Maduro: “hemos reconstruido la mayoría del chavismo”

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A dos semanas tras las elecciones del 28 de julio las miradas están puestas en el Tribunal Supremo de Justicia, donde avanza el recurso contencioso presentado por el presidente Nicolás Maduro para que sea la Sala Electoral del máximo ente judicial el que certifique su victoria, cuestionada por la oposición de ultraderecha.

El tribunal recibió durante la semana a los representantes de los 38 partidos que participaron en la elección y a nueve de los diez candidatos. El candidato de la ultraderecha, Edmundo González, volvió a faltar a la convocatoria del TSJ, por segunda vez en cinco días. Lo que lo expone a un proceso por desacato, que se suma a otro que inició el fiscal general, por una carta en la que firmando como “presidente electo” junto a María Corina Machado, le pidió a los militares que derroquen a Maduro.

(Xinhua)

Nada se sabe del paradero de González. Tampoco se sabe dónde está Machado, quien se dejó ver por última vez el sábado pasado, en una esmirriada concentración en Las Mercedes, en Caracas. Salvo una vigilia en reclamo de la libertad de detenidos en las protestas (que fue organizada y dirigida por familiares, no por políticos) no hubo ninguna otra demostración pública de ese sector, que asegura haber ganado las elecciones por una gran diferencia.

Maduro hace balance

Por primera vez desde el 28J, el presidente proclamado oficialmente ganador de la contienda, Nicolás Maduro, hizo un balance de la victoria, en conferencia de prensa desde la sede del Tribunal Supremo de Justicia. “Hemos reconstruido la mayoría política, social y electoral del chavismo. La reconstruimos. Pelo a pelo. Y seguimos creciendo”, aseguró.

(Xinhua)

“Hemos logrado el 52 por ciento. Está bien. Pero no es suficiente. Tenemos que ir para arriba. Y el chavismo tiene que crecer. Y el imperio norteamericano y la derecha y la oposición de derecha debe reconocer que el chavismo somos una realidad histórica, cultural, política, social, territorial. Merecemos respeto, no pueden llamar a matarnos”, reclamó.

Maduro indicó además que Machado fue la “última carta” de Estados Unidos para Venezuela. “Su último apellido, su última fascista”, remarcó. “Tienes la batuta, toma tantos millones, aquí está Elon Musk, aquí está Zuckerberg, aquí está Jeff Bezos, aquí está el poder del mundo. Dale, entréganos Venezuela. Pero no pudieron, ni podrán”, graficó el presidente.

¿Qué sigue?

No hay una fecha precisa para que la Sala Electoral del TSJ dictamine sobre en el recurso contencioso, según algunos especialistas consultados, debería ser en un tiempo “perentorio”. También es cierto que en términos de necesidades políticas, la definición no debería extenderse mucho más. La Sala Electoral le pidió a candidatos y partidos recaudos que no se definieron públicamente con claridad. Se sabe, por caso, que el Partido Socialista Unido de Venezuela entregó los listados completos de sus testigos de mesa.

No está claro si el Tribunal pidió las actas originales de cada partido. Por el lado de la oposición de la Plataforma Unitaria sí está claro que no las entregaron. Algunos de sus voceros intentaron sostener la idea de que las actas están volcadas en la web promocionada por Machado. Una página con datos imposibles de verificar en forma independiente. Hasta aquí lo que sí está claro es que la estrategia de la derecha no es lograr algún tipo de validación de sus actas, sino sembrar dudas sobre la legitimidad del triunfo de Maduro, en una estrategia que se parece demasiado a la de 2019, con Guaidó al frente.

La página web con resultados inverificables.

Desde el oficialismo, también parece claro que la estrategia no es confrontar en las arenas movedizas de los medios de comunicación, hegemonizados por la derecha, y sí ubicar la disputa en el marco institucional. “No se puede ceder a contestar el relato del fraude que intenta la derecha”, le decía a este cronista un funcionario muy activo en estas jornadas.

Esta vía contiene también los señalamientos fronteras afuera, que es precisamente el único escenario que le queda a Machado y los suyos, quienes en menos de dos días quedaron sin ningún músculo de movilización callejera para mostrar. El despliegue violento del lunes 29 recordó demasiado a las guarimbas del 2014 y 2017 a una sociedad que quiere mantener la paz como uno de sus valores primordiales.

Las actas se desinflan

Dos semanas después, la jugada de las inasibles actas online se desinfló, también. La prueba reina del supuesto fraude recibió golpes desde adentro y también desde afuera. El asesor de Lula y prestigioso ex canciller de Brasil, Celso Amorín, dijo que “las actas de la oposición no son suficientes para probar la victoria”. Obturó así la jugada de Machado, quien intentó sostener el bluff declarándose dispuesta a una verificación de sus actas por parte de expertos brasileños.

Así Machado volvió a jugar adelantada, y hasta dejó en una posición incómoda a su principal aliado por estas horas, el Departamento de Estado, que hasta moderó sus declaraciones iniciales “reconociendo” a González como vencedor. México, Brasil y Colombia están jugando como gran dique de contención de la operación de desconocimiento de los resultados.

La pata internacional de la jugada ya parece definitivamente coja. Es difícil imaginar a esta altura un respaldo a nivel de gobiernos y parlamentos -por más de derecha que sean- como el que malogró Guaidó y los halcones de Trump.

 

* Periodista argentino del equipo fundacional de Telesur. Corresponsal de HispanTV en Venezuela, editor de Questiondigital.com. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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