Pocos días antes de la cumbre europea del 8 y 9 de diciembre, que se anuncia como la definitiva para salvar o hundir al euro, la canciller alemana y el presidente francés se encuentran reunidos en París, donde negociarán un arsenal de medidas para reforzar la disciplina fiscal que presentarán en la cumbre europea y que se sumarán a nuevas exigencias de austeridad a países como Grecia o Italia, y un fortalecimiento de los mecanismos financieros para impedir el contagio de la crisis de deuda.
Tras los escasos avances de las cumbres de julio y octubre, la presión ha aumentado para que los dirigentes europeos adopten medidas efectivas para salir de la crisis que se ha agravado mes a mes desde principios de 2010, amenazando a países como Italia y España, e incluso a Francia y Bélgica.
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