Los organismos financieros internacionales  

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Inmediatamente después de finalizada la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos vió la necesidad de propiciar la reintegración de las economías europeas destruidas en una economía mundial capitalista -como forma de frenar también un posible avance del comunismo en Europa-. Con este fin, en julio de 1944, delegados de cuarenta y cuatro países se reunieron en Bretton Woods, EEUU, para establecer un sistema monetario que pusiera orden en los mercados cambiarios y favoreciese el comercio internacional.

Como resultado de esta conferencia se crearon el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el fin de para fomentar el comercio mundial reduciendo las restricciones de divisas, y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) -posteriormente Banco Mundial (BM)- destinado a ofrecer préstamos de infraestructura a la Europa de posguerra. El sistema monetario nacido en Bretton Woods se basó en la convertibilidad dólar-oro y el FMI era el encargado de asegurar el funcionamiento de este sistema. Esto duró hasta los años 70, cuando la quiebra del patrón dólar-oro y el fin del sistema de cambios fijos dejaron al FMI sin campo de acción, con lo cual perdió el protagonismo que tenía hasta entonces en el concierto internacional.

La crisis de la deuda que afectó a la mayor parte de los países del Sur, y, sobre todo, a América Latina en la década de los 80, supuso un nuevo reto para el FMI, que encontró un nuevo campo de actuación. La solución aportada por el FMI fue lo que se conoce como los Planes de Ajuste Estructural (PAE). Estos tenían por objetivo reestablecer los equilibrios de la balanza de pagos de los países afectados por la crisis y permitir así que éstos cumpliesen con el servicio de la deuda. Los PAE se convirtieron en la receta única aplicada a todos los países que querían acceder al financiamiento del FMI o a los préstamos del BM.

Actualmente el poder del FMI va mucho más allá del simple control del sistema de pagos para el cual fue creado. Tanto a través de la condicionalidad de sus créditos a los países como de las declaraciones e informes que produce sobre la situación y/o las políticas económicas que se aplican a un país determinado, el Fondo ha estado imponiendo a lo largo de los años un determinado modelo económico mundial que se deriva del denominadoConsenso de Washington.

La primera formulación del Consenso de Washington, que se debe a John Williamson («Lo que Washington quiere decir cuando se refiere a reformas de las políticas económicas») data de 1990. El escrito concreta diez temas de política económica en los cuales, según el autor, Washington está de acuerdo. «Washington» significa el complejo político-económico-intelectual integrado por los organismos internacionales (FMI, BM), el Congreso de los EUA, la Reserva Federal, los altos cargos de la Administración y grupos de expertos.

Las actuaciones del FMI en las economías en transición y en las crisis del Sureste Asiático, Rusia o Brasil han sido duramente criticadas, sobre todo por no tener en cuenta las consecuencias sociales de las mismas. Aparte de las numerosas críticas por parte de la sociedad civil o desde ámbitos académicos, el FMI también ha recibido críticas desde ámbitos supuestamente cercanos a la institución. Una de las últimas y más influyentes a la que ha tenido que hacer frente es la del ex-vicepresidente y ex-economista jefe del BM, Joseph Stiglitz, que acusa al FMI de no haber sabido hacer frente a las diferentes situaciones de crisis: «El FMI ha cometido errores en todas las áreas en las que se ha incursionado: desarrollo, manejo de crisis y transición del comunismo al capitalismo».

Por su parte, los bancos multilaterales, creados con el objeto de proveer financiamiento para el desarrollo, han sido las herramientas utilizadas por los gobiernos de los países desarrollados para el otorgamiento de fondos a los países con menos recursos. Las políticas de estas instituciones y las condiciones asociadas a sus préstamos han delineado las economías y el desarrollo social de los países receptores.

Siendo el Banco Mundial la principal organización de financiamiento para el desarrollo a nivel global, los bancos regionales de desarrollo han jugado un rol fundamental en el endeudamiento de los países. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por ejemplo, a lo largo de sus 40 años de historia de concesión de préstamos, ha prestado por valor de más de cien mil millones de dólares, cantidad que ha pasado a engrosar la deuda externa de los países latinoamericanos.

Actualmente tanto en áreas académicas como desde los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y las propias instituciones financieras internacionales se manifiesta la necesidad de una reforma profunda de las mismas. Claramente, los objetivos y expectativas de los distintos actores frente a estas reformas son variados. Mientras en los sectores de derecha se promueve una mayor eficacia y una disminución de la redudancia en las actividades que estas instituciones realizan, en los sectores de izquierda se promueve una mayor democratización de las mismas y un cambio radical en las políticas que promueven.

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* En http//usuarios.lycos.es/polemica/modules/wfsection/article.php?articleid=150

Del informe preparado por Choike, una iniciativa del Instituto del Tercer Mundo (www.choike.org).

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