Natalia Grappa*

La falla más notable del Sambil la Candelaria es la falta de proyecto de vialidad, ya que cuenta con una sola entrada, no hubo propuestas para rediseñar las aceras para los peatones y su estructura es cerrada, sin ventanas. Para Posanni es "un edificio mal diseñado y lo más terrible es que no tiene proyecto de vialidad por los dos mil 200 puestos de estacionamientos que prevé". Además causaría un gran consumo de energía, puesto que su ventilación sería con aires acondicionados de gran magnitud.
Los propietarios de las cadenas de los Centros Sambil no han analizado las consecuencias negativas que su obra comercial traería para los habitantes del barrio céntrico de La Candelaria, pues su interés es netamente monetario sin tomar en cuenta lo humano y el deterioro que le ocasionan al ambiente.
Los dueños de esta constructora pretenden, con los 273 locales distribuidos en 21 mil metros cuadrados, sacarles provecho al máximo de cada metro cuadrado. “Este centro comercial es una maraña de tiendas una al lado de la otra y está diseñado para ser un laberinto. Uno al entrar no entiende su estructura y distribución, porque eso es parte del consumo", afirmó Posanni.
Recientemente, Arnold Moreno, presidente de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales, dijo que ésta "es una obra de primer mundo y brinda mejor calidad de vida a los ciudadanos", mientras que para Posanni una obra de primer mundo es aquella que no interfiere con el bienestar de los ciudadanos y su vialidad, "una estructura ecológica es considerada de primer mundo", afirmó. Además los grandes centros comerciales de los países desarrollados se encuentran fuera de la ciudad y no en el casco central, como sí ocurre en Venezuela.
Sin embargo, en Venezuela, donde muchas organizaciones políticas y medios privados alegan que se cercenan los derechos humanos, el pueblo es quien tiene la última palabra. tiene la potestad de decidir cuál será el destino de ese espacio donde está la construcción del centro comercial, es decir si será una casa de estudios o un centro de salud.
Por esto, el alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, sostuvo que comenzaran las consultas con los consejos comunales, asociaciones de vecinos, comités de tierras, habitantes de la parroquia La Candelaria y San Bernardino, que "se sientan profundamente afectados con la construcción de un adefesio como éste, contraviniendo cualquier disciplina de orden y de planeamiento urbano".
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