmente; después de todo el “gobierno” respaldado por Washington apenas controla un vecindario en Mogadiscio).

Ahora la invasión keniana. Una medida de la lucidez de la CIA es que sus agentes han estado en el terreno durante meses junto a un montón de mercenarios. Pronto algún fanfarrón de la contrainsurgencia en Washington que ora en el altar del nuevo jefe de la CIA, David Petraeus, concluirá que la única solución es un ejército de drones MQ-9 Reaper para que ataquen Somalia hasta la muerte.

La visión general sigue siendo que AFRICOM del Pentágono extienda sus tentáculos militarizados contra el atractivo del poder blando chino en África, que consiste de: a cambio de petróleo y minerales, construimos todo lo que queráis, y no tratamos de venderos “democracia para tontos”.

El gobierno de Bush despertó un poco tarde ante esta “amenaza” – al nacer AFRICOM en 2008. Bajo el gobierno de Obama, el humor es de un pánico total. Para Petraeus, lo único que importa es “la guerra prolongada” con esteroides – de soldados en el terreno a ejércitos de drones, y ¿cómo van a estar en desacuerdo el Pentágono, la Casa Blanca y el Departamento de Estado?

El geógrafo y politólogo italiano Manlio Dinucci es uno de los pocos en señalar cómo funciona el neocolonialismo 2.0: basta con mirar al mapa. En África Central, el objetivo es la supremacía militar de EE.UU. –en el aire y en los servicios de inteligencia– sobre Uganda, Sudán del Sur, República Centroafricana y la República Democrática del Congo.

En Libia, el objetivo es ocupar una encrucijada absolutamente estratégica entre el Mediterráneo, el norte de África y Medio Oriente, con el beneficio (nostálgico) agregado de que Occidente –o sea París, Londres y Washington– finalmente lleguen a poseer bases como cuando el rey Idris estuvo en el poder (1951 a 1969). En conjunto, hay que establecer el control sobre el norte de África, África central, África oriental y –más problemáticamente– el Cuerno de África.

La pregunta del billón de dólares que nos espera es cómo reaccionará China – que planea sus acciones estratégicas años antes. En cuanto a la amazona Clinton, debe estar radiante. En Iraq, Washington destruyó meticulosamente todo un país durante dos largas décadas, solo para terminar sin nada – ni siquiera un contrato petrolero sustancial. Clinton tiene por lo menos un ejército privado – los “consejeros” que estarán estacionados en la embajada de EE.UU. en Bagdad, más grande que el Vaticano. Y considerando que los nuevos “consejeros” africanos de Obama serán pagados por el Departamento de Estado, ahora Clinton también posee su propio ejército privado africano. Después de noviembre de 2012, no deja de ser posible que Clinton entre al negocio de los contratistas. En el nombre sagrado de R2P, naturalmente.

*Autor de “Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War ” (Nimble Books, 2007) y “ Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge ”. Su último libro es “ Obama does Globalistan ” (Nimble Books, 2009). Publicado en Asia Times Online

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