La OMC ha rechazado una importante propuesta que habría permitido a la población mundial un acceso igualitario a la terapia Covid-19. Una vez más no se ha dado prioridad al ser humano, a la vida, sobre los intereses económicos de los «señores del mundo» que, en los últimos 50 años, no han hecho más que robar y destruir la vida en la Tierra.

En la noche, 16 de octubre, los miembros de la OMC (Organización Mundial del Comercio) rechazaron la propuesta presentada por India, Sudáfrica, Kenia y Eswatini (Suazilandia), de suspender algunas disposiciones de los Tratados ADPIC –que regulan los derechos de propiedad intelectual a nivel global– en materia de patentes para pruebas, tratamientos médicos y vacunas contra la pandemia de Covid-19.

La propuesta no tenía por objeto abolir el régimen de patentes, sino solo suspender su aplicación durante el período necesario para permitir a la población mundial un acceso igualitario y equitativo a la terapia para el  Covid-19.

Esto es inaceptable. Las grandes empresas farmacéuticas privadas mundiales y los mercados financieros mundiales han ganado. No hace falta clamar el escándalo, porque el escándalo es el propio sistema. Basado en los principios de la sociedad capitalista neoliberal, otorga a la OMC, organismo internacional competente en materia de comercio, independiente de la ONU, un poder de decisión en materia de salud superior al atribuido a la OMS (Organización Mundial de la Salud), legalizando así la primacía de los intereses comerciales y financieros privados sobre los requisitos universales de salud y de los derechos humanos. Las patentes valen más que la salud.

Creemos, en este día que también «celebra» la lucha contra la pobreza, que ha llegado el momento en que la humanidad luche por su liberación / independencia del dominio de los actuales «amos del mundo».