Ley argentina de Radiodifusión:¿Se puede romper el oligopolio mediático?

Tomás Canevari*
 
El gobierno argentino impulsa la reforma de una ley aprobada durante la última dictadura. Los grandes medios se oponen a cambiar un sistema que les trajo muchos beneficios. 

La cuestión de los medios ocupa en la actualidad un lugar central en los debates políticos que atraviesan el escenario latinoamericano. El papel de las grandes cadenas informativas se ha puesto en tela de juicio en varios países del continente.

Un caso testigo es Venezuela. Allí, el presidente Hugo Chávez debió enfrentar diferentes conflictos con la prensa local e internacional que lo han llevado ha promover sucesivas políticas con el afán de recortar el poder de los gigantes mediáticos. Claro que esto no le resulta gratis y día tras día enfrenta los ataques de quienes ven afectados sus intereses.

En Argentina, la cuestión del rol de los medios pocas veces se sometió a un debate tan importante como en las últimas semanas. Por un lado, el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner mantiene una disputa con el multimedio Clarín, cuya labor es cuestionada por diversos sectores. Por otro lado, luego de casi 25 años de espera por primera vez se abrió un debate serio acerca de la modificación de la Ley de Radiodifusión que rige las actividades mediáticas.

Pocas veces en la historia argentina una ley recibió más de 2 mil retoques. Además, a pesar de que aproximadamente 70 proyectos fueron presentados, sólo uno tuvo dictamen favorable en la Comisión de Comunicaciones de la Cámara de Diputados. Sin embargo, nunca fue tratado en el Congreso. En estos días, la vieja ley parece que finalmente llegará a su fin.

Es necesario tener en cuenta que la actual ley 22.285 fue sancionada durante la última dictadura militar en Argentina y son muchos los sectores que vienen reclamando modificaciones desde el retorno de la democracia en 1983. Para tener mayor peso, en el año 2004 se formó la “Coalición por una Ley de Radiodifusión para la Democracia” que nuclea organizaciones relacionadas a la comunicación no comercial. Dicha Coalición diseñó 21 puntos como estándares mínimos internacionales que considera básicos y que no deberían dejar de tratarse en el lanzamiento de un proyecto de ley.

Desde el gobierno argentino se accedió en el último mes a un debate con una amplia variedad de sectores, para proponer un proyecto de ley en medio de un contexto al menos polémico. Universidades, músicos, Organizaciones No Gubernamentales, sindicatos, empresarios y organismos de Derechos Humanos mantuvieron reuniones con la presidenta y acercaron carpetas con diferentes propuestas.

Como era de esperar, representantes de la oposición no tardaron en manifestar sus críticas. Estos cuestionamientos resaltan que la iniciativa tiene relación con el enfrentamiento actual del gobierno con el Grupo Clarín.

Por otra parte, en una conferencia dictada en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) el docente investigador de la Universidad Nacional de Quilmes y del Conicet, Martín Becerra, señaló que “apareció el tema de los medios en los medios, es algo que los argentinos no estamos acostumbrados a ver”. Becerra destacó la importancia de los medios en sociedades complejas como las nuestras donde todo el flujo simbólico, cultural y de conocimiento circula a partir de los medios como también las ideas que se construyen sobre los otros y sobre la realidad. “Actualmente habla el que tiene medios más potentes y eso es lo que escucha la sociedad. Se escuchan siempre pocas voces y muy uniformes, que operan la comunicación con una lógica de lucro”, agregó.

En los 21 puntos presentados por la Coalición se destaca la importancia de regular el reparto de las licencias de las frecuencias radioeléctricas. Además, se establece que nadie se las puede apropiar porque pertenecen a la comunidad y que deben ser administradas por el Estado.

“Siempre es oportuno hablar de los medios. Este gobierno no había hecho demasiado para cambiar la situación, el gobierno de Néstor Kirchner prorrogó en el año 2005 las licencias (a los canales de TV por aire) por un plazo de 10 y 15 años, les abrió un negocio sin exigir nada a cambio. Sin exigencias les regaló 15 años de explotación del espectro radioeléctrico que nos pertenece a todos. El propio gobierno de Kirchner en el último día hábil de su gestión, autorizó la fusión de Multicanal y Cablevisión (empresas de TV por cable), en manos del grupo Clarín”, explicó Becerra en dicha conferencia.

Lo particular de este debate en el que aparecen los medios en los medios, es que puede modificar no sólo el modo en el que abordan el tema de la radiodifusión sino también como tratan otros temas relacionados con el gobierno. El director de la Asociación de Radios Universitarias Nacionales (ARUNA) e integrante de la Coalición, Omar Turconi, dijo: “es un tema muy particular y muy importante, sobre todo el saber leer entrelíneas lo que nos dice cada medio sobre este tema de la radiodifusión, porque los involucra de manera directa. Acá van a tener posturas absolutamente dispares y van a actuar de distintas formas”.

Según Turconi, esta ley es tan importante para los grandes medios que los hará modificar sus actitudes, y esto se verá reflejado en las tapas de los diarios o en los cables informativos que estos grupos proveen. “Hay que estar atentos con esto porque muchos ven tapa del diario Clarín, ven Todo Noticias (canal informativo del mismo grupo) y creen que es esa la realidad”, agregó el director de ARUNA en conversación con APM.

En cuanto a la postura que toma la oposición, el decano de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP y miembro de la Coalición, Alejandro Verano, destacó que “en esta lógica binaria, donde se discute estar a favor o en contra del gobierno me parece que muchos dirigentes de la oposición caen especulando con la posibilidad de obtener réditos en función de pararse del otro lado”.

Por su parte, Turconi se refirió al contexto donde se da el debate: “No se si viene de la mano de otros conflictos como por el tema del campo y algunos enfrentamientos del gobierno con los grandes medios, pero si eso fue la excusa o el motivo, me parece bienvenido que se abra el debate”. Además asegura que esta es una oportunidad histórica en el país.

Con todo esto, se vislumbra que existe una oportunidad política, un momento clave para ser escuchados, para lograr que radios comunitarias, universitarias y distintos actores sociales puedan avanzar en el terreno de la comunicación.

Si bien la ley de Radiodifusión 22.285 fue sancionada durante la última dictadura militar, los integrantes de la Coalición entrevistados por APM coinciden en que el poder otorgado a los grandes grupos fue dado y legitimado en democracia.

Tal es el caso de la Ley de Reforma de Estado de 1989 que incluyó el traspaso de radios y canales municipales, provinciales y nacionales al sector privado. De este modo, se insertó un proceso de concentración económica de la mano de las políticas neoliberales avaladas en la única ley que logró modificar el régimen de radiodifusión y, justamente, sólo cambió las condiciones y requisitos para la obtención de licencias. Durante esos años, pasó de 4 a 24 el número de licencias que un mismo medio podía obtener.

Entre las reformas que se llevaron a cabo durante el menemismo se derogaron capítulos y se agregó uno que da facultad al Poder Ejecutivo “a adoptar las medidas necesarias hasta el dictado de una nueva ley de Radiodifusión, para regular el funcionamiento de aquellos medios que no se encuentran encuadrados en las disposiciones vigentes”.

La gran ventaja que tomarían a partir de ese momento los grandes medios privados, marcó un cambio fundamental en la conformación de multimedios en Argentina. Esto se profundizó gracias al Tratado de Promoción y Protección de Inversiones Recíprocas con Estados Unidos. De esta manera, Argentina se alejó del Acuerdo de Colonia firmado con sus socios del Mercosur que restringía las inversiones extranjeras en esta área.

En lo que hace referencia a la inclusión de nuevos actores, la abogada y Licenciada en Comunicación Social, Analía Elíades, sostuvo que es necesario destacar que la modificación del artículo 45 de la ley de Radiodifusión, en pos de la inclusión del sector no comercial, históricamente excluido de la actividad radiodifusora “fue una larga lucha protagonizada por la sociedad civil y expresada a través de organizaciones como el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) y la Cámara Argentina de Cooperativas Comunitarias de Radiodifusión (CARCO)”.

Alejandro Verano y Omar Turconi coinciden en que, de establecerse una nueva ley, se tratará de cambios que se darán como un proceso progresivo. Ambos se refirieron a la necesidad de establecer un sistema legal que impida la conformación de monopolios que manejen y manipulen la circulación de información. De este modo, se podrá brindarle a los ciudadanos la posibilidad de un mejor acceso a los servicios informativos.

La concentración de medios en pocas manos atenta contra la pluralidad informativa y deteriora la calidad de la información. Además, en la actualidad los concursos para obtención de licencias apuntan a la mejor propuesta económica, relegando la propuesta comunicacional y cultural a un segundo plano.

“No percibo que el clima en el que se da esta discusión sea confiscatorio o expropiador con respecto a que salga la ley y al día siguiente ya no existan los multimedios. Creo que lo que va a haber es un nuevo marco legal que en el mejor de los casos podrá ir recortando los márgenes de concentración monopólica”, expuso Verano.

Turconi remarcó que no es una ley en contra de ciertos grupos en particular. “Queremos reglas más igualitarias para todos. En 25 años una ley que no se reformó por algo es, no es una ley cualquiera.”, expresó. Además, con una mirada optimista, agregó que ya no hay vuelta atrás, que ahora se viene en serio la reforma porque se fue muy a fondo en el debate con distintos sectores que no se van a quedar callados. Incluso el proyecto tendrá la fuerza de estar enviado por el Ejecutivo y la comunidad de los medios verá quién es quién en el Congreso.

“Hay que tener en cuenta también que, como en toda situación de dictado de nuevas leyes, las mismas se aplican a partir de su sanción, no pueden ser retroactivas, y siempre tienen en cuenta períodos de transición y no alteran los derechos adquiridos”, explicó Elíades a APM.

La necesidad de un cambio en la legislación que regula la actividad mediática provoca que el asunto adquiera cierto grado de urgencia teniendo en cuenta que la ley 22.285 fue aprobada hace treinta años a gusto y comodidad de la dictadura militar.

Durante los sucesivos años, varios sectores reclamaron un cambio en el manejo de la Radiodifusión. Sin embargo, los gobiernos de turno y los grandes medios de comunicación hicieron silenciar el asunto y el cambio nunca llegó. Parece que los días de la ley de Radiodifusión llegan a su fin, la realidad de los medios argentinos así lo requiere.

*Alumno del Seminario “Periodismo en Escenarios Políticos Latinoamericanos”, Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.

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