Matérika es una revista de arte y literatura hecha por editores de revistas de cultura, escritores, gente del mundo gráfico y de las artes visuales. No es solemne, se lee con comodidad sin corbata y no se precisa saber inglés.
Parece inacabada, además, algo que -tenemos derecho a esperarlo- ojalá sea permanente. Una revista que sorprende. Y lo advierte: «No hay en esta publicación ningún intento de adecuarse a los encuadres de las mentes prolijas. Sus responsables nos hemos entregado al azar de lo virtual».
Por suerte.
Lo que no parece es entregada al azar del capricho estético, al roce de la ideología que procura acólitos. Si antes del infortunado reino de lo «diet» y de lo «light» el amor supo cómo llegar a través del apetito; Matérika nos entra por la vista: allí están los trabajos fotográficos de Cristina Arce y la galería dedicada a Bernal Ponce.
Y «sin alharacas ni voces estentóreas» la entrevista con esa leyenda llamada Ray Tico y el diálogo con el catalán Rafols-Casamada -que la equilibra-, terminan de convencernos que en materias ajenas al peso de lo inmediato económico, pero cercanas a la necesidad de encontrarnos los latinoamericanos, ayuda a construir un puente sobre las latitudes.
La edición de Matérika está cargo de Alfonso Peña; Tomás Saraví, Guillermo Fernández, Floriano Martins, Adriano Corrales, Felo García y Otto Apuy conforman el consejo editorial. Corresponsales en la Argentina, Brasil, Colombia, Chile, España, México y la ciudad de Nueva York aseguran un ángulo adecuado de visión.
Se la encuentra en www.materika.com
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