Las elecciones presidenciales. – LA PRENSA Y LA ARGENTINA HOY

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Menem, el presidente que se preocupó de “deshacer” al país con su política de entrega, en su reelección tuvo el 54 % de los votos. Pero la prensa, en ese entonces, lo apoyó de una manera casi incondicional, de la misma manera que la prensa de EEUU y del mundo apoyó a Bush en su aventura iraquí.

El actual presidente corrigió los errores económicos del menenismo y aquellos del gobierno de De La Rua, sin embargo gana con el 45 % contra un Menem, que fue desfavorable al país, y ganó con el 54. Paradójico, no deja de asombrar. Pero es la Argentina o lo que queda de ella luego de la masificada acción “terapéutica” de los medios de comunicación que, como todos los países de América Latina, flotan sobre las olas del colonialismo económico.

Se trata de una prensa ilícita y engañadora que siempre encuentra un discurso refinado (a veces burdo) para distraer la atención de los ciudadanos de la esencia de los hechos. La actual primera dama y futura Presidente de la República, Cristina Fernández de Kirchner, en entrevista a CNN dijo: “La prensa se debería limitar a informar y no a hacer oposición”. Patricia Junot, la periodista, en un momento de la entrevista le retrucó: «¡Pero ustedes tienen mayoría absoluta!»–como si eso fuera un pecado mortal–.

«Querida Patricia –le respondió Cristina con una sonrisa– hemos ganados las elecciones, la voluntad del pueblo nos dio la mayoría». Sin embargo, los “profetas periodísticos” disfrazados de prensa «crítica», como Jorge Fontevecchia pronto a atacar por todos los flancos posibles, con su estudiada intelectualidad, merodean sin dejar de hacer trampas de conceptos y palabras al gobierno.

Del lado de los grandes medio encontramos a Ernestina Herrera de Noble haciendo un diario, Clarín, para satisfacer con ediciones medidas al milímetro los apetitos de los múltiples empresarios ávidos de negocios fáciles y exclusivos o mañosos, como por ejemplo “Flash, la banda ancha del grupo Clarín” y “Mas oportunidades” el sitio de ventas masivo del mismo grupo, que tiene montado un sistema de ventas irresponsable y perjudicial.

Y no nos detengamos, al menos no por ahora, en la abierta oposición de La Nación y la de los noticieros de los canales de televisión. Todos participan de una fiesta donde se derrochan mentiras, insinuaciones petardistas, risotadas televisivas estudiadas y “maquilladas” para gustar engatusando a pleno a los espectadores. Ni hablar de la prensa internacional «seria» como Financial Times o The New York Times junto a muchos otros, con dardos envenenados y con tonos hostiles hacía una Cristina de Kirchner que aún no asumió. Lo que se puede llegar a llamar una verdadera conjura mundial de las comunicaciones.

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Geni e o Zepelim

Joga pedra na Geni
Ela é feita pra apañar
Ela é boa de cuspir
Ela dá pra qualquer um
Maldita Geni

Al igual que la famosa canción de Chico Buarque de la Opera del Malandro donde se incitaba a tirar piedra a una chica de la calle que vivía en el abandono, muchos medios de comunicación no dudan en apedrear al actual primer mandatario. Ninguna piedad para un Kirchner, que ha sido el presidente que más hizo para sacar a la Argentina del pozo en que estaba después de la debacle de 2001, debacle preparada con sutileza y cometida por voluntad de las fuerzas económicas internacionales adversa a ese tipo de política ejercida por el oficialismo.

¿Vio, escuchó, leyó en algún medio hablar de eso? En ninguno.

La economía del país marca un hito histórico, creció por cinco años consecutivos a un promedio del 8.7%. Nunca había sucedido eso antes bajo ningún otro gobierno. Kirchner hizo una administración tan eficiente que pudo pagar la deuda externa del FMI de 10.500 millones de dólares para liberarse de las recesivas “recetas” impuestas por el mismo organismo para trabar el normal desarrollo de la política nacional. Pidió y obtuvo un descuento del 75 % de los títulos de la deuda pública.

Y acumuló la friolera de 43.000 millones de dólares como reserva por si acaso viniera una crisis internacional y poder así hacer frente con eso a toda eventualidad incomoda.

Después de 14 años de estancamiento dramático aumentó las jubilaciones varias veces llevándola a niveles jamás sospechados. El consumo está al máximo de sus posibilidades y crece cada vez más; todos los supermercados muestran cifras alentadoras de crecimiento año tras año. La economía se mueve, las exportaciones crecen y el país progresa…

Sin embargo K. tiene una contra importante: está haciendo las cosas bien y a favor de la Argentina. O sea, se está comportando como un gobernante nacionalista que cuida y desarrolla los intereses de su propia tierra. Ser nacionalista es tabú para las fuerzas económicas que manejan los destinos del planeta.

Ser nacionalista quiere decir desarrollar con determinación el propio mercado interno (como lo hizo China , EEUU, Alemania, Francia y todos los países adelantados) para luego, cuando la industria nacional se haya fortalecido, competir con los mercados externos con la misma capacidad, convicción tecnológica y de conveniencia de los mercados desarrollados.

Es ahí donde se encuentra la tranquera que detiene el impulso del progreso argentino y de todos los países latinoamericanos. Es ahí donde la prensa en general interviene para deformar los conocimientos de la gente o sobrecargar las comunicaciones de informaciones inútiles para saturar y distraer el impulso de pensar. Cuando no encuentra argumentos valederos –como casi siempre sucede– se recurre al trillado argumento de la inseguridad, que dicho sea de paso está en aumento en todos los países el mundo a causa de la siempre mayor exclusión social. O a la descalificación con insinuaciones gratuitas.

Cómo saciar apetitos

Los fuertes grupos de intereses internacionales precisan mercados dóciles uniformados en las expectativas y en las voluntades para imponer con facilidad la propia tecnología y los propios productos y, antes que nada, mantener los precios en cada país para contar así con mercados sin riesgos y previsibles. Para eso cuentan con armas poderosas en lo económico, como el FMI y el Banco Mundial. Estas instituciones obligan a los países emergentes a seguir reglas que en los hechos solo favorecen las economías de los países desarrollados.

Miren lo que dijo Strauss-Kann recién asumido como mandamás del FMI: «Lo que quiero ver que tipo de política económica va a instrumentar Cristina» y advirtió «Sin FMI no habrá Club de París, Sin Club de París no habrá inversiones y el crecimiento se frenará». En otros tiempos eso era injerencia en los asuntos internos de un país y demuestra que toda una red está aglutinada para funcionar con una sola voz; la voz de los intereses ávidos que establece reglas morales en lo económico tal como la Biblia las establece en la ética y en la política.

Es la “globalización”, conducida por ese grupo de empresas poderosas, en la paractica, dueñas del mundo, integrantes de un club exclusivo, amparadas y escudadas en la política de sus propios países, que implementan una legalidad a su medida para justificar ese complot mafioso y lograr sus cometidos: la invasión económica para crear un colonialismo económico, sin armas hasta donde sea posible, luego las armas para quien no quiere seguir las normas impuestas por esas empresas / países.

La maquinaria publicitaria de los capitales sin dueños visibles

Volviendo a las elecciones, la derecha puso en marcha todos los recursos a su alcance para torcer la voluntad de los votantes a su favor. La prensa se ocupó de hacer una campaña cuyos ejes principales fueron la inseguridad y la inflación.

Sólo que, paradójicamente, la inflación es generada por los mismos grandes empresarios que controlan o están asociados a esa prensa, puesto que ellos son los que determinan los precios. Pero logran que la «gente de la calle» piense que la inflación sea culpa del gobierno.

Un «CEO» de altísimo nivel de Cargill Argentina (que me pidió reservara su nombre) atribuyó la falta de control en los precios al hecho de que alguna vez en verano ha faltado energía eléctrica, lo que causó una baja en la producción y habría obligado a las empresas a levantar los precios para restablecer las ganancias. Buena sería la razón, si no fuera que los cortes fueron mínimos y tan breves que no pueden haber influido de manera significativa sobre la producción. Por otro lado no es un secreto que los empresarios con K están ganando como nunca.

La otra razón –escuchada entre amigos en una charla de café– atribuye a Kirchner el “pecado” de hacer pagar a todos los empresario los impuestos correspondientes y estos, “por rabia”, le provocan la inflación; son charlas de café, pero es tanta la exasperación generalizada que se percibe hacía este mandatario que la mayoría está de acuerdo en tirar piedras hacía el Kirchner pecador de pecados nunca cometidos.

Escuchen la última: Le pregunté a una prima, Graciela, por quien había votado. Me responde: “La verdad no sabía a quién. Estaba indecisa entre Lavagna (extrema derecha) y Pino Solanas” (izquierda nacionalista). ¿Quién confundió la cabeza de Graciela y de tantos otros, sino los medios de comunicación?

Marcha peronista y voluntad popular

La destreza para “robarle” votos a la lista oficial formó una verdadera Babel de palabras y de intenciones. Aparecieron profetas por doquier, y 14 candidatos a la presidencia con la finalidad de morder un pedazo del electorado. Unos, con la manifiesta finalidad de proclamarse “verdaderos peronistas”, otros, mostrando una conducta llena de meritos políticos, todos ellos «salvadores de la Patria” luego del “desastre” a que la sometió el actual gobierno. ¡Triple sic!

El muy bien asesorado Mauricio Macri, del PRO hizo uso de una actitud cautelosa. Se preservó. Está pensando en el largo plazo, cuando –ayudado por la prensa– dará el golpe final para presentarse como candidato a presidente. No se comprometió con nadie a fondo, no quiso desgastar su imagen de empresario buen mozo sonriente, gentil y eficiente a pesar que su cara se muestra alguna vez asustada en televisión por las responsabilidades a asumir.

La más astuta de todos ha sido «Lilita» Carrió, escudada detrás de su fe católica y un gran crucifijo, primero hizo circular la voz que se uniría a López Murphy (de derecha) luego a Macri, (de la misma derecha). Finalmente se decidió por sí misma “porque los otros candidatos estaban a la «derecha», cosa inadmisible por su partido con tendencia de «izquierda” (sic). ¿No sabía antes que esos personajes eran de derecha?

¿De izquierda? La Lilita (más bien “Lilona”, por el tamaño) dio su golpe magistral: todo el mundo pensó que se había volcado a la izquierda cuando en realidad su postura política comenzó con el partido Radical (derecha), para luego pasar a la alianza en la época de De La Rua, una fuerza de seudo izquierda mezclada con elementos de derecha, y por fin presentarse como una candidata de izquierda en la actualidad. Es una manera de flotar, nadie quiere perder su pedazo de torta. En realidad por el apoyo que le brinda la prensa, la Lilita, es de extrema derecha y a favor de los capitales foráneos globalizantes; pero esta vez se vistió de corderita. Le convino: recaudó el 23% de los votos. Bien valía la pena una mentirita. Como se dice: «París bien vale una misa».

Finalísima

La ironía del caso, después de los grandes esfuerzos que hicieron las fuerzas de derecha para “morder” un pedazo de la torta Kirchner, representando el rol de un liviano izquierdismo/ nacionalismo, es que la sorpresa ha sido el segundo lugar de la Carrió, ella también con una postura aparente de izquierda. O sea, fracaso total de la derecha. Es bueno aclarar que tanto Kirchner como Carrió son ambos de derecha.

Pero eso no asusta a la gente que maneja ese tipo de política.

Ellos, los caballeros de la derecha perseverante, tienen tiempo. No piensan en el corto plazo. Juntan con calma sus datos de análisis y los estudian con cuidado. Se trata de algo más que el propio dinero, se trata de ganarle una mano a la gente «tonta» para que todo resulte en «orden» y se cumplan sus finalidades. Ya están pensando como entorpecer la próxima elección. Por eso lo preservaron a Macri. No lo expusieron para resguardarlo. Faltan cuatro años para eso. Macri es su gran esperanza. Para eso los asesores de imagen le cuidarán la gentil sonrisa, su aspecto de buen mozo y esa sensación de nueva eficiencia que «enloqueció» a los porteños.

Y la prensa ya comenzó su infatigable y monótono trabajo de apoyo. Ya Ricardo Kirschbaum, editor general de Clarín, “El gran diario argentino” hace análisis que cuestionan a la flamante candidata electa en su relación con las publicaciones. Para los medios de comunicación, tener una buena relación con la prensa es hacer la política que les conviene a los países del “primer mundo”. La realidad es un acto de magia donde los espectadores son los hechizados. Gracioso, ¿verdad?.

Y la nave va

Dónde se recuerda a la inflación y el bombardeo mediático

Nadie explica que las razones reales de la inflación son debidas a los bonos de inversión que el señor Lavagna –por entonces ministro de economía de Duhalde– había indexado según los índices inflacionarios.

Los bonos de inversión de la deuda, en manos de los empresarios de los sectores de producción argentina, están indexados de acuerdo a la inflación vigente en el país más los intereses normales. Cuanto más alta ésta, más ganancias para los poseedores de bonos. Tales bonos llegan a la cifra de 180.000 millones de pesos, un solo punto de inflación a más en el año les representa una ganancia de 1.800 millones. Se puede comprender porque aumentan los precios creando una inflación mentirosa e interesada. Son los especuladores de siempre. Sin embargo los medios no hablan de esos aspectos de los hombres de negocios. Pero hacen circular versiones…que el pueblo cree.

Una de las versiones más increíbles que he escuchado «en vivo y en directo» es que Moreno, el secretario de comercio, cuando discute los precios con los empresarios, pone sobre su escritorio un revolver…. Increíble. No cabe, no se puede ni pensar.

Estas versiones absurdas sólo son posibles con una prensa que predispone la conciencia de la gente para aceptar lo inverosímil. Una prensa que bombardea el cerebro de tal manera que el ciudadano olvida los logros del gobierno transformándolos en acontecimientos negativos. La actitud de Crónica TV, a pocos minutos de comenzada la elección, preguntando a cada votante qué incomodidad le había causado la apertura con veinte minuto de atraso de la sección electoral de un distrito de San Telmo, fue harto clara en la intención.

Sobrecargar las comunicaciones de informaciones inútiles para saturar y no hacer pensar a la gente, es la otra técnica utilizada. No se puede hacer la misma pregunta a los siete ciudadano que están en fila a la espera de su turno para votar. Así se emite siete veces el mismo recado que retumbará como algo muy negativo en los telespectadores.

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* Periodista.

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