Luces y sombras. – EL FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE PUERTO RICO

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Las amigas y amigos poetas de Puerto Rico, reunidos en el ya casi mítico grupo Guajana (nombre de la flor de la caña de azúcar en la isla y de la revista que dicho grupo publica desde hace más de 30 años), conformado entre otros por Vicente Rodríguez Nietzsche –su indiscutible líder–, Edgardo López Ferrer, Marco Rodríguez Frese, Wenceslao Serra Deliz; y poetas no pertenecientes al grupo como Etnairis Rivera, y otros cuyos nombres se me escapan, así como algunos artistas visuales, académicos, instituciones y gestores culturales, lograron un sueño largamente acariciado: organizar y realizar el Primer Festival Internacional de Poesía en su país este año, el cual estuvo dedicado a la cuenca del Caribe hispanohablante.

El asunto no es de poca monta. En un país que continúa siendo colonia de los Estados Unidos, como si de un mal chiste histórico se tratase, la cultura, y especialmente la palabra, se ha convertido en el reducto de resistencia más importante. Al gobierno de la isla, perfecta extensión del poder imperial, no le interesa la relación de la cultura puertorriqueña con el resto de Latinoamérica. De hecho a los poetas cubanos invitados les negaron la visa. En cambio sí promueven toda relación con la cultura gringa oficial. De esa manera la literatura y el arte isleño deben mirar hacia la bandera de las barras y las estrellas obligatoriamente.

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Pero por qué no les interesa al gobierno norteamericano y a sus representantes “nacionales” la relación con el resto de Latinoamérica. En principio porque ese tipo de relación fomenta la identidad cultural del puertorriqueño, la cual, indudablemente, está conformada por las raíces taínas de sus primeros habitantes prácticamente exterminados, la presencia española, especialmente andaluza (se dice que el Viejo San Juan, esa exuberante arquitectura desdoblada en calles y callejuelas que bajan del malecón, se parece mucho a Cádiz) y por supuesto la fuerte catadura africana. Todo ello expresado en un castellano caribeño y franco.

Eso trae malos recuerdos a la política neocolonial del país del norte. Pero, además, puede traer malos ejemplos en las relaciones con otras culturas latinoamericanas, sobre todo si de gobiernos independientes de la política exterior norteamericana se trata. Y es que los puertorriqueños, por ejemplo, no eligen presidente sino gobernador; su presidentes es ¡el de Estados Unidos!, por el cual no votan, pero deben cumplir al pie de la letra sus decisiones, como el envío de soldados puertorriqueños a la guerra en Iraq o Afganistán.

De tal manera que un festival internacional de poesía con fuerte ascendente de un castellano latinoamericanista no cuadra a la visión de los Estados Unidos sobre “sus” territorios ultramarinos. Por ello no les fue fácil a los organizadores reunir los recursos financieros y materiales necesarios para su producción y realización.

Sin embargo lo lograron, y con gran éxito. Poetas provenientes de México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Colombia, Venezuela y República Dominicana, junto a una pléyade de vates locales, realizaron múltiples lecturas en auditorios universitarios, teatros, casas y centros culturales de la capital y de otras ciudades y localidades del país. Y el público respondió, tal vez no en la cantidad que podría esperarse, pero si con la vehemencia y la devoción que la poesía provoca y convoca.

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Va mi más sincera felicitación y agradecimiento al grupo Guajana y a sus más cercanos colaboradores por permitirme participar y gozar del nacimiento de un esduerzo que promete larga data. Ojalá que se siga realizando anualmente y no como algunos lo sugirieron: bienalmente y en compañía del festival hermano de la República Dominicana.

La cultura y la literatura puertorriqueñas precisan de un festival de gran envergadura que los coloque en el mapa de los grandes sucesos poéticos del continente. Y la criatura debe aprender a caminar por sí sola. Para ello se precisa del concurso de todos los creadores isleños y de sus instituciones sin envidias ni pequeñeces. Y de la solidaridad militante de las diferentes expresiones poéticas de nuestro continente. Para bien de la poesía puertorriqueña, caribeña y latinoamericana, dicho festival debe fortalecerse y crecer. Así sea.

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* Escritor.
cazadelpoeta@yahoo.com.

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