Margen de acción se agota cada vez más: Salvemos a África

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Matías Mongan *  

El incremento en el precio de los alimentos, sumado a una excesiva dependencia de las importaciones agrícolas, complica el panorama del continente africano. 

Cada vez que se desata un nuevo desastre humanitario en África, la comunidad internacional -por intermedio de distintas organizaciones no gubernamentales (ONG)- lanza mediáticas campañas para recaudar fondos y así poder socorrer a los países en emergencia.
 
¿Este aporte económico realmente contribuye a que los africanos puedan vivir una vida mejor? ¿Esto garantiza que no se desaten en el futuro más guerras tribales en el continente africano?
 
La respuesta se acerca mucho más al No que al Sí. Además, el problema es mucho más complejo. Es más, en un futuro los analistas estiman que se intensificará la inseguridad alimentaria en África, debido a los efectos cambio climático, la producción de agrocombustimbles y el aumento sostenido en los precios de los alimentos.
 
El hecho de que en la actualidad los productos agrícolas estén caros, sin duda representa malas noticias para los países africanos.
 
Según estadísticas del Banco Mundial (BM), en los últimos meses ya han surgido manifestaciones en países como Mozambique, Kenia, Mauritania, Burkina Faso y Camerún, en contra del incremento en el precio de los alimentos.
 
Sumado a esto, tenemos que enfatizar que, según estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, los gobiernos de Africa dependen en exceso de la importación de materias primas.
 
En los últimos 30 años, las importaciones agrícolas han crecido con mayor rapidez en relación a las exportaciones. Esto situación llegó a tal extremo que, durante el año 2005, la naciones africanas importaron el 87 por ciento de sus productos alimentarios.
 
O sea, si mantiene la tendencia actual y los alimentos siguen subiendo de precio, la pobreza en los próximos años en Africa indudablemente se va a agudizar.
 
De esta manera a los gobiernos de la región se les hace imposible cumplir con los objetivos estipulados en la Declaración de Maputo, un acuerdo firmado en el 2003 que encomendaba a las administraciones adherentes utilizar el 10 por ciento de su presupuesto para fomentar el desarrollo agrícola y así erradicar la extrema pobreza.
 
Si a esto agregamos que el continente negro es la región más permeable a sufrir los efectos más devastadores del calentamiento global, el panorama realmente parece espinoso.
 
“África podría ser el continente más afectado por el cambio climático, en parte debido a la aridez creciente de sus regiones septentrionales -el Sahel- y australes, las zonas más pobladas del continente", afirmó desde Londres Martín Parry, codirector del grupo de Expertos Internacionales de la Evolución del Clima (GEIC).
 
De acuerdo a un informe realizado por integrantes del GEIC, como consecuencia del recalentamiento del planeta la región africana podría ver reducida a la mitad su producción alimentaria para el año 2020. Además de esto, hay que mencionar que para esa fecha -según estimaciones de los científicos- el número de personas sin acceso a agua potable llegará a 250 millones.
 
Para intentar enfrentar está problemática, el Director de la FAO, Jacques Diouf, en un sinnúmero de veces le ha pedido a las principales potencias que acepten sin condiciones el desafío de luchar contra el hambre y la inequidad en Africa.
 
"Sin un esfuerzo especial y duradero de la comunidad internacional en el curso de los próximos años para reducir la pobreza y la subnutrición en África, el mundo sufrirá consecuencias dolorosas".
 
El funcionario resaltó que los efectos negativos no sólo se evidenciaran en los países más pobres, sino que las consecuencias también van a repercutir en las naciones más desarrolladas.
 
Por ejemplo, Diouf hizo hincapié en que si las inequidades económicas se profundizan en los siguientes años, seguramente también se va a incrementar el número migrantes pobres que van a intentar llegar al continente europeo, para así intentar tener una mejor vida.
 
Hay que recordar que la Europa de la “Directiva Retorno” actualmente acoge a un tercio de los inmigrantes del mundo, de los cuales una cuarta parte se encuentran en condiciones migratorias irregulares.
 
Para evitar que ocurran los desplazamientos forzosos de personas, Jacques Diouf enfatizó en que es necesario que “los mercados agrícolas, tanto a nivel regional como internacional, se regulen de forma equitativa para que los países en desarrollo no sean víctimas de la creciente liberalización. En este sentido son esenciales las negociaciones en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el programa Ayuda por comercio (Aid for trade, según sus siglas en ingles), que debe favorecer una oferta competitiva en materia de precios y calidad".
 
Este reclamo de Diouf seguramente no tendrá eco en el seno de las principales potencias industriales, ya que para que estas medidas se implementen se necesita de una concreta voluntad política de cambiar las inequidades existentes en el sistema económico capitalista. Algo que evidentemente no esta en los planes de los principales referentes del mapa geopolítico actual: Estados Unidos, la Unión Europea.
 
Por lo tanto, el futuro del continente africano va a depender del esquema de ayuda financiera actual de los países poderosos. A todo esto, el foco del mismo varía de acuerdo a los acontecimientos de la coyuntura internacional, por ejemplo durante la década del noventa la ayuda a Africa se vio relegada, debido a que la UE se dedicó a modernizar las economías de los países que pertenecían al campo socialista.
 
África tiene un presente doloroso, África tiene un pasado doloroso. Y como van las cosas: África va a tener un futuro doloroso.
 
* Publicado en APM
 

 

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