El imperio mueve sus fichas para tratar de terminar de montar el escenario que facilite una intervención internacional en Venezuela y otros países de América que no se sometan a sus designios. México, Perú y Chile se mostraron dispuestos a constituir un “mecanismo de evaluación de los sistemas democráticos” entre los países miembros de la OEA. La iniciativa fue rechazada por Argentina y Venezuela. ⎮NÉSTOR FRANCIA.*
La canciller de México, Patricia Espinosa, lanzó esta idea durante la celebración del X aniversario de la Carta Democrática Interamericana, que reunió en Valparaíso, Chile, a ministros de Exteriores y jefes de delegación de los Estados miembros de la OEA.
“Pensamos que podríamos hacer un ejercicio de análisis o de seguimiento entre pares, un ejercicio sistemático que podría incluir visitas de comisiones especiales a los países, donde pudieran hacer un contacto directo con los distintos actores de la sociedad”. La peregrina idea fue respaldada por el ministro chileno y, lamentablemente, por el de Perú, dándose así el hecho de que la primera actuación internacional notable del nuevo gobierno peruano se haga en alianza con dos gobiernos de ultraderecha.
También respaldó la iniciativa, cómo no, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien aseguró que la organización está dispuesta a hacer evaluaciones de pares “voluntarias” y a buscar una metodología para ello. Ya Insulza se había pronunciado el sábado para tratar de complacer a la ultraderecha de Estados Unidos, que está pidiendo más definición de la OEA para enfrentar a países que promueven la liberación nacional y continental.
El secretario general afirmó entonces que “Es necesario dotar a la OEA de mayor capacidad para acompañar a los gobiernos de la región en el proceso de transformar el derecho a la democracia en una realidad cotidiana de los ciudadanos”.
En cambio los representantes de Argentina y de Venezuela rechazaron la sugerencia. “La Argentina no está interesada en delegar sus responsabilidades (…). La Argentina piensa seguir ejerciendo su derecho a monitorear su situación política interna”, señaló el canciller de ese país, Héctor Timerman. El ministro manifestó también su “preocupación por ciertos países miembros de la OEA que en los últimos años se han volcado a la elaboración de informes sobre la conducta de otros países soberanos”, en clara referencia a Estados Unidos.
En tanto,el representante de Venezuela ante la OEA, Roy Chaderton, defendió que “sean los pueblos los que decidan cómo les gusta la democracia y no que venga el inspector”, puesto que “eso tiene un fondo totalitario”.
Durante el debate hubo también divergencias en torno a la conveniencia de reformar la Carta Democrática, tal como defiende el gobierno chileno, de otorgarle una interpretación más amplia o de complementarla mediante resoluciones paralelas. Por esta última opción se inclinó, por supuesto, el secretario Insulza: “La Carta está bien como está (…), sin perjuicio de que creo conveniente perfeccionar algunos aspectos”, como “definir mejor en qué casos, además de los golpes de Estado, hay una ruptura grave del orden constitucional”. Es la política de los inspectores, por supuesto, usando los argumentos con los que fue justificado el golpe de Estado en Honduras.
La zona inestable del mundo
En el Oriente Medio , siguen las aguas agitadas. Mientras en Libia las fuerzas invasores y sus agentes no han podido acabar con la resistencia gadafista, en Siria se mantiene la posibilidad de alguna intervención imperial.
El primer ministro británico, David Cameron, manifestó el viernes su frustración por la falta de acción internacional contra Siria y comparó la situación de este país con la de Libia. En una entrevista en la BBC, el primer ministro británico apuntó que en Siria “como en Libia hay un dictador haciendo casas horribles contra su pueblo”, pero el problema, dijo, es que “no hay el mismo apoyo para una intervención militar, ni en la Liga Árabe ni internacionalmente”.
Cameron reconoció que en el caso sirio está habiendo problemas en la ONU para conseguir una resolución más fuerte que imponga mayores sanciones, como “la prohibición de viajes, la congelación de los fondos internacionales del régimen y todas las cosas que en Europa estamos poniendo sobre la mesa”. Pero el vocero imperial no ha dejado de moverse para tratar de ganar apoyos a la intervención, y dijo que ha detectado que los miembros de la Liga Árabe han empezado adoptar posiciones más tajantes contra el gobierno de Bashar al Assad, pero reconoció que hay problemas para que la ONU adopte medidas más duras contra el estado sirio.
Por cierto que el dirigente del Partido Popular español, el fascista José María Aznar, señaló que, en algunos casos, la única alternativa a la “modernización y evolución política” es el cambio de régimen: “Creo que esto se ha visto en Libia, y que Siria es el siguiente de la lista”.
La alianza de Estados Unidos con Europa para ponerle la mano completamente a los recursos del Medio Oriente, y sobre todo al petróleo, sigue dando pasos para fomentar la división y la guerra, y pescar en río revuelto, en un río de sangre, para más señas.
Pero también hay sacudón en Israel, donde se siguen produciendo masivas manifestaciones de protesta por la justicia social. La mayor manifestación del pasado viernes se celebró en Tel Aviv. Allí, unas 300.000 personas se congregaron en la plaza Kikar Hamedina en el centro de la ciudad. Los manifestantes llevaban pancartas con la leyenda “El poder del pueblo” o con mensajes para el primer ministro “Bibi Netanyahu, vete a tu casa”, y gritaban consignas como “Queremos justicia social”.
* Periodista.
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