Leer el cerebro… – ES COMO USAR UNA ANTORCHA PARA BUSCAR EN LA OSCURIDAD

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

En equipo internacional de neurocientistas ha desarrollado una poderosa técnica que permite escudriñar las profundidades del cerebro humano y leer sus intenciones antes de que actúe. Su trabajo desata una controversia acerca de la intrusión de la ciencia en la intimidad de la mente y provoca un debate sobre los aspectos éticos de la utilización a futuro de la lectura cerebral.

Los investigadores utilizaron maquinaria de alta resolución para examinar («escanear») e identificar patrones de actividad cerebral antes de que se convirtieran en pensamientos inteligibles, revelando de esa manera lo que una persona tiene planificado hacer en el futuro inmediato. Es la primera vez que los científicos logran leer intenciones de esta manera:

«Utilizando el «scanner» logramos buscar y encontrar en el cerebro esta información y leerla de una manera que resulta imposible hacer de otra manera, desde el exterior. Es como encender una antorcha para ver lo escrito en una pared», dijo Johm-Dylan Haynes, en el Instituto Max Planck para la cognición humana y las ciencias del cerebro de Alemania, que dirigió estos estudios en el University College de Londrees y la Universidad de Oxford.

La investigación se estructura sobre una serie de estudios recientes en los que se utilizaron imágenes de la actividad cerebral con el objeto de encontrar nexos entre aquella y mentir, el comportamiento violento y el prejuicio racial.

Estos trabajos develan la velocidad con que se progresa en neurociencias, lo que obliga a los investigadores a plantear urgentemente un debate acerca del uso de estas tecnologías en el futuro. Si la lectura cerebral logra perfeccionarse podría ser adoptada con rapidez para el interrogatorio de criminales y terroristas e incluso ampliarla a otros usos, como aquel que conforma el argumento de Minority Report, el filme de ciencia-ficción de Steven Spielberg, en el que los procesos judiciales tienen lugar antes de que se contravengan las leyes gracias a la tecnología del examen cerebral.

«Es una tecnología que recién emerge, y necesitamos un debato sobre sus implicaciones éticas para no sorprendernos un día ni vernos sobrepasados por lo que se podría lograr con ella. Se va a utilizar en los próximos años y debemos prepararnos para ello», dijo al cronista el profesor Haynes.

El uso de exámenes que escudriñen el cerebro para juzgar se algunas personas son proclives a cometer delitos es un asunto controversial que la sociedad debe discutir y enfrentar, señala el científico. «Observamos el riesgo de que estas técnicas se vuelvan de uso forzoso, pero nos damos cuenta de que prohibirla es también negar a las personas que no cometerán ningún delito la posibilidad de defenderse y probar su inocencia».

En las pruebas, los investigadores pidieron a los voluntarios decidir si sumarían o restarían dos números que les mostrarían en una pantalla. Antes de que los números les fueran mostrados, se los sometía a un examen cerebral («escaneo») mediante una técnica denominada resonancia magnética funcional.

Los investigadores, entonces, con un programa desarrollado especialmente para las computadoras en uso, analizaban las leves diferencias en la actividad cerebral para predecir la intencion de los voluntarios –de sumar o restar– acertando en el 70% de los casos. Los cambios en la actividad cerebral se detectaron en el córtex prefontal medio.

No obstante, porque cada cerebro es diferente, los científicos necesitan tener imágenes del cerebro en actividad pensando algo que sea posible ver y determinar en las imágenes del examen, pero nuevas investigaciones encuentran otros medios para deducir los patrones asociados a diferentes tipo de pensamientos.

Bárbara Sahakian, profesora de neurosicología en la Universidad de Cambridge, puntualiza que los avances en neurociencias son tan veloces, que obligó a los científicos del área a establecer en 2006 su propia asociación de neuroética para considerar las ramificaciones de su trabajo.

«¿Queremos convertirnos en una sociedad como la de la película Minority Report, y preveneir delitos que quizá nunca se produzcan?», es su interrogante. «Porque para que algunas de estas técnicas se apliquen es sólo cuestión de tiempo. Se trata sólo de una nueva que la sociedad debe aprender a utilizar para el bien, pero debemos debatir estos asuntos ahora, antes que de printo se mencionen en un tribunal sin que la gente tenga idea acerca de sus eventuales consecuencias.

«Son muchos los nerucientistas que exigen precaución y dicen que no podemos hablar de la lectura de las mentes, lo que es muy cierto. Sólo que nos movemos hacia allá muy velozmente y no pasará mucho antes de que podamos determinar con seguridad si alguien simplemente está mintiendo o si otro planifica cometer un crimen».

El profesor Colin Blakemore, neurocientista y director del Consejo de Investigaciones Médicas afirma: «No deberíamos exagerar respecto del poder de estas técnicas en la actualidad, pero sí podemos estar absolutamente seguros que las investigaciones no se detendrán e iremos adquiriendo más y más habilidad para predecir las intenciones de las personas, para conocer sus mentes, sus más íntimos pensamientos, esperanzas y emociones.

«Algunas de estas cosas son muy deseables puesto que ayudarán a diagnosticar enfermedades, a la educación y otros asuntos, pero necesitamos comenzar a pensar en las cuestiones éticas que se desprenden. Todo esto suma mucha información a la base de datos médica y en necesario determinar cómo se utilizará.

Esta tecnología podría significar además un avance en el desarrollo de ordenadores controlados por el cerebro y otra maquinaria que eleve la calidad de vida de perdonas con problemas de minusvalidez. Un computador que lea el cerebro podría permitir a personas acceder a su correo electrónico o utilizar u procesador de textos que podría predecir que palabra o frase se quiere escribir. Por otra parte la misma tecnología se puede emplear para introducir mejoras en sillas de ruedas comandadas por el cerebro, miembros artificiales que respondan cuando la persona imagina que se mueve…

«Imagínese lo tedioso que resulta escribir una simple carta utilizando el cursor para elegir cada letra de una pantalla –dice el profesor Haynes–, cuánto mejor sería poder pensar ‘quiero conestar éste correo electrónico’ o quizá ‘pienso en esta palabra’ y que el computador comprenda lo que uno quiere hacer».

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Algunas preguntas y sus respuestas

Qué es lo que los científicos han logrado?

Un sistema que analiza la actividad cerebral para predecir las intenciones de una persona antes de que se convirtan en acción. Futuras versiones más adelantadas podrían descifrar pensamientos complejos incluso antes de que las perdons sean concientes de ellos.

¿Cómo funciona?

El computador aprende patrones únicos de actividad cerebral –»la firma» que corresponde a diferentes pensamientos–. Luego se examina («escanea») el cerebro buscando esos patrones y se predice lo que la persona observada está pensando.

¿Para qué sirve?

Se espera que sirva para diseñar computadoras controladas por el cerebro, miembros artificiales y otra maquinaria que reaccione con el pensamiento. Con el tiempo los avances permitirán mejorar las técnicas de interrogatorio de los delincuentes y darán mayor seguridad antes de liberar a un reo condenado.
Contrioversial es la posibilidad de usar esta tecnología para ubicar a personas que piensan cometer un delito antes de que lo hagan.

¿Qué viene después?

Se investiga una tecnología que permita distinguir entre las ideas pasajeras, volátiles, y las intenciones verdaderas y firmes.

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* Corresponsal científico del diario británico The Guardian. Artículo publicado el nueve de febrero de 2007.

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