Lo importante, lo actual, lo urgente y la incógnita del mañana

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Después de muchos años de permanentes reflexiones y lecturas, queriendo escribir sobre los temas que anuncia el título, me resulta difícil pensar en ellos con un sentido de unidad. ¿Cómo comenzar, cuando estoy leyendo hoy —4 de noviembre de 2011— que en un país se está deliberando si el ocho de este mes lanza un misil con ojiva nuclear a otro país? |EDGARDO FILLOY.*

Ante todo pienso que si bien cada uno de ellos supone un enfoque particular, el sentido de unidad debe necesariamente pasar por un importante principio, la ideología común —ideología como sistema de valores, como visión del mundo—, la comprensión de la dimensión existencial del hombre contemporáneo (la alienación con que esta sociedad nos acosa ) las realidades sociales que no admiten espera —la defensa de la vida—y  la proyección de nuestros sueños hacía un futuro esperanzador,  la utopía.

¿Cómo comenzar, cuando estoy leyendo hoy 4 de noviembre de 2011, que hay un país que está deliberando si el 8 de este mes lanza un misil con ojiva nuclear a otro país? Y lo sorprendente es que la noticia es divulgada y tomada con cierta indiferencia por la prensa y los dirigentes políticos del mundo. Será que no creen que suceda o creerán que es necesario y será que ya no importa la magnitud de cualquier masacre que los centros de poder se propongan.

Talvez lo importante es tomar conciencia que la sociedad humana no es dueña de su destino. Nuestro destino está en manos de un grupo de alucinados por doquier. Hoy es la dirigencia israelí que nunca pudo cobrarle con muertes a Europa el Holocausto de que fue víctima y el ostracismo de tener que partir de las tierras europeas donde nacieron.

El Islam, entonces, es el chivo expiatorio. Cumple un doble propósito, sirve como objeto de venganza y además provee de la energía a Europa y USA, que sostienen un estado súper armado y sin control de organismos internacionales de proliferación nuclear, a los que nunca ha adherido. Mañana otro poderoso lanzará otra guerra vaya a saber con que pretexto.

La Europa genocida del siglo XX que hoy quiere ser ejemplo de civilización acaba de intervenir vía la OTAN en Libia. Vaya paradoja. Von Klausevich decía que la guerra era la continuación de la política por otros medios. George Bush afirmó que la guerra es el sistema que origina el crecimiento económico. (ver Al sur de la Frontera (South of the Border) filme de Oliver Stone.)

Alemania en Europa, en sociedad con Francia, parece haber elegido el camino inverso. A partir  del acuerdo del carbón y el acero Alemania fue construyendo lo que seria a poco de andar el Mercado Común Europeo. Después de la caída del muro de Berlín no sólo logró la unificación del país sino que dirigió su mirada a los países de la Europa del Este, antes en la órbita Soviética. Se estructuró la Unión Europea integrada por países desiguales en su desarrollo y se creó el Euro como moneda única.

Así los países ricos como Alemania, Francia e Inglaterra le venden armamento en cantidades desmedidas por ejemplo a la pobre Grecia para que se defienda de Turquía país candidato a formar parte de la UE, en Chipre —que es parte de la Unión—. Solo el Reino Unido conserva su moneda. Mediante la ficción de una expansión monetaria vía derivados financieros, dichos fondos  y  los bancos se generaron una deuda que creó una burbuja de seudo bienestar.

Con 100 mil millones de PBI Grecia nunca podrá pagar su deuda, aún quita mediante. Grecia que tiene una deuda de 360.000 millones de euros con 10 millones de habitantes, contabiliza como sus mayores compromisos la compra de armas. El salvataje —que tiene a mal traer a los gobiernos prestamistas y bancos— esta condicionado a mantener esas compras, que naturalmente son esenciales para mantener el empleo en Alemania y Francia y los beneficios de la intervención bancaria.

Así funciona la solidaridad de la Unión Europea y así se destruye un país y una sociedad. Pero, ¡vaya broma!, la sola intención de un referéndum por parte de Papandreu descalabró y puso al borde del delirio a la Unión Europea. Lo perverso tiene su costado frágil. Recordemos nuestro 2001 que en términos de magnitud fue menos monstruoso a pesar de lo tremendo. Solo que no teníamos (una Europa o el FMI), nadie alrededor, y nos dejaron solos.

Alemania al cabo de los años se convirtió en uno de los mayores exportadores mundiales —China hoy disputa esos lugares— y podríamos decir que finalmente a pesar de la derrota en la segunda gran guerra, los alemanes consiguieron el espacio vital, lograron un inigualable desarrollo tecnológico e industrial (Plan Marshall mediante, para contener al comunismo como instrumento de la guerra fría) convirtiéndose en el país de mayor capacidad competitiva, lo que le permitió apoderarse del mercado europeo dejando sin posibilidades a sus socios y así gobernar Europa.

Hoy representa un serio competidor de USA y la creación del euro es un desafío al dólar. Ahora se suman el yen y el yuan. La disputa esta en pleno desarrollo.

Pero… nada es para siempre y hoy no sólo Europa sino todo el primer mundo se halla en un atolladero. Solo se trata de una fantasía de dinero, inexistente, no representado por una producción concreta de bienes y servicios. Una burbuja hecha de bonos, papeles impresos de dudoso valor al que llaman dinero. Se olvidaron de la gente. Y la gente reclama cada vez con más énfasis sus derechos. Los nativos —the natives como nos llaman a los pueblos extranjeros y sobre todo a los de America Latina y África—, los países colonizados, estamos despertando.
Y por este sendero, el de los países “emergentes” surge con fuerza la idea de lo importante.

Son pueblos que han entendido que es necesario cambiar de paradigma.
Estamos comenzando casi todo de nuevo.  Tal vez no lo hagamos tan pronto ni tan bien como nuestras necesidades lo exigen. Pero empezaremos por ellas.

Empezaremos por lo importante

“América Latina es hoy el lugar mas estimulante del mundo. Por primera vez en 500 años hay movimientos hacia una verdadera independencia y separación del mundo imperial; se están integrando países que históricamente  han estado separados. Esta integración es un prerrequisito para la independencia. Históricamente, estados Unidos ha derrocado un gobierno tras otro; ahora ya no puede hacerlo.”[1]

Europa se debate en el dilema del sueño de la sociedad de bienestar y las grandes desigualdades. Los países dominados por ella han proporcionado la mano de obra conveniente para la producción, reservando para los “genuinamente” europeos los puestos de privilegio.

Esa inmigración que ha tenido descendencia en esos países reclama igualdad, mientras un sentimiento de xenofobia va creciendo en esas sociedades, en la medida que crecen los recortes en los puestos de trabajo y en su calidad de vida. Quien ha sido educado, bien alimentado y vivía una vida que parecía previsible, difícilmente acepte un feroz ajuste como el que se anuncia. Es por eso que los indignados en todo el mundo exigen que sean los que provocaron la crisis los que paguen.

En lo político también hay puntos de quiebre
:
“La actitud de la Unión Europea frente a este nuevo orden internacional impuesto tras el 11-S de 2001 no ha estado exenta de contradicciones. Por una parte considera que la defensa de los derechos humanos y de las garantías básicas de la dignidad humana está inscrita en su ADN desde la proclamación en 1789 de la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano por la Francia revolucionaria de entonces.

Por otra parte la dependencia política de la UE respecto a Estados Unidos ha motivado que no haya existido una denuncia contundente de las regresiones que en materia de derecho internacional y en especial del derecho internacional de los derechos humanos se hayan venido produciendo en el último lustro.”

“Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo la Insurrección es para el pueblo y para cada porción del pueblo, el más sagrado de sus derechos y el más indispensable de sus deberes”
(Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano).

“Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de derecho a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión
(Preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos. 1948).[2]

Los pueblos de America Latina están en vísperas de crear una nueva epopeya instituyente. Está instalada ya en el imaginario colectivo. Acusada con ligereza la movilización de los pueblos como populismo, en un sentido descalificante y peyorativo, sin entender su profundo significado innovador alejado de las teorías fascistas europeas.[3] Un proceso lento pero firme de poner en vigencia valores tantas veces proclamados a lo largo de la historia.

Ser capaces del cambio, por sobre el Apocalipsis que proponen quienes han agotado sus valores y su capacidad de una convivencia justa, eso es lo importante.

Lo actual

Reunión tras reunión, los dirigentes de los países agrupados en un sin fin de organizaciones que deliberan permanentemente; y lo cierto es que deliberan no para solucionar los problemas que la actualidad del mundo plantea, sino para evitar enfrentar la realidad. Decía el príncipe de Salina en el Gatopardo: es necesario que todo cambie para que todo quede igual. Diez años, veinte años es suficiente si podemos permanecer como clase. Pero advierte si hay revolución el príncipe tiene que ponerse a cabeza, es su única alternativa de supervivencia.

Dejemos a los príncipes y pensemos en los dirigentes mundiales de hoy día. Están embretados en el pensamiento único que les propone el poder del mundo de la especulación financiera. No pueden ni saben como cambiar. Solo la tragedia los despertará —tal vez. 

¿Cuánta gente más tiene que salir a las calles para que comprendan de qué se trata? Sospecho, es más, estoy convencido, de que advierten que algo no está bien. Pero los líderes de los países poderosos están sustentados por aquellos que son los responsables de la injusticia y de toda esta locura planetaria.

Decía Cristina Fernández de Kirchner en su discurso en el G-20: “Entonces, la propuesta es que regulemos a los que realmente tenemos que regular. Resulta que vamos a regular a los países a ver cómo pueden ajustar. Además, van cayendo los liderazgos y, además, permítanme: desde la política no ya desde la empresa, se van a comenzar a cuestionar los fundamentos de la democracia. Porque cuando la gente vea que la democracia no le da posibilidades de trabajo, de progreso, de tener casa, de salud, comienzan a cuestionarnos los funcionamientos del sistema político.

"Ustedes piensen no en términos de dos o tres años, piensen en términos de la evolución histórica de la humanidad, lo que ha pasado cada vez que el pueblo no ha podido comer. Y lo digo acá en Francia, cuna de la Revolución Francesa; cambian los sistemas. ¡No estoy anunciando el fin de ningún sistema, por favor!Simplemente estoy viendo con perspectiva histórica y mirando con perspectiva de liderazgo histórico y ver que es necesario hacer un cambio en serio, porque también lo que algunos creen que está sucediendo en otros países… alguien habló recién de lo que pasa en África cuando la gente no puede comer o en Magreb cuando pasó lo que pasó… pero tampoco nos creamos el tema de la famosa revolución árabe que solamente tiene que ver con la comida.

"Tiene que ver también con gentes que tiene sistemas políticos diferentes a los nuestros y que no quiere vivir con las formas democráticas occidentales. No lo veamos solamente con un problema económico. El que crea que la primavera árabe es una cuestión de que quieren vivir como nosotros los occidentales, con división de poderes y demás, no me parece que se está leyendo correctamente. Y si no miren las fotos de la gente que festeja la caída de los gobiernos y vamos a ver gente vestida como musulmanes, islamistas absolutos y además, en la primera elección democrática que se hizo en Túnez, la ha ganado un partido islamista moderado pero islamista —y no tengo nada contra el Islam, en absoluto— …simplemente les digo: tengamos una real comprensión del mundo en el que estamos. No nos equivoquemos y sepan que si esto se profundiza, van a empezar a cuestionarse las democracias y las formas políticas actuales.

"Europa también tiene una historia en esto, de cómo surgen gobiernos totalitarios en medio de crisis económicas insolubles y que no pueden resolverse.
Yo creo que estamos a tiempo, no quiero ser dramática, ni tremendista, ni sembrar pánico porque no es mi misión como presidenta de la República, y tampoco porque lo creo. Creo que estamos en tiempo todavía y forma de poder establecer soluciones, pero soluciones que tengan que ver con la regulación de aquellos que han provocado el problema.

“Muchas veces hay que afectar intereses, eso sí. Esta es la otra gran definición y con esto quiero terminar: es cierto que muchas veces para solucionar determinados problemas, hay que afectar intereses, e intereses que son muy poderosos. Pero yo me atrevo a decir que es mejor enfrentar esos intereses minoritarios pero poderosos, antes que más adelante enfrentar la furia de la sociedad.” [4]

Lo urgente

Todo es urgente. La felicidad del privilegio de la vida con todas sus contingencias es primordial. Esto que parece ingenuo es sin embargo el núcleo de lo urgente y nos pertenece a todos. Somos ya 7.000 millones de seres humanos en el planeta. El crecimiento demográfico no es una maleza que se reproduce maléficamente y que hay que tratar con agroquímicos para eliminarla. Cada ser humano es persona y esa dignidad es lo que es urgente preservar y defender por sobre todas las cosas.

En definitiva lo urgente es la justicia sin diferencias. Es el ejercicio de todos los derechos de hasta el último ser humano viviente.

Estamos lejos de esto. Y todo forma parte prácticamente del mismo problema. El hombre es lobo del hombre. Hemos construido un sistema de valores que permite categorizar a las personas, a los pueblos de acuerdo a la condición que le asignemos o la sociedad donde nació y que le ha tocado compartir. Eso permite la explotación, el abandono, el hambre y la muerte como destino inevitable. Del mismo modo que otra fracción de la humanidad goza de las mayores posibilidades de realización.

Se siente un sentimiento de urgencia cuando un ser querido sufre, cuando un hijo o un familiar se enferma. Cuando una desgracia asola a una comunidad no acostumbrada a sufrir.

Podríamos enumerar muchos casos  pero digamos nada más un ejemplo. A quien le importa Haití. A quien le importa África. Esas son situaciones que tiene que ver con lo urgente. Un mundo que no se hace cargo de esos casos como tantos otros colectivos o individuales, es un mundo injusto y canalla. Hacerse cargo es urgente.

La incógnita del mañana

Hay sueños individuales y hay sueños colectivos. Ambos deberían convivir en armonía social.

“Aquí está entonces el hombre fuera de nuestro pueblo, fuera de nuestra humanidad. Está siempre famélico, nada le pertenece salvo el instante, el prolongado instante de la tortura. Siempre posee una sola cosa: su sufrimiento, pero no hay nada en toda la superficie de la tierra que pueda servirle de remedio, no hay terreno donde apoyar sus dos pies, ningún soporte para afianzar sus manos, y por ello hay menos para él que lo que tiene el trapecista del music-hall, quien al menos pende de un hilo” [5]
(Franz Kafka).

Por alguna razón se me hace presente Shakespeare. Más puntualmente Hamlet. El es un príncipe en el siglo XVI que vive un choque brutal entre las circunstancias que le tocan vivir y sus ideas. Esta visión del mundo, por el contraste entre realidad e ideales, afecta sus sentimientos amorosos, sus relaciones familiares, la política y la amistad.

Las prácticas comunes de la política, como la tiranía, el crimen y la sospecha, son rechazadas por él, porque no están de acuerdo con sus ideales. ¿Quién es el engañado, él o son los otros? Intentar ser un hombre auténtico hasta las últimas consecuencias supone la introducción del héroe, aunque fracase o muera en su intento incorpora un sentimiento de esperanza. El Che  Guevara es un ejemplo contemporáneo. En un sentido, siguiendo las ideas de Albert Camus, la desesperación de la rebelión implica un sentimiento de esperanza.

“¿Qué significa Prometeo para el hombre actual? Bien podría afirmarse sin duda que ese rebelde alzado contra los dioses es el modelo del hombre contemporáneo y que su protesta elevada millares de años atrás en los desiertos de Escitia se resuelve hoy en una convulsión histórica que no reconoce igual. Más al propio tiempo algo nos dice que ese rebelde continúa siendo perseguido entre nosotros y que permanecemos aún sordos al gran grito de la rebelión humana de la que él solo da la señal (…) El héroe encadenado mantiene en el rayo y el trueno divinos su fe tranquila en el hombre. De esta suerte él es más duro que su roca y más paciente que el buitre que lo ronda. Mejor que aquella rebelión contra los dioses es esta larga obstinación que tiene sentido para nosotros, y esa admirable voluntad de no excluir, de no dejar de lado nada, que siempre reconcilió y reconciliará aún el corazón dolorido de los hombres con las primaveras del mundo.” [6]
(A. Camus).

El destino del hombre… sin el héroe, sin Prometeo, sin esperanza, en un completo encierro nos interna en una síntesis patética de la sociedad contemporánea en los países desarrollados o del primer mundo. En el mundo restante estamos involucrados. Una suerte de archipiélago nos engloba a todos generando islas y una nueva estratificación social y cultural. Un mundo de soledades compatibles, de esfuerzo extremo por confortarse y de ilusión furtiva en la exaltación neurótica de los cuerpos sin homenaje, sin dulzura, sin amor. Tocar al otro para sentir, para saber que todavía están vivos.

Y somos vecinos y en esta parte del mundo aún confiamos en Prometeo.  Este es el rodeo que veo. Desde la fría sociedad desalmada al homenaje a la vida. Éste me parece el propósito del mañana. Ésa es la utopía

Estas ideas  transmiten un sentimiento agónico que pone finalmente en superficie este dilema y quien sea capaz de asumirlo comprenderá que vivimos una época trágica. Sin embargo: “Lo trágico – decía Lawrence – debería ser como un gran puntapié aplicado a la desgracia.”

Ésta podría ser una reflexión final:
De nuevo con Camus: “En cierto modo, el sentido de la historia del mañana no es el que corrientemente se cree. Ese sentido está en la lucha entre la creación y la inquisición. A pesar del precio que les costará a los artistas el tener las manos vacías bien podemos esperar su victoria. La filosofía de las tinieblas se disipará una vez más por encima del mar resplandeciente. ¡Oh, pensamiento meridional, la guerra de Troya se libra ahora lejos de los campos de batalla! Y también esta vez, los muros terribles de la ciudad moderna caerán para entregar, (alma serena como la calma de los mares), la belleza de Helena.”[7]
Mi deseo pagano es que así sea.

Bibliografía:

[1] Noam Chomsky – América Latina es el lugar más estimulante del mundo – David Brooks, Hermann Bellingshausen y Luis Hernández – Diario La Jornada México.
[2] – Enrique Santiago Romero – Aspectos jurídicos globales –Rebelión.
[3] – Ernesto Laclau – La razón populista – Fondo de Cultura Económica – México.
[4] – Fragmento del discurso pronunciado el 2-11-1011 por Cristina Fernández de Kirchner ante los empresarios de B20 que participaron de la conferencia del G-20.
[5] – Franz Kafka – Descripción de una lucha – novela corta (Beschreibung eines Kampfes, 1904/1905)
[6] – Albert Camus – El Hombre Rebelde – Editorial Emece.
[7] – Albert Camus – El Verano –  Editorial Sur.

* Fotógrafo, restaurador de materiales históricos.
www.edgardofilloy.com.ar

 

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