Mega-emprendimiento Potasio Río Colorado, para darle de comer al “yuyo” brasileño

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Fernando Glenza*
El potasio es uno de los ingredientes fundamentales para darle de comer a la soja. Este mineral -que se utiliza como fertilizante- es cada vez más buscado para sostener el “rinde” de la producción de Brasil, que invertirá 4.300 millones de dólares en la provincia argentina de Mendoza para poner en marcha uno de los mayores y más cuestionados emprendimientos mineros del mundo.

En el departamento de Malargüe, en la provincia argentina de Mendoza, existe uno de los yacimientos de potasio más importantes del planeta. Este mineral se utiliza como fertilizante -especialmente para la soja- y es cada vez más buscado por Brasil, que no lo posee y debe importar cada año 7 millones de toneladas para que sus cosechas rindan.

La solución a este problema está impulsada por la empresa brasileña “Vale do Rio Doce” que compró en 2009 las reservas de Malargüe a la australiana Río Tinto. Vale es la mayor empresa minera de Latinoamérica e invertirá 4.300 millones de dólares para desarrollar Potasio Río Colorado (PRC), emprendimiento que convertirá a Argentina en el quinto productor mundial.

El yacimiento se encuentra a unos 1.000 metros de profundidad y la construcción de la mina llevará alrededor de tres años de trabajo. Esta vez, el cuestionamiento no tiene que ver con los procesos de cianurización de la “minería a cielo abierto”, sino por los requerimientos de agua y energía que demandará.

El potasio se extraerá en base a inyecciones de agua proveniente del Río Colorado, que previamente deberá ser calentada con un requerimiento de un millón de metros cúbicos diarios de gas. El proceso, entonces, consistirá en la inyección de agua caliente hacia el interior del yacimiento para disolver las sales y luego extraerlas. El aspecto que tendrá la mina es el de una estructura de explotación petrolera.

La planta de extracción tomará del Río Colorado un metro cúbico de agua por segundo y quemará por día el equivalente a un tercio de todo el gas que Argentina importa de Bolivia. Para esto PRC deberá negociar en forma directa con las empresas petroleras para que el gas surja de nuevos pozos y no afecte la oferta energética. Además, tomará la línea Comahue-Cuyo para abastecerse de electricidad.

Otros de los cuestionamientos, tiene que ver con los exiguos aportes que dejará la mina a los mendocinos: 12 millones de dólares en los tres años que demandará su construcción para formar un "Fondo de Desarrollo Socio-Ambiental", más el 1 por ciento de la facturación bruta total una vez terminada, más el 3 por ciento de regalías que por ley debe pagar el proyecto. Sumado a esto, el pasivo ambiental de la producción y utilización de los fertilizantes: contaminación de las aguas superficiales y de las napas.

¿No será demasiado poco?

*Periodoista de la Agencia Periodística del Mercosur

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