Meandros y meollo de la historia contemporánea americana

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Néstor Francia.*

El extraordinario documento leído en la noche del martes por Roy Daza fue sin duda el elemento más destacado del acto en defensa de la Patria realizado en la Asamblea Nacional, sin restar ningún mérito a la excelente exposición de Eva Golinger ni al discurso siempre claro y orientador del presidente Chávez.

Lo decimos porque este documento define con notable nitidez lo que es el meollo, el corazón de la época que nos ha tocado  vivir, signada por la contradicción fundamental entre la Humanidad y el Imperialismo en su carácter de fase superior del capitalismo. El documento tiene aliento histórico y será recordado en los siglos venideros, si logramos finalmente la victoria en esta lucha (la otra posibilidad es la extinción de la especie humana). Sobre todo si se cumple la intención de regarlo a los cuatro vientos por todo el país y el continente.

Se produce en un momento de profunda crisis mundial del capitalismo y apenas se extinguía el fragor de las armas en la península de Corea, que resonaron como consecuencia de las intervenciones que el imperialismo desarrolla por doquier y de mil diferentes maneras. El documento nos pone ante la necesidad de discernir el deber supremo de los revolucionarios en este momento, que no es otro que unirnos para enfrentar la gran amenaza que significan el Imperio, y todos sus aliados y sus sirvientes. Es un manifiesto que convoca reminiscencias de los principales pronunciamientos emitidos por los patriotas en la Guerra de Independencia y que, aterrizando con más concreción en el día de hoy, representa una de las herramientas principales para la batalla táctica que libraremos de aquí a finales de 2012, cundo se efectuarán en nuestro país las elecciones presidenciales, en el sentido de que estas deberán incluir entre sus temas principales la lucha por la soberanía y contra las agresiones imperiales, que se verán multiplicadas tras los resultados electorales recientes en Estados Unidos.

En su discurso Chávez se refirió a las comprobadas violaciones a los derechos humanos por parte del Estado imperial, develadas, por ejemplo, por Wikileaks, y reconocidas con cinismo por George W. Bush en libro de reciente edición. El Presidente afirmó que “Habría que ver si alguna autoridad en Estados Unidos toma alguna iniciativa ante estos supuestos delitos graves cometidos por ciudadanos de su país, civiles y militares, su gobierno ¿Una vez más, qué dirá Naciones Unidas? ¿Qué pasaría si eso ocurriera en los países del ALBA? ¿Qué dirían la OEA, el Consejo de Seguridad, la tristemente célebre Corte Internacional de Derechos Humanos? Para que veamos el doble rasero con que se miden aquí los derechos humanos, el respeto a la vida, el terrorismo y todos esos fenómenos”.

Este mismo doble rasero lo aplica la derecha del patio, tan diligente cuando se trata de las “violaciones a los DDHH en Cuba”, tan silenciosa cuando aparecen las reales violaciones de sus amos del Norte. Otra vez nos viene a la mente la pregunta ¿Exagera o calumnia Chávez cuándo los llama pitiyanquis?  Es por eso que debe estar claro que en Venezuela no se está dilucidando solamente el modelo socioeconómico que debe regirnos, sino también el destino de la lucha por derrotar y desterrar de nuestro planeta al Imperio más poderoso y agresivo de la Historia.
 
En ese sentido, el Presidente ha definido nuevamente la estrategia de esta Revolución:

“Esa debe ser la forma como debemos responder a la amenaza imperial, a la agresión imperial: radicalizando posiciones. No aflojando absolutamente nada. Ajustando posiciones, afincando el paso, consolidando la unidad revolucionaria”.

Y consciente que dentro del plan conspirador de la burguesía para el próximo año la Asamblea Nacional será el epicentro político de sus acciones, Chávez se ha referido a que requerimos “…no sólo un Parlamento mucho más a la izquierda, mucho más radicalmente a la izquierda. Necesitamos un gobierno mucho más radicalmente a la izquierda, unas Fuerzas Armadas mucho más radicalmente revolucionarias junto al pueblo. No debe haber cabida en nuestras filas civiles, militares, para las medias tintas. Una sola línea: radicalizar la revolución”.

El camino se ve largo y difícil, pero también absolutamente claro. Como se solía decir en los años más arduos del Siglo XX: el camino es duro, pero es el camino.

 Y mientras la Revolución realiza este gran evento de aliento antiimperialista, los “realistas” de ahora siguen suplicando por la intervención extranjera. La Mesa de la Unidad Democrática envió comunicaciones tanto al secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, como a Santiago Cantón, secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para “resaltar la progresiva gravedad del deterioro de la democracia en Venezuela” y exponer el caso de Globovisión y su presidente Guillermo Zuloaga, otro asunto que divide las aguas en este momento en nuestro país: dime qué piensas de Globovisión, y te diré quién eres.

Tanto en el plano nacional como en el internacional, no podemos sino esperar sino un recrudecimiento de los ataques de la derecha. Ese patético viajero de la oscuridad en que ha devenido el devaluado Alvaro Uribe, criticó ayer en el Parlamento de Honduras el “silencio cómplice e hipócrita” que habría en América ante proyectos nucleares de Venezuela y Bolivia y la “agresión” de Nicaragua contra Costa Rica:

 “El Ejército del Gobierno de Nicaragua invade el territorio de un pueblo sin Ejército, que es Costa Rica, y el multilateralismo guarda silencio, y hay silencio cómplice e hipócrita de aquellos que levantaron su voz y su poder para maltratar a Honduras”, expresó el ex narco-presidente.

Uribe también afirmó que “aquellos que protestaron tan airadamente porque Colombia suscribía un acuerdo con los Estados Unidos, para poderse liberar Colombia de la pesadilla del narcoterrorismo, ahora guardan silencio frente a los anuncios nucleares sin vigilancia internacional que hacen países que están comprometidos en la carrera armamentista…

"Cuando mi país hizo el acuerdo con los Estados Unidos para continuar la lucha contra el narcoterrorismo, se desgarraron las vestiduras en América del Sur y en algún país centroamericano, no obstante que nosotros tuvimos la transparencia de publicar ese acuerdo en detalles”.

Con todo el desprecio que nos despierta este traficante venido a menos, no podemos dejar de darle importancia a lo que diga, pues él representa los mismos intereses y las mismas políticas de quienes se reunieron en el aquelarre de la ultraderecha en Washington. La lucha mundial se profundiza y se intensifica, y en ese escenario el acto de ayer es un hito para nada secundario.

* Analista de asuntos políticos.

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