La selección
La perspectiva
La designación de Marco Rubio como secretario de Estado no solo tendrá implicaciones diplomáticas globales, sino que es, en sí misma, una declaración de propósitos sobre América Latina. Rubio ha jugado un papel central en la política hacia Venezuela y ha adoptado una constante posición de «máxima presión».El candidato
Asumir ese cargo podría ser una espada de doble filo: por un lado, le otorgaría la experiencia y visibilidad necesarias en el escenario internacional, lo que lo proyectaría como un hombre de Estado con competencias diplomáticas. Sin embargo, se vería obligado a tener éxito en un ámbito tan delicado como la política exterior, algo difícil de asegurar en una gestión tan controvertida como la de Trump, cuyos métodos disfuncionales y estilo arrogante podrían terminar afectando al propio Rubio.

* Politólogo y analista político. Cofundador del Movimiento al Socialismo, fue ministro de Trabajo
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