La última campaña de Fidel

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Aurelio Pedroso.*

A sólo unos metros de donde hace apenas unos cinco años, Fidel Castro anunciara sorpresivamente la posibilidad de autodestrucción del régimen socialista, el ex mandatario ha vuelto a la carga en su cruzada del inminente peligro de una confrontación nuclear. En esta ocasión, ante más de 50 000 estudiantes universitarios ubicados en la escalinata de la universidad habanera, un sitio que en los años mozos fue tribuna imprescindible del entonces dirigente estudiantil.

Desde hace dos meses, el líder ha comenzado a aparecer en público en lugares no muy distantes de su residencia, pero esta vez se trata de su primera comparecencia ante las multitudes luego de una larga convalecencia en la que él mismo reconoció al diario mexicano La Jornada, haber “resucitado”.

Con sus 84 años a cuestas y tras haber recobrado un vigor inusitado de su peligroso padecimiento intestinal, el comandante empleó 45 minutos en una intervención preparada de antemano, en folios no mayores de 20 líneas de texto y al que en múltiples ocasiones añadió opiniones y comentarios.

Castro se presentó con gafas para lectura, ataviado de un verde olivo no tradicional, con gorra y sin la clásica charretera de Comandante en Jefe a una escalinata a la que según sus palabras “nunca pensé volver”.

Tras recordar sus años y luchas en la Universidad a partir de 1943, única existente en la isla, recordó pasajes de la historia insular, el desarrollo de la industria militar a través del tiempo hasta llegar al actual poderío nuclear.

“No estamos viviendo la época de la caballería y las espadas”, dijo

Bajo el título Mensaje a los estudiantes universitarios cubanos el octogenario líder retomó la advertencia de una confrontación nuclear a raíz de los actuales acontecimientos en la República Islámica de Irán “Le ha correspondido a Cuba advertir al mundo”, manifestó. Durante su intervención mostró una sorprendente recuperación y hasta una barba más poblada. Leyó sin mayores dificultades con continuidad y voz segura.

En referencia a la responsabilidad del presidente estadounidense Barack Orama en evitar la conflagración, se apartó de lo escrito y aclaró que “No añado más porque tendría que utilizar palabras más duras”.

Otro de los aspectos abordados fueron los relacionados con los efectos del cambio climático y la necesidad de poner coto ante tantos desmanes de “consecuencias imprevisibles”.

Al finalizar exclamó que era “posible vencer” para segundos más tarde dar simplemente las gracias.

* Periodista.
Despacho de Progreso Semanal.

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