Memoria sobre el progreso y éxitos de América Latina

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

No cabe duda que nuestro continente acarrea una historia llena de contradicciones. Desde los tiempos de la conquista española que nuestra sociedad ha estado marcada por ganadores y perdedores, conquistadores y humillados, saqueadores y despojados. Todo esto envuelto en una suerte de realismo mágico.

fotoY como no va a ser mágica una región donde supuestamente reina la democracia representativa, y a la vez conviven la pobreza y la mayor desigualdad del planeta. Todos elementos reconocidos en uno de los últimos Informes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, a cargo del Proyecto sobre el Desarrollo de la Democracia en América Latina.

En este Informe se constata como la diferencia entre los ingresos del 10% más rico de la población de la región han aumentado de 24 a 40 veces en relación al ingreso del 10% más pobre. Todo esto ha resultado en que un 45% de los latinoamericanos, según la misma encuesta, aceptaría un gobierno autoritario si éste resolviera los problemas económicos.

Y la magia vuelve aparecer, ya que según los índices bursátiles de la región, América Latina sería líder en rentabilidad bursátil. Incluso más, tres bolsas latinoamericanas integrarían el selecto grupo de las «top ten» entre los mercados financieros del mundo. Colombia tiene una increíble alza acumulada del 90 por ciento, mientras que Perú tiene un 50. Más atrás viene México con un crecimiento del 34 por ciento.

Estas sorprendentes cifras son producto de otra importante característica de la economía de nuestra América morena. Ésta es nuestra total dependencia a la explotación de nuestros recursos naturales, toda vez que los precios de los «commodities» han tenido incrementos espectaculares en el último año. Así tenemos como el valor del cobre ha aumento en un 103 por ciento y el oro en casi un 26.

Esta estrategia exportadora ha tenido resultados desastrosos en términos ecológicos y de sustentabilidad. En el caso del uso de la tierra, tenemos que la erosión afecta al 14 por ciento del territorio de América del Sur y al 26 por ciento de América Central. Tenemos también que la tasa de deforestación es una de las más altas del mundo y alcanza un promedio anual de 0,48 por ciento. Esto se traduce en que de las 418 millones de hectáreas de bosques naturales perdidas en todo el mundo durante los últimos 30 años, 190 millones de hectáreas se perdieron en América Latina. El área total forestada de la región se redujo en 46,7 millones de hectáreas entre 1990 y 2000.

Como consecuencia de la conversión y pérdida de hábitat, 31 de las 178 ecorregiones de la región se encuentran en estado crítico de conservación, 51 están en peligro y 55 son vulnerables. La sobreexplotación de los recursos pesqueros, junto con los problemas de la captura incidental y los desperdicios, se ha convertido en característica propia del régimen de la pesca regional. La captura total de peces alcanzó un tope regional de más de 23 millones de toneladas en 1994 (cerca del 30 por ciento del total mundial). De 1985 a 1995, muchos países sudamericanos duplicaron o triplicaron sus volúmenes de captura. Sin embargo, en 1998 la captura regional cayó considerablemente a 11,3 millones de toneladas (15,9 por ciento del total mundial).

Esta es la magia de nuestro continente, magia que resulta en una obtusa realidad, tomando en cuenta que las políticas aplicadas hasta aquí pueden conducir a un estado de degradación sin límites, al atentar a los pilares básicos de nuestras sociedades, la democracia como forma de participación y movilidad social, y a nuestros ecosistemas naturales como proveedores de bienes y servicios.

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* De Océana (www.oceana.org).

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