Más de la mitad de los niños argentinos son pobres: las cifras oficiales y la realidad
Los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) indican que el 37,3% de los habitantes de los 31 conglomerados urbanos argentinos viven en hogares que no logran reunir los ingresos necesarios para afrontar el costo de la canasta básica. Estos guarismos marcan una reducción en 3,3 puntos con relación al primer semestre de 2021 cuando la pobreza afectaba al 40,6% de los habitantes y de 4,7 puntos con relación al segundo semestre de 2020 cuando alcanzaba al 42%.
La pobreza creció mayormente en la franja de menores de 6 años, pasando de 16,1% en la primera mitad de 2021 a 21% en la segunda. El mismo informe mostró que más de la mitad (51,4 %) de los niños y niñas son pobres. Mientras para los jóvenes entre 15 a 29 años el nivel de pobreza fue superior al promedio con 44,2%, la indigencia afectó al 8,2 % de las personas, aquellas que no logran cubrir una canasta alimenticia mínima y pasan hambre.
La incidencia de la pobreza se estimó en 7,6%, implicando que de cada mil hogares, 76 se encuentran por debajo de la línea de pobreza, y la misma aumenta si se la considera a nivel individual: el total de personas bajo la línea de la pobreza se ubicó en 11%. El 11% de los hogares no supera el ingreso mínimo para cubrir las necesidades básicas alimentarias y no alimentarias.
Los datos del Indec confirmaron que a pesar del crecimiento de la economía (10,3 %) en 2021, la pobreza bajó apenas 3,3%.¿Quién se quedó con las ganancias de la recuperación? se preguntan los analistas, porque si baja el desempleo debería bajar la pobreza. Pero el Indec mostró que es posible que mejoren los datos de empleo y, al mismo tiempo, empeoren los datos sobre pobreza.
La comparación con el segundo semestre de 2017 es brutal. Los niveles de desempleo son prácticamente idénticos a los actuales, pero la pobreza saltó del 25,7% al 37,3% y la indigencia del 4,8% al 8,2%
Durante el segundo semestre de 2021, en promedio, 10,9 millones de personas vivían en hogares pobres en los conglomerados urbanos que releva la encuesta oficial, que, proyectado al total de la población, resulta en casi 17,1 millones de personas. En un semestre lograron salir de una situación de pobreza poco más de 1,5 millones de personas que se suman a las 460 mil que lo habían conseguido durante el primer semestre del año con relación al último semestre de 2020, según los datos oficiales.
La indigencia, por su parte, retrocedió a un 8,2% desde el 10,7% del primer trimestre y el 10,5% del segundo semestre de 2020. Son 3,8 millones las personas que viven en hogares que no logran superar la línea de indigencia determinada por los alimentos que reúnen las calorías necesarias para eludir una situación de desnutrición.
La estadística se difundió tras el informe de mercado de trabajo que arrojó una mejora sensible en la tasa de actividad y empleo. Según el Indec, la desocupación se redujo al 7% en el segundo semestre de ese año como resultado de la reincorporación al mercado de trabajo de 1,8 millones de personas.
En los últimos tres meses de 2021, las canastas que miden la pobreza y la indigencia sufrieron aumentos inferiores a los que registró el Índice de Precios al Consumidor durante el año (50,3%): la canasta de pobreza creció un 40,5% y la de indigencia un 45,3%. La reducción de la pobreza, según el informe oficial, fue incluso más elevada que los pronósticos más optimistas.
A la hora de analizar el impacto de la pobreza y la indigencia en la niñez surge que el 51,3% de los menores de 14 años viven en hogares pobres cuando seis meses antes llegaban al 54,3% y, un año antes al 57,7%. La indigencia afectaba a diciembre de 2021 al 12,6% de los niños y niñas.
¿Hacia el pleno empleo con pobreza?
No deja de ser significativo y contradictorio que una economía que se perfila hacia una situación de virtual pleno empleo (entre 3 y 4% de desocupación), a la vez, exhiba índices de pobreza superiores al 37%. La explicación hay que buscarla en el deterioro de los ingresos de los trabajadores asalariados formales e informales y en la extensión del empleo informal y la denominada economía social.
El especialista del Observatorio del Derecho Social de la CTA – Autónoma, Luis Campos, señaló cómo el problema de la pobreza se viene profundizando y afirmó que comparados con 2017: «Los niveles de desempleo son prácticamente idénticos a los actuales, pero la pobreza saltó del 25,7 % al 37,3 % y la indigencia del 4,8 % al 8,2 %».
Pese al rebote de la actividad económica y el descenso del desempleo, el 37,3 % de la población no pudo acceder a la canasta básica estimada por el organismo. Si bien esto implica un descenso de 3 puntos porcentuales de la pobreza en comparación al primer semestre del 2021, el número de personas con las necesidades básicas insatisfechas pasó de 11,3 millones en 2017 a 17,4 millones en 2021.
Los pronósticos de inflación del mes de marzo marcan una tendencia de la misma naturaleza que podría devolver a una situación de pobreza a gran parte de quienes lograron emerger en los últimos seis meses del año pasado.
El informe de pobreza se conoce el mismo día en el que miles de trabajadores desocupados buscan acampar en las puertas del ministerio de Desarrollo Social en reclamo de un aumento del monto de los beneficios Potenciar Trabajo, hoy en poco más de 16 mil pesos (menos de 80 dólares al cambio paralelo) y su universalización.
*Periodista económico argentino, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)