María Emma Mejía y Alí Rodríguez, sucesores de Kirchner en Unasur

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Por consenso, el bloque sudamericano resolvió designar en el puesto que dejó vacante la muerte de Néstor Kirchner, una Secretaría General alterna. Primero la ejercerá la colombiana María Emma Mejía y luego el venezolano Alí Rodríguez.

Sn apelar a la mera retórica, con datos y ejemplos extraídos de la vida jurídica, laboral, social y económica de los pueblos de América y del mundo, el presidente del Ecuador, Rafael Correa, instaló este viernes en Quito la reunión de las naciones del Sur de América.

El primer mandatario ecuatoriano enfatizó la necesidad de avanzar en el proceso de unidad suramericana en todos los ámbitos, en especial en referencia al movimiento de personas —habló de la ciudadanía de la Unasur—, afirmando que era una aberración que sí se permitiera en el mundo el libre movimiento de mercancías y capitales, pero no de personas.

Abogó también por la puesta en marcha de instancias comunes para la negociación con el capital trasnacional y organismos internacionales, el respeto a todas las formas de vida y el reforzamiento de la institucionalidad juríídica común.

 La Secretaría General, la ejercerán, un año cada uno, Colombia y Venezuela. Los gobiernos acordaron por consenso que ahora asumirá la ex canciller colombiana María Emma Mejía, propuesta por el presidente Juan Manuel Santos, y en 2012 el ministro venezolano Alí Rodríguez, sugerido por Hugo Chávez.

El arreglo fue realizado en Quito en coincidencia con la firma del tratado constitutivo, que oficializa la personería jurídica internacional de Unasur. El bloque representa a 317 millones de personas y está integrado por Surinam (hoy en la presidencia), la Argentina, Uruguay, Bolivia, Chile, Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, Paraguay, Ecuador y Guyana.

Hace pocos meses Venezuela y Colombia estaban enfrentados y ahora no sólo tienen buenas relaciones sino que hasta compartirán la Secretaría General de Unasur por turnos.

La normalización de relaciones se produjo el 10 de agosto, tres días después de la asunción de la Presidencia de Santos. Tanto la canciller de Santos, María Angela Holguín, como el canciller de Chávez, Nicolás Maduro, participaron de aquellas complejas negociaciones. Ayer, los dos comentaron el episodio en Quito y recordaron la participación activa de Kirchner en la solución. La mediación fue también un resultado de la sintonía fina entre el gobierno de Cristina Fernández y el de Lula, así como la Secretaría General consecutiva de Colombia y Venezuela es un producto de la sintonía entre Cristina y Dilma Rousseff, jefas de los Estados más grandes del bloque.

Mejía y Rodríguez son del norte de la región, igual que Surinam. Compensarán ahora ese sesgo designando un gabinete asesor que incluirá funcionarios de Sudamérica.

De 57 años, graduada en Comunicación Social, con experiencia en la BBC y actual conductora del programa de tevé Entérate con María Emma, Mejía no pertenece al Partido Conservador de Santos sino al centroizquierdista Polo Democrático Alternativo, donde llegó después de abandonar el Partido Liberal de los ex presidentes César Gaviria y Ernesto Samper. Fue canciller de Samper entre 1996 y 1998.

Alí Rodríguez, un ex dirigente guerrillero ahora de 73 años, es actualmente ministro de Energía Eléctrica de Venezuela y uno de los principales cuadros políticos del gobierno de Chávez desde su primera victoria electoral en 1998. Fue ministro de Economía y Finanzas, de Energía y Minas, canciller, embajador en Cuba y secretario general de la OPEP, la Organización de Países Exportadores de Petróleo.

La vuelta a la normalidad se firmó en Santa Marta, la ciudad del Caribe venezolano donde murió Simón Bolívar, reivindicado como Libertador por Venezuela y Colombia. Desde ese momento, Chávez y Santos intercambiaron embajadores y firmaron 15 acuerdos más. Pero el punto que terminó con las fricciones fue la construcción de confianza mutua basada en dos objetivos paralelos que un gobierno le creyó al otro. Por un lado, Colombia se comprometería más con el resto de Sudamérica y no sólo con Washington. Por otro, Venezuela dejaría de ser sospechada por su presunta connivencia con los guerrilleros de las FARC, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

 

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