Había altas expectativas de que el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) se firmara antes del fin de 2025, tras décadas de discusiones cuyo inicio se puede ubicar incluso antes de 1999, en el pacto de cooperación interregional firmado por los bloques a fines de 1995, pero esta semana el Consejo Europeo resolvió postergar la cuestión hasta enero del año próximo, debido a que la minoría de países de la UE que se oponen a firmar el acuerdo definitivo consiguió la cooperación de Italia para una nueva prórroga.
Las máximas autoridades del bloque europeo aseguraron que se trata sólo de unas semanas más y que el desenlace será el que se esperaba este mes, pero la renovación de la incertidumbre tiene un impacto negativo, en un panorama internacional lleno de incógnitas y vaivenes que nos afectan.
Las relaciones económicas con el resto del mundo se han vuelto más difíciles en un marco de fragmentación, declive del multilateralismo, empujes proteccionistas, violación de acuerdos y políticas de intervención imperialista. De todos modos, corresponde señalar que este año los esfuerzos por mejorar la inserción internacional de Uruguay han tenido resultados positivos y alentadores.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió este sábado a los líderes de la Unión Europea que tengan «coraje» para firmar el acuerdo con el Mercosur, luego de que la rúbrica se aplazara principalmente por reticencias de Francia e Italia. «Sin voluntad política y coraje de los dirigentes no será posible concluir una negociación que ya se arrastra desde hace 26 años», añadió. Sin embargo, confió en que la firma del tratado de libre comercio, previsto en un principio para este sábado, se llevará finalmente a cabo en enero, como indicó la Comisión Europea el jueves.
El actual escenario mundial está pintado de colores oscuros y pesimistas, según las descripciones de Luiz Inácio Lula da Silva y de su canciller Mauro Vieira, al dejar inaugurada la Cumbre del Mercosur en Foz de Iguazú, cerca de la triple frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil. Pero en ese contexto, el presidente brasileño juzgó que “el Mercosur es un ejemplo de cómo podemos continuar con el ejercicio del multilateralismo, con el cuidado del crecimiento de nuestras economías y del aumento de la calidad de vida del pueblo que representamos”.
Decidido a encumbrar al bloque regional por sus cualidades, Lula reveló su expectativa de que en los próximos seis meses, esta vez bajo la presidencia pro tempore de Paraguay, se celebren buenos acuerdos internacionales. “El mundo está ávido de hacer acuerdos con nuestro mercado común y, con certeza, vamos conseguir en este próximo período los pactos que no se lograron cerrar bajo nuestro mandato en el bloque”. Con esta sentencia aludió específicamente al tratado que aún se negocia con la Unión Europea, cuya firma feu cancelada este fin de semana y pasada para el 12 de enero de 2026.
En el balance realizado por Mauro Vieira insistió que la agenda del último medio año apostó a reforzar el Mercosur como “instrumento de desarrollo, prosperidad e inserción internacional competitiva”, en un escenario marcado “por crecientes incertidumbres”. Es por eso, que el trabajo realizado en el bloque apuntó a “consolidar nuestra unión aduanera”, de modo de “robustecer nuestras cadenas productivas, y mejorar la calidad industrial y de los empleos”.
Pronunció su frase más categórica al señalar que Brasil impulsó “la unidad del Mercosur en el frente externo, en momentos de proliferación de medidas unilaterales que fragilizan el comercio mundial”. El presidente Lula, por su parte, señaló que «mientras tanto, el Mercosur seguirá trabajando con otros socios», y afirmó que el bloque tuvo acercamientos comerciales con Canadá, Emiratos Árabes Unidos e India.

Según Itamaraty (Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil), el gobierno brasileño priorizó la cohesión intrabloque y dinamizó las negociaciones con socios extrarregionales. El documento destaca que hubo un marcado dinamismo en las negociaciones extrarregionales, lo que refleja la estrategia de ampliar el alcance económico y político del Mercosur.
El comunicado de la cancillería brasileña informó que el Mercosur ha completado todos los trámites internos para la firma del Acuerdo de Asociación entre ambos bloques. Sin embargo, la formalización no se produjo debido a la falta de consenso político en los órganos de la Comunidad Europea.
La presidencia brasileña también destacó avances en áreas específicas dentro del bloque: avanzaron las negociaciones para lograr un acuerdo común en el sector automotriz y se ultimaron los términos de referencia para la contratación de un estudio sobre el sector del azúcar y el etanol en el Mercosur. Asimismo anunció el inicio de las negociaciones para un acuerdo comercial con Vietnam, además de conversaciones para establecer una alianza estratégica con Japón.
El informe destaca que, en la reunión de Foz de Iguazú, se evidenciaron dos visiones opuestas para la región. Por un lado, Javier Milei, que priorizaba las afinidades ideológicas y el alineamiento automático con Donald Trump, incluso en detrimento del derecho internacional y los intereses regionales. Por otro, Lula, que defendía la integración sudamericana, el respeto a la soberanía de los países y los principios de la Carta de las Naciones Unidas, basándose en la experiencia histórica de las intervenciones extranjeras en América Latina.
Lula: Un cuadro de situación
El informe brasileño destaca el crecimiento económico del Mercosur desde su creación en 1991. El comercio intrabloque se ha más que multiplicado por diez en las últimas décadas, alcanzando los 49.000 millones de dólares en 2024. el Mercosur se ha consolidado como el principal destino de la inversión extranjera en la región, concentrando el 62,1% de los flujos dirigidos a Sudamérica.
Además, menciona avances en otras áreas de negociación comercial, como la reanudación de las conversaciones con Canadá y avances significativos en las negociaciones con los Emiratos Árabes Unidos, lo que refuerza la estrategia del bloque de diversificar las alianzas.

Por su parte, Lula insistió en marcar diferencias con la situación del planeta: “En un mundo en el que construir muros para más fácil que construir puentes, este es un legado que merece ser recordado” como una “determinación de caminar juntos”. Insistió luego que “el ejemplo de construir puentes para el comercio de mercaderías y para que los pueblos puedan transitar libremente, es un ejemplo de lo que implica la libertad de ir y venir”.
Las fronteras “no pueden ser prohibitivas” sostuvo, en directa crítica a las políticas anti inmigratorias adoptadas por el estadounidense Donald Trump.
“Luego de 26 años de negociaciones, esperábamos firmar finalmente el tratado con la UE, y trabajamos para garantizar que este pacto contribuya al desarrollo económico y social del Mercosur, sin afectar las políticas industriales y de incentivos a la innovación”. Agregó de inmediato que a cambio fueron “aceptadas poner cuotas fijas a la exportación de los productos agropecuarios, aunque pedimos que también fuera aceptada por la UE nuestra reciprocidad en sectores sensibles”.
El presidente de Brasil se lamentó: “Teníamos en las manos la oportunidad de transmitir al mundo un mensaje importante de defensa del multilateralismo y de fortalecer nuestra posición estratégica. Pero, por desgracia, la Unión Europea todavía no se decidió”. Puso entonces en la mesa las consecuencias de las dificultades de países como Francia y ahora Italia, en llegar a un final exitoso: “Ayer recibí una carta de la Comisión Europea y del Consejo Europeo sobre la expectativa de la aprobación del tratado en enero. Solo que sin voluntad política y sin coraje de los dirigentes, no será posible concluir la negociación”.
¿Qué hará entonces el Mercosur?: “Seguiremos trabajando con otros socios. Vale recordar que en septiembre último firmamos un acuerdo con el EFTA, la zona de libre comercio de los países europeos que no están dentro de la UE. Dimos también inicio a la ampliación del tratado con la India y avanzamos con los Emiratos Árabes”, relató Lula, a modo de advertencia ante el rezago de la UE.
Por su parte, el presidente argentino Javier Milei reiteró la necesidad de una “reforma institucional integral” del Mercosur, al considerar que el bloque “no cumplió ninguno de los objetivos” para los que fue creado y que su estructura actual genera un costo económico elevado para la región. Además, el mandatario trató de «narcoterrorista» a su par venezolanoNicolás Maduro y apoyó el accionar del gobierno de EE.UU. contra el gobierno venezolano. Más que un presidente del Mercosur pareció un emisario de Trump para bombardear el acuerdo.
Milei sostuvo que el bloque “nació con una misión clara de promover el comercio, aumentar la prosperidad, integrar mercados y elevar la competitividad”, pero afirmó que esos propósitos no se materializaron. En ese sentido, planteó que la integración regional debe “estar al servicio del comercio y no de la burocracia”.
Milei actuó como portavoz de la creciente presión política y militar de Estados Unidos contra Venezuela . En franco contraste con la postura del gobierno brasileño, Milei elogió públicamente las acciones de Washington y del presidente estadounidense Donald Trump, e intentó involucrar a otros países del bloque en esta confrontación.

Al cuestionar el desempeño del bloque sudamericano, Milei señaló que “no hay mercado común ni libre circulación efectiva”, y mencionó además la ausencia de coordinación macroeconómica, armonización normativa y un aumento significativo del comercio interno.
En contrapartida, criticó la existencia de “una burocracia sobredimensionada e ineficaz”. En medio de la escalada de la tensión EE.UU, que se agudizó con las declaraciones de Donald Trump advirtiendo que no descartaba un guerra, el presidente Javier Milei apoyó «la presión» del mandatario estadounidense para «liberar al pueblo venezolano». «La Argentina saluda la presión de los Estados Unidos y Donald Trump para liberar al pueblo venezolano. El tiempo de tener un acercamiento tímido en esta materia se ha agotado», dijo Milei durante su intervención.
Mientras, el presidente uruguayo Yamandù Orrsi expresó desilusión por “no poder hoy estar firmando” el acuerdo con la Unión Europea, y aseguró que Uruguay tiene una “voluntad inquebrantable” de colaborar en la “restauración pacífica del orden institucional y democrático en Venezuela”, mientras que Lula da Silva advirtió que “sin la voluntad política y el coraje de los dirigentes” no será posible concretar el acuerdo con la Unión Europea
*Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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