Manuel Noriega, de amigo a enemigo de EE.UU.

Mark Tran*
Antes de Sadam Hussein fue Manuel Noriega. Como Sadam, Noriega gozó del apoyo de EE.UU. hasta que se convirtió en un aliado descarriado, luego en un embarazo, y finalmente en un “peligro inminente” que debía ser derrocado.

Noriega fue reclutado como informante de la CIA cuando estudiaba en una academia militar en Perú. Recibió capacitación de inteligencia y contrainteligencia en la Escuela de las Américas en Fort Gulick, Panamá, en 1967, así como en un curso sobre operaciones psicológicas en Fort Bragg, Carolina del Norte. Permaneció en la nómina de la CIA hasta febrero de 1988.

Después de un golpe militar en 1968, Noriega ascendió rápidamente y llegó a ser jefe de la inteligencia militar de Panamá y personaje clave bajo el general Omar Torrijos, el gobernante militar que firmó un tratado con EE.UU. para restaurar la zona del canal de Panamá a la soberanía panameña en 1977.

Después de la muerte de Torrijos en un misterioso accidente de aviación en 1981, Noriega consolidó su poder, convirtiéndose en el gobernante de facto de Panamá, y se promovió a general en 1983.

Noriega se hizo valioso para EE.UU. durante las guerras de la Contra en las que permitió a EE.UU. que estableciera puestos de escuchas telefónicas en Panamá y al ayudar a la campaña de EE.UU. contra el régimen izquierdista de los sandinistas en Nicaragua. Noriega permitió que Panamá fuera utilizada como conducto de dinero y armas para la Contra ya que el presidente estadounidense de entonces, Ronald Reagan, trató de debilitar a los sandinistas. Pero la creciente brutalidad de Noriega lo convirtió en un hándicap, especialmente después del asesinato de Hugo Spadafora, un oponente político que fue decapitado en 1985.

A fines de los años ochenta, EE.UU. se volvió contra Noriega. El subcomité del Senado sobre terrorismo, narcóticos y operaciones internacionales concluyó en 1988 que “la saga del general Manuel Antonio Noriega de Panamá representa uno de los fracasos de política exterior más serios de EE.UU. Durante todos los años setenta y ochenta, Noriega logró manipular la política de EE.UU. hacia su país, mientras acumulaba habilidosamente un poder casi absoluto en Panamá.

.”

Noriega fue acusado por dos jurados de acusación federales en Florida de narcotráfico y crimen organizado y la CIA lo sacó de su nómina. El año siguiente, la imagen de Noriega como dictador brutal fue reforzada en términos extremos cuando candidatos opositores en la elección presidencial fueron detenidos y golpeados por miembros de los Batallones de la Dignidad de Noriega.

Después de una serie de incidentes que culminaron en la muerte de un soldado estadounidense, el presidente George Bush decidió que era hora de un cambio de régimen. En diciembre de 1989, Bush envió tropas de EE.UU. para derrocar a Noriega, ofreciendo una recompensa de 1 millón de dólares por información que condujera a su captura.

“Las imprudentes amenazas y los ataques del general Noriega contra estadounidenses en Panamá crearon un peligro inminente para los 35.000 ciudadanos estadounidenses en Panamá. Como presidente, mi obligación más importante es salvaguardar las vidas de ciudadanos estadounidenses,” dijo Bush en aquel entonces.

La Operación Causa Justa terminó con la captura de Noriega cuando se entregó a los soldados de EE.UU. después de refugiarse en la Nunciatura Apostólica en Panamá. En uno de los episodios más estrafalarios de la invasión, las fuerzas de EE.UU. tocaron música de rock a todo volumen –incluido I Fought the Law, de Clash– a fin de presionar a Noriega para que se entregara. Las pérdidas por parte de EE.UU. fueron 24 soldados, más tres víctimas civiles. La cantidad de muertes de civiles panameños fue indicada como unos 200, aunque hay afirmaciones de que la cantidad fue mucho mayor.

Noriega fue condenado en Miami en 1992 por múltiples acusaciones, incluyendo narcotráfico, y sentenciado a 40 años. La condena fue reducida por buena conducta y completó su sentencia en 2007. Desde entonces, el recluso 38699-079 se dedicó a combatir la extradición a Francia, donde ha sido acusado del lavado de 3 millones de dólares de dinero de la droga mediante compras de propiedades en París.
 
*Publicado en The Guardian. Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

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