Lula y Uribe, el desafío de las reelecciones en Sudamérica

Leonardo Montero<

Es cada vez más habitual ver a los presidentes sudamericanos en la encrucijada de las reelecciones. La necesidad de mantener el poder, pone en aprietos a los mandatarios que, impedidos constitucionalmente, deben abandonar sus gobiernos y no pueden asegurar la continuidad de los procesos que encabezan.

Durante la semana que pasó, el presidente de Brasil, Lula da Silva, volvió a descartar la posibilidad de un tercer mandato consecutivo. En cambio su homólogo colombiano, Álvaro Uribe, logró que el Senado de su país apruebe la convocatoria a un referendo para que se decida una eventual re-reelección.

No es una práctica nueva ni atribuible solamente a los actuales líderes de la región. Se trata de un dilema en el que, de un modo u otro, se han encontrado varios mandatarios sudamericanos en, al menos, las últimas dos décadas. El ejemplo de Carlos Menem en Argentina, no admite dudas.

En los últimos años, los casos de Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia, fueron motivo de innumerables críticas de parte de algunos sectores de la región, especialmente de los más conservadores.

Esos mismos sectores actuaron con sospechosa indiferencia cuando las cámaras legislativas de Colombia le dieron la chance a Uribe de acceder a su segundo mandato. Más sospechosa actitud si se tiene en cuenta que ese proceso estuvo plagado de innumerables irregularidades legales.

En el caso de Morales y Correa las acusaciones tuvieron más que ver con desprestigiar los procesos de cambio que lideran, que con la medida en cuestión. Esto se desprende de que las modificaciones constitucionales realizadas en ambos países, dan la posibilidad de una sola reelección, algo habitual en los sistemas políticos del mundo.

¿Cuáles son las razones que originan la habitualidad del dilema de la reelección?

Hace algunas semanas, se desarrollaron comicios generales en Panamá. Allí la Carta Magna sólo admite un mandato. Por lo tanto, el actual presidente Martín Torrijos debe abandonar su cargo. Torrijos cuenta con una imagen positiva cercana al 70 por ciento. Sin embargo, su partido fue aplastado por la oposición, que gobernará el país los próximos cinco años.

Exactamente lo mismo puede sucederle a Lula. Pese a contar con un 80 por ciento de popularidad, los candidatos del Partido de los Trabajadores están muy lejos en las preferencias. La oposición es favorita para las elecciones del año próximo.

Los casos de Lula, de Uribe, de Torrijos y de otros presidentes, expresan una forma de construir poder en los procesos latinoamericanos. Más allá de la orientación política de cada uno de ellos, la popularidad se sustenta en una figura central. La materia pendiente de esos procesos es lograr consolidarse más allá de la imagen del líder indiscutido.

*Periodista de la Agencia de Prensa del Mercosur

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