Más allá de una alianza contra el hambre Lula exige decisiones políticas

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El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva instó a los gobiernos del mundo a «actuar juntos» y adoptar «soluciones duraderas» contra el hambre, una tragedia «inaceptable» en el mundo moderno, al anunciar la creación de la Alianza contra el Hambre y la Pobreza, abierta a todos los países y a la que propone financiar con un impuesto a las grandes fortunas.

«Ningún asunto es más actual y desafiante para la humanidad. El hambre es la más degradante de las privaciones humanas, un atentado a la vida y una agresión a la libertad», afirmó Lula ante los ministros de Desarrollo del G-20. El nuevo mecanismo, que será oficialmente lanzado en noviembre, es una prioridad de la presidencia brasileña del G-20, cuyos ministros de Finanzas están reunidos en Río de Janeiro.

“El hambre es la más degradante de las privaciones humanas. Es un ataque a la vida, un ataque a la libertad», dijo Lula da Silva. «Nunca, tantos tuvieron tan poco y tan pocos concentraron tantas riquezas; nada es tan absurdo e inaceptable como la persistencia del hambre y la pobreza, cuando tenemos a nuestra disposición tanta abundancia; esta es una constatación que pesa en nuestra conciencia, ningún tema es más desafiante para la humanidad», añadió.

Lula da Silva afirmó que el G-20 fue fundamental para «evitar el colapso» de la economía internacional en el contexto de la crisis económica de 2008. «Necesitamos soluciones duraderas, y debemos pensar y actuar juntos», expresó el mandatario, para quien el «hambre y la pobreza han estado rodeados de prejuicios e intereses» a lo largo de los siglos.

El G-20 es un foro internacional de gobernantes y presidentes de bancos centrales, que tiene como meta discutir sobre políticas relacionadas con la promoción de la estabilidad financiera internacional, siendo el principal espacio de deliberación política y económica del mundo.​

Alianza abierta

Los documentos constitutivos de la Alianza contra el Hambre fueron aprobados por unanimidad en la reunión ministerial del foro que agrupa a las mayores economías del mundo, por lo que desde ahora cualquier país interesado en participar puede unirse.

El Director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y Director Regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las Américas, Jarbas Barbosa, felicitó al gobierno brasileño por su propuesta, y señaló que las poblaciones más pobres son las más afectadas por las enfermedades y están expuestas a factores de riesgo, lo que puede llevar a una reducción aún mayor de los ingresos.

«Garantizar vidas saludables y promover el bienestar para todos en todas las edades está intrínsecamente vinculado al compromiso de acabar con la pobreza, el hambre y la desnutrición», dijo, tras destacar que «el 34,4% de la población latinoamericana experimenta necesidades insatisfechas de atención médica, afectando de manera desproporcionada a aquellos en el quintil de ingresos más bajo».

Agregó que el 37,5% de la población en América Latina y el Caribe también enfrenta inseguridad alimentaria. Barbosa señaló que, en la región, pese a los avances hacia el aumento de la financiación pública para la salud y los esfuerzos para avanzar en mecanismos de protección financiera, los pagos directos siguen representando una barrera crucial para acceder a servicios de salud y empujan a los hogares a la pobreza.

Cuidar a los pobres, decisión política

«Los gobernantes tienen que tener en cuenta a los excluidos porque no es posible que casi en la mitad del siglo XXI, cuando estamos discutiendo la inteligencia artificial, aún estemos obligados a promover una discusión para decirles a los dirigentes que cuiden de los pobres», afirmó Lula.

«El hambre no es resultado tan solo de factores externos. Es consecuencia, sobre todo, de decisiones políticas. Hoy el mundo produce alimentos más que suficientes para erradicarla. Lo que falta es crear las condiciones para ofrecer acceso a los alimentos», señaló el mandatario brasileño.

La alianza comenzará a operar oficialmente, ya con sus miembros fundadores y sus diferentes proyectos, en la cumbre que el G-20 tendrá en noviembre próximo en Río, cuando concluye la presidencia brasileña del foro. La idea es que cada país diseñe su propio plan y defina sus metas de combate al hambre y la pobreza, y que la alianza ayude a cumplirlas tanto con aportes financieros como de experiencias y tecnologías.

Lula dijo que esta alianza funcionará hasta 2030, plazo que tienen los países para cumplir el Objetivo de Desarrollo Sustentable (ODS) de erradicar el hambre, y que tendrá una estructura pequeña y eficiente con la mitad de sus gastos costeados por Brasil.

El objetivo de la Alianza Global es obtener recursos e intercambiar conocimientos para la implementación de políticas públicas y sociales comprobadas como efectivas para erradicar el hambre y la pobreza en todo el mundo. Lula destacó la importancia de volver a colocar el hambre en el centro de la agenda internacional y lamentó que se trate de un problema persistente, que atribuyó a la falta de voluntad política.

Según el presidente brasileño, las personas con poder de decisión tienen que comprender que el hambre «no es algo natural» y que su combate exige decisión política. «Mucho dinero en la mano de pocos simboliza miseria, prostitución y hambre. Por el contrario, poco dinero en la mano de muchos significa prosperidad, decencia y dignidad para todos», afirmó.

 

*Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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