MARCOS PAULSEN: LIBERTAD O TRITURADORA PROCESAL

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

La noche del sábado 22 de febrero, la sala del Espace Marx, en el corazón de Bruselas, recibió el calor de la solidaridad y amistad de un centenar de personas. Los militantes de organizaciones de defensa de los derechos humanos, amigos y compañeros de trabajo de Marco Paulsen; artistas solidarios, que ni siquiera lo conocían, se convocaron para apoyar a su familia –esposa e hijos– y para hacerle sentir que, a miles de kilómetros, la injusticia no pasa inadvertida.

Con esta acción se suscribía la carta enviada al Presidente Ricardo Lagos, por la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) donde le manifestaba su preocupación porque “se persiga y juzgue a ex prisioneros políticos bajo leyes de la dictadura (…) que violan convenciones universales de derechos humanos”.

Marcos Paulsen fue detenido en octubre de 1989 y condenado a una pena de 16 años y 100 días de cárcel. Tras estar cuatro años preso se le conmutó el resto de la pena por extrañamiento en Bélgica, acogiéndose al beneficio que daban las llamadas Leyes Cumplido.
En diciembre pasado, tras consultar en la embajada chilena en Bélgica, Paulsen retornó con su esposa e hijos a Chile para pasar las fiestas de fin de año con su madre y amigos, pero fue detenido en el aeropuerto Comodoro Merino Benítez, donde le informan que aún le restan 84 días para completar la pena. Por ello hoy se encuentra arraigado y debe firmar semanalmente en la Fiscalía de Pudahuel.

Paulsen no pretendió quebrantar la condena, ya que –en reiteradas ocasiones– solicitó información consular sobre su situación judicial, pero las irregularidades se sumaron a su expediente, el cual aparecía como “extraviado” y por ende no se podía informar su situación.

«Me dirigí a la embajada de Chile para avisar que se había cumplido mi condena y lo hice con total transparencia, (…) yo lo consulté con mi abogado y él me dijo que efectivamente no había problemas, que la condena era de 16 años, los que se habían cumplido a fines de octubre, por tanto podía volver», precisó Paulsen.

Debe consignarse también el hecho que Paulsen no fuera notificado de otra sentencia de 100 días que la fiscalía presenta como el resultado de una condena –que pesa sobre alrededor de una decena de ex prisioneros políticos– que participaron en un motín en 1991 con resultado de daño a la propiedad fiscal. Por ello fiscal exige una pena de 38 días de presidio.

En la audiencia realizada este miércoles, presentó su solidaridad el diputado socialista Sergio Aguiló, quién volverá a estar presente en el juicio oral simplificado que se realizará el próximo viernes 24.

Las movilizaciones de las organizaciones de derechos humanos belgas, que el día martes se reunieron ante la embajada de Chile en Bruselas para entregar una carta, manifestando su preocupación por Paulsen, quién es educador del Movimiento contra el Racismo, Antisemitismo y Xenofobia en Bélgica, fueron consideradas por el primer secretario de la embajada de Bélgica en Chile, señor Christian de Lannoy, quién se comprometió telefónicamente a hacerse presente en la citada audiencia judicial del viernes 24 de febrero.

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* Periodista. Reside en Bélgica.

Nota

¿QUÉ PASÓ CON PAULSEN?

Marco Paulsen se acogió al «benficio» procesal que le permitió conmutar la condena a 16 años de cárcel por actiovidades «terroristas» –lucha contra la dictadura– por 12 años de extrañamiento, forzado eilio que comenzó en octubre de 1993 en Bélgica.

Allí se integró a la sociedad traajando en una organizaciòn no gubrnamental por los derechos humanos e inició estudios superiores.

Cumplido el período de 12 años de ostracismo decide –con su familia– viajar a su patria, entre otras razones para visitar a su madre, que se la informado presenta serios problemas de salud.

Para tal efecto se dirige al consulado de Chile en Bruselas con el objeto de asegurarse que no existían problemas pendientes que impiudieran su ingreso al país; la averigación se realiza consierando la expriencia de otros ex-prisioneros políticos, detenidos y encarcelados a su ingreso a territorio chileno y obligados a pagar multas y fianzas, pese a que sus condenas ya habían sido cumplidas.

Las autoridades consulares le informan que su expediente judicial ha sido extraviado por el ministerio de Justicia por lo que la prohibición de ingreso al país continúa vigente en los registros de Policía Internacional.

Pensando que se trata sólo de un asunto administrativo menor y confiando en las autoridades judiciales de su país, Paulsen viaja en la confianza de resolver el problema en todo caso causado por el aparato judiciario chileno.

Al aterrizar en el aeropuerto de Santiago el 10 de dicembre de 2005 Chile se lo detiene y es llevado ante un juez de turno. El magistrado le informa que debe cumplir 100 días de cárcel por otra causa –de la cuál jamás fue notificado– no acumulados a sus 16 años de la condena inicial. De ellos debe purgar 80 días de prisión. Procesalmente se le arresta por quebrantamiento de condena.

Las gestiones de su abogado logran se le conceda la «gracia» de la libertad vigilada: Paulsen no puede salir de Santiago y se etiende orden de arraigo –para impedir que huya del territporio chileno– y debe concurrir a firmar cada sábado hasta la próxima audiencia. Las cosas, empero, se oscurecen. Como suele ocurrir, el proceso se convierte en un laberinto.

El regreso de la familia Paulsen-Yrarrázaval a Bélgica estaba fechado 12 de enero de 2006: lo esperaba su trabajo y los cursos universitarios. Con gentileza el fiscal designado para enteder del caso se compromete a resolver la situación antes de esa fecha. Vana ilusión.

El abogado de la defensa alega que la falta de notificación de esta nueva sentencia prescribe la falta de quebrantamiento de condena; el fiscal que no hay prescripción. Como resultadao entonces Esta situación ha significado que Marcos Paulsen perdió el vuelo de regreso a Bélgica, arriesga la continuidad de su trabajo y atrasarse irremediablemente en sus estudios universitarios.

Su cónyuge e hijos deben regresar a Bélgica. La situación económica de la familia es delicada.

La audiencia del día 24 de Febrero de 2006 (mañana) decidirá en definitiva si hubo o no delito de su parte y si debe cumplir con los -ahora- días que le restan de condena. La orden se arraigo sigue vigente.

Muchos ciudadanos, belgas y chilenos, se han dirigido en estas últimas semanas al fiscal en ejercicio –Emiliano Arias– y a autoridades administratrivas y políticas chilenas representando la injusticia y falta de lógica de este galimatías.

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