Lautaro Rojo Millapàn / Aceptación humillante de la corruptela o recrear las organizaciones del pueblo
Mis antepasados, se caracterizaban por ser hombres recios, pero hombres, honrados: sabían vivir con dignidad, no se dejaban atropellar, y como no se sometían a los caprichos de los conquistadores y los abusos que contra ellos se cometían respondían con gallardía y altivez. Hoy nuestra estirpe, se sigue caracterizando por esas mismas cualidades que no han perdido ni claudicado.
No acepta la humillación, prefirere morir de pie antes que arrodillarse frente a quienes quieren someterlos por la fuerza, señalándolos como terroristas y aplicándoles leyes que son totalmente absurdas e ilegales.
Los hombres de hoy, que ostentan grandes títulos, que salen a estudiar al extranjero y llegan convertidos en abogados, economistas, ingenieros, con sendos diplomas otorgados en Harvard, Princeton, Boston, etc, etc., regresan al país y algunos llegan hasta ocupar la Presidencia de la República de Chile;
desgraciadamente muchos amaestrados y fascinados con todo lo que han aprendido bajo el sistema del imperialismo salvaje.
Se hace imperiosa la necesidad de reagrupar las fuerzas laborales de Chile, hay que fortalecer los sindicatos de trabajadores y trabajadoras, reagrupar las fuerzas estudiantiles, de colegios y universidades; necesitamos crear una fuerza con un nuevo tipo de sociedad cuyo destino sea la vìa al socialismo, como una respuesta al imperialismo salvaje, que nos tiene atrapados en una crisis eonòmica que nunca fue de los pueblos especialmente de la Amèrica Latina.
No podemos cruzarnos de brazos, mientras otros pueblos se están sacudiendo de las crueles dictaduras a los que los ha sometido el imperialismo, como los casos de Tùnez, Egipto y las sublevaciones que vienen.
L.R .M, es pastor; ejerce su ministerio en América Latina.