Metidas de pata. – LA GUERRA DEL PACÍFICO. SE DISPARA TODAVÍA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Se ha querido presentar la polémica en torno a un “documental” de la Guerra del Pacífico como un tema de censura. Sin embargo, se trata de la responsabilidad social de los medios. Se trata de la peligrosa idea de no poner ningún límite ni ético ni legal a la transmisión de mensajes por los medios de comunicación masivos, aunque estos sean clara y objetivamente contrarios a los valores de la paz, la democracia y la integración de los pueblos.

Resulta preocupante que justamente el canal Nacional (TVN) de Chile haya producido y pretenda trasmitir un programa que objetivamente contiene mensajes contrarios a los valores de la integración de los pueblos de Chile y Perú y de la región. A los de respeto a la diversidad e identidad cultural, en este caso, de alrededor de 80.000 peruanos residentes en Chile. A los de la paz y los Derechos Humanos. Y que sea un ex ministro de Educación, Sergio Bitar, quien públicamente intenté presentar la polémica como un caso de “censura”.

Es un hecho objetivo que la llamada “Guerra del Pacífico”, a diferencia de la guerra de independencia de España que es consensuada unánimemente como una guerra justa, fue una Guerra de clara connotación económica, que enfrentó a pueblos hermanos, azuzando los anti valores de la xenofobia, el racismo y los bajos instintos criminales entre los pueblos.

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Es un hecho objetivo que el carácter de esta guerra es controversial y discutible. Que en Perú está asociada a la memoria de crueles crímenes de guerra, el saqueo de patrimonio nacional cultural que aún se encuentra secuestrado en Chile. Que varios de los mandos del ejército chileno, acusados de estos crímenes de guerra en Perú son los mismos que años antes hicieron escuela de genocidio en la guerra contra el pueblo mapuche. ¿Se hará también un “documental” glorificando esa supuesta “Pacificación de la Araucanía ”? Que la riqueza salitrera en disputa pasó a manos de los capitales ingleses, cuyo máximo representante fue Tomas North, los cuales además derrocaron el gobierno legítimo y nacionalista de Manuel Balmaceda a los pocos años. Que, como lo muestran los debates y polémicas públicas recurrentes, todavía no están resueltos varias de sus secuelas limítrofes y culturales.

Es un hecho objetivo que la transmisión pública de este “documental”, bajo el título de Epopeya, indiscutiblemente glorificador de aquella guerra, será un mensaje de alimento a la glorificación de la guerra entre pueblos hermanos, y de xenofobia hacia la comunidad inmigrante peruana en Chile en particular, que ya sufre por este tema por ejemplo en los colegios, y el pueblo del Perú en general. Que muy probablemente no mencionará para nada los hechos históricos probados antes mencionados. Y que, en última instancia, alimentará los anti valores del chauvinismo seudo nacionalista y la intolerancia, empobreciendo a la ciudadanía chilena. Además de asestar un duro golpe a los avances de la integración regional, en particular de los pueblos de Chile y Perú.

Cabe señalar que en años recientes se había logrado avances en el tratamiento de este específico asunto, tales como la edición de un vídeo que aborda el tema desde las miradas de los tres países involucrados en aquella guerra y una perspectiva de unidad, vídeo en el cual aparece, entre otros, el mismo señor Bitar; así como la propuesta de que historiadores de los tres países avanzaran en una visión consensuada y de respeto. Avances para los cuales este inexplicable desatino de TVN representa un claro retroceso.

La transmisión de estos mensajes son, además de una flagrante falta de ética y responsabilidad social, un claro y público delito que viola los principios consagrados para la educación en la Constitución Política del Estado de Chile (Art. 10, párrs. 1º y 6º).

También contra la normativa internacional de Derechos Humanos ratificada por Chile, como la Observación General Nº 11, de 1.983, del Comité de Naciones Unidas para el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, relativa al artículo 20 del Pacto, que señala la prohibición de “toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia”.

También contraviene, en relación a la comunidad inmigrante peruana, disposiciones de la “Convención de los Derechos del Niño” de Naciones Unidas de 1.989, ratificada por Chile, la cual señala: la obligación de los Estados Partes a garantizar “al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio…en todos los asuntos que afecten al niño” (Art. 12, nº 1); a encaminar la educación del niño (Art. 29, nº 1) en “el respeto de los derechos humanos…” (Letra b), “el respeto de sus padres, de su propia identidad cultural… de los valores nacionales del país en que vive, del país de que sea originario y de las civilizaciones distintas de la suya” (letra d), y en “preparar al niño…con espíritu de comprensión, paz, tolerancia… y amistad entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos…” (Letra d); finalmente, la obligación de los Estados Partes en “respetar y promover el derecho del niño a participar plenamente en la vida cultural y artística y propiciarán oportunidades apropiadas, en condiciones de igualdad, de participar en la vida cultural, artística, recreativa y de esparcimiento” (Art. 31, nº 2).

Y lo mismo ocurre con la “Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares” de Naciones Unidas de 1.990, que establece que: “Los Estados Partes en la presente Convención se comprometen a respetar la libertad de los padres…para hacer que los hijos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones” (Art. 12.4).

Es urgente hacer circular estas reflexiones y llamar a la responsabilidad social y ética del Estado y TVN chilenos, o, en su defecto, que entidades de la sociedad civil demanden ante las instancias nacionales e internacionales de Derechos Humanos, esta grave y pública violación, que sienta el peor de los precedentes para un Chile democrático, moderno y respetuoso de los valores de los Derechos Humanos y la integración regional de los pueblos en Paz y Desarrollo.

El Estado y gobierno peruanos están obligados ética y constitucionalmente a responder y detener esta pública agresión a sus connacionales en Chile y el proceso de integración de los pueblos. Es urgente que asuman el más claro y cabal cumplimiento de esta obligación, condicionando, sin vacilaciones ni ambigüedades, los avances en integración económica y política, especialmente energética, con Chile a la anulación de esta agresión pública irresponsable y de mecanismos que las eviten en el futuro, avanzando en una agenda de real voluntad de integración respetuosa y mutuamente beneficiosa. O, de lo contrario, tomar acciones en las instancias internacionales de Derechos Humanos correspondientes. El abandono o la ambigüedad en esta obligación constituirán una mancha indeleble en el registro de la historia de Perú y la región para este Gobierno y estado peruanos.

Asimismo, es urgente hacer circular por todos los medios, especialmente públicos, el material audiovisual trinacional, responsable y constructivo, antes mencionado, el cual ponemos a disposición. Defender los valores de los Derechos Humanos y construir una sociedad respetuosa de ellos es una tarea urgente de la hora de todos y cada uno de nosotros.

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pablocardenas8@hotmail.com.

Addenda

fotoEpopeya resulta, está claro, una vergüenza más para el equipo de gobierno. Cuando un organismo estatal, como TVN, se propone la producción de un filme basado en la historia del país y de sus vecinos, ¿no realiza elementales consultas con los aparatos políticos y culturales que profitan de la caja fiscal?

Si un cineasta, un pintor, un músico, un escritor pretende obtener ayuda del Estado para llevar a cabo un proyecto de su oficio, debe presentar antecedentes, relatar qué es lo que va a hacer, en algunos casos conseguir co-ejecutores, en fin, asegurarse de que sus vacunas están al día. La cultura del subsidio entonces funciona. Pero no para la televisión del Estado. ¿A cuánto ascendió el presupuesto del malhadado filme? ¿Quiénes fueron sus guionistas? Silencio de radio.

Sobre este ridículo triste se informó así:

PERÚ/CHILE: PELEA POR UNA SERIE

Max Seitz*

Este miércoles debía emitirse en Chile el primer capítulo de un documental que recrea la Guerra del Pacífico, la cual enfrentó a ese país con Perú y Bolivia a fines del siglo XIX. Pero ello no ocurrirá, porque la Televisión Nacional (TVN) postergó el estreno de la serie titulada Epopeya por pedido de la cancillería chilena, que a su vez actuó a instancias del gobierno peruano.

Las autoridades de ambos países consideraron que no era el «momento oportuno» para difundir el documental, ya que podía convertirse en un nuevo foco de conflicto en las relaciones bilaterales, últimamente tensas. Epopeya también iba a verse en Perú a través de la televisión por cable.

El canciller chileno, Alejandro Foxley, defendió la postergación afirmando que era «lo mejor que se podía hacer por el país «, asegurando: «Creo que nos va a ayudar a seguir trabajando juntos con la nación vecina».

Sin embargo, la oposición chilena acusó al gobierno de censura y rechazó lo que considera una intromisión de Perú en la libertad de prensa de su país. El senador Hernán Larraín, de la Unión Demócrata Independiente (UDI), dijo que la administración de Michelle Bachelet le colocó una «mordaza» a TVN.

«Las situaciones históricas hay que asumirlas. No dar un programa de televisión me parece absolutamente inexplicable», dijo.

El presidente de TVN, Francisco Vidal, afirmó que la decisión de suspender la emisión de «Epopeya» fue tomada sin presiones: «El canciller Foxley me solicitó formalmente que evaluáramos la oportunidad de mostrar ahora el documental y después de un amplísimo debate, como un directorio autónomo, se consideró la postergación», explicó. La emisión está prevista para más adelante en 2007, pero no se precisó en qué fecha.

Los productores del documental dicen que es un trabajo de investigación «serio», realizado durante dos años.
Afirman que la serie cuenta con la colaboración de las fuerzas armadas de los tres países involucrados en la Guerra del Pacífico –Perú, Chile y Bolivia– y que, por lo tanto, incluye todas las versiones del conflicto.

Esta polémica ocurre poco después del encontronazo diplomático que tuvieron Chile y Perú a fines de enero. En aquel momento el gobierno de Alan García protestó porque un proyecto de ley que creaba una nueva región chilena contenía una delimitación errónea de la frontera entre ambos países. El conflicto lo zanjó el Tribunal Constitucional de Chile, que dio la razón a Perú. Esto llevó a Lima a plantear la necesidad de modificar los límites marítimos, lo que Santiago rechaza. Ahora Chile teme que García lleve esta demanda a la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

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* Periodista. Cable de BBC-Mundo.

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