Merkel, una canciller made in RDA
¿De dónde viene Angela Merkel? ¿Cómo se formó su pensamiento político? Estas preguntas se las plantean muchos alemanes, al igual que los demás europeos. Unos meses antes de las elecciones al Bundestag, dos biógrafos alemanes analizan su pasado en la República Democrática Alemana (RDA).
Un libro que se publica esta semana, escrito por los periodistas Ralf Georg Reuth y Günther Lachmann, y que lleva por título «La primera vida de Angela M.», pone al día lo que se sabe de la relación de Merkel con la dictadura de la RDA. En contra de la aseveración de la propia Merkel de que en su fuero interno siempre rechazó el sistema del Partido Socialista Unificado (SED), los autores creen estar en condiciones de establecer que su papel en la RDA y en los años del Cambio fue más complejo, y resulta menos halagüeño para la canciller, de lo que cuenta la leyenda imperante.
Según ésta, Angela Merkel, a la que no habría afectado el adoctrinamiento ideológico, siempre habría aspirado a una democracia como la de la República Federal y los años de la República Democrática Alemana (RDA) los habría vivido en una especie de exilio interior. Esta leyenda se apoya en buena medida en la presunción de que el protestante entorno familiar de Merkel, al ser hija de un pastor, la habría protegido de las seducciones e ilusiones de la doctrina de Estado socialista. Si se mira más de cerca ese entorno familiar, sin embargo, se descubre un panorama bien distinto, el de la implicación de los teólogos evangélicos, entre ellos el padre de Merkel, en el sistema de la RDA.
Merkel nació en Hamburgo el 17 de julio de 1954, con el nombre de Angela Kasner. Su padre, Horst Kasner, cuya profesión era la de párroco [y que en 1954 se trasladó a la Zona de Ocupación Soviética], pertenecía al círculo de teólogos con el que el Gobierno de la RDA, controlado por la Unión Soviética, quería llevar a cabo la política para las Iglesias que había concebido. Y así, unos teólogos que veían en el socialismo una verdadera alternativa al capitalismo occidental fundaron en Praga la Conferencia de Paz Cristiana (CFK).
Kasner no solo participó en la CFK, sino también en el Círculo de Trabajo del Weißensee, cuyo director, Hanfried Müller, un hombre de la CFK, contaba con excelentes contactos en el Politburó del SED
La cooperación como deber Cristiano
Cuando en 1961, en el punto álgido de la Guerra Fría, la Conferencia del Este de las Iglesias Evangélicas de la RDA declaró, con la conformidad de la Iglesia Evangélica en Alemania, que los cristianos no podían acatar las exigencias absolutas de una ideología, el Círculo de Trabajo del Weißensee formuló una posición opuesta. Sus «Siete proposiciones sobre la libertad de la Iglesia para servir» elevaron la colaboración con el «poder del Estado antifascista» a deber cristiano. Se puede considerar que las «siete proposiciones» son el núcleo ideológico de la idea de «Iglesia en el socialismo». En esos años, el padre de Angela Merkel estaba claramente a favor del Estado del SED.
A partir de 1970, no cabe duda de que Kasner se fue distanciando paulatinamente de la línea oficial de la RDA. En cualquier caso, Angela Merkel creció en una casa paterna donde política y teología se fundían y lo político se anudaba al empeño por alcanzar el ideal socialista.
Angela Merkel perteneció a esa décima parte de los jóvenes de su edad que podía aprobar el Bachillerato Superior Ampliado. A diferencia de muchos otros hijos de pastores, no evitaba las organizaciones de masas del Estado del SED: formó parte de los Jóvenes Pioneros. Sería más tarde vicesecretaria en su instituto de bachillerato de las Juventudes Libres Alemanas (FDJ). La reválida se la salvó su cercanía y la de su padre al sistema. Tras la revalida, estudió física en la Universidad Karl Marx de Leipzig. Para quien, para empezar, había logrado llegar hasta allí, una carrera de ciencias naturales era lo más seguro. Especialmente cuando, como era el caso de Angela Merkel, se desempeñaban también tareas directivas en las FDJ. En la Universidad de Leipzig entró por primera vez en contacto con círculos de comunistas reformadores.
Subiendo peldaños
En 1981 ascendió a Secretaria de Agitación y Propaganda de la Organización de Base del Instituto Central de Química Física de la Academia de Ciencias de Berlín, que, con más de seiscientos colaboradores, no era precisamente un instituto pequeño. Merkel, sin embargo, sigue negando que fuera Secretaria de Agitación y Propaganda. Así, decía en 2005, en el libro de entrevistas Mi camino: «¿Agitación y propaganda? No recuerdo haber agitado de ninguna forma. Era la encargada de cultura».
En el otoño del año del cambio, 1989, [el padre de Angela Merkel organizó] en la Escuela Pastoral un encuentro de físicos de la RDA sobre «¿Qué es el ser humano?». Al padre de Angela Merkel le habría gustado que su hija se inclinase por el Partido Socialdemócrata; sin embargo, el gran influjo que había tenido sobre su hija se había disipado en los años pasados,y ella optó por el recién fundado Despertar Democrático (DA).
Sin embargo, pese a lo que le quería atribuir la creencia hasta ahora común, Merkel no entró en Despertar Democrático en diciembre, cuando este incluía ya en su programa la unidad alemana como visión para el futuro. Hay muchos indicios de que Angela Merkel era partidaria en un principio de un socialismo democrático en una RDA independiente, y no contemplaba la posibilidad de la reunificación. No obstante, al final Angela Merkel fue miembro del consejo de DA en la Alianza por Alemania, la coalición que ganó en marzo de 1990 las elecciones a la Cámara del Pueblo (el Parlamento) en nombre de Helmut Kohl.
Rasgos pragmáticos
El dirigente de la RDA se llamaba entonces Lothar de Maizière, hijo de un antiguo camarada de Kasner, Clemens de Maizière. Nombró a Angela Merkel segunda portavoz del Gobierno. Su actuación en ese puesto sería enseguida reconocida públicamente. Le valió para «ganarse, gracias a su inteligencia y fiabilidad, una reputación que la recomendaba para mayores empeños», según escribió el «Neue Deutschland». No se pasaría por alto. Una vez se integró DA en el Partido Cristianodemócrata (CDU), De Maizière y su Secretario de Estado, Günther Krause, atrajeron hacia Merkel la atención de Helmut Kohl, quien también se quedó encandilado con ella.
En conjunto, el nuevo libro sobre Merkel contiene nuevas y más precisas facetas de la biografía de Merkel en los tiempos de la RDA, si bien, aunque resultan esclarecedoras, no aportan ninguna revelación que descubra perspectivas inéditas y obligue a una reconsideración radical del papel de Merkel en la RDA. En la semblanza de la «primera vida» de Merkel se reconocen los familiares rasgos de la pragmática que con frialdad calcula y maniobra tácticamente.
Ya en los tiempos de la RDA, según todas las apariencias, Merkel actuaba libre de la menor traza de entusiasmos utópicos y teniendo siempre presente su progreso personal dentro de y con las estructuras preexistentes, siempre que ningún camino llevase por la misma dirección. Cuando se volvieron obsoletas, se abrió paso enseguida, y con la misma solvencia, en las nuevas estructuras de la República Federal.
*Periodista de Welt am Sonntag, Berlín