México: ante la crisis, las mujeres en la indefensión laboral

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Sesenta cadáveres en dos días violentos puede ser muchos muertos, pero en Mexico no sorprenden; más que eso, marcan una sociedad en desmoronamiento las consecuencias del aumento del 5.2 por ciento de desempleo, la subocupación y el trabajo informal. Y que se espera que las mujeres que se integren al mercado laboral no exijan salario digno, prestaciones o servicio médico.

Lo dijo Carmen Ponce, economista experta en temas de género. Ponce refirió que el desempleo, en el cual se ubican 2.4 millones de personas en el país –según dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), significará que “ellas se vean obligadas a entrar a trabajar en condiciones precarias para poder sustituir el ingreso que sostenía a sus familias”.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del segundo trimestre de 2009, la tasa de desocupación nacional de mujeres pasó de 3.5 en 2006 a 4.8 este año, mientras que en los varones se incrementó de 2.96 a 5.4 en el mismo periodo.

Sin embargo, a decir de la economista, estas cifras tienen un subregistro, ya que sólo refieren la pérdida de trabajos formales registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y ella estima que la pérdida de empleos es mayor, ya que el número de personas ocupadas en la informalidad igualó a las que laboran en el formal.

Según la ENOE la población que trabajan dentro del sector informal aumentó 127 mil trabajadoras y trabajadores respecto a 2008. Representan el 28.1 por ciento de la población ocupada, es decir, 12.2 millones de personas, de las que 29.1 por ciento son mujeres y 27.5 son hombres.

En tanto, las mujeres y hombres que se ubican en la subocupación, que según el Inegi son quienes tienen la necesidad de trabajar más tiempo, de abril a junio de 2009 fueron 4.8 millones de personas, 1.8 millones más de personas en comparación con el año pasado.

Ponce refirió que las mujeres laboran de manera importante en este sector, donde no tienen prestaciones sociales, servicio médico y salarios dignos, pues, “aunque perciban remuneraciones económicas mayores no tienen la posibilidad de jubilarse y gozar de prestaciones que representan un ahorro el gasto del sueldo como el acceso a la salud”.

La calidad del empleo se deteriora aún más por la crisis económica que afecta el país, ejemplo de ello es el menor acceso a la salud y la contratación por escrito de la que carecen 13.2 millones de trabajadoras y trabajadores, aseveró Ponce.

En este sentido, la ENOE señala que durante el segundo trimestre de este año, 46.4 por ciento de la población económicamente activa –43.3 millones de personas– de las cuales 16.2 millones son mujeres y 27.1 millones son hombres, no tiene acceso a la salud como prestación de trabajo.

Cabe mencionar que de la 522.000 personas menos a 2008. El 64.5 se ubica en el sector servicios, 27.1 en la industria manufacturera y 7.5 en la agricultura, ganadería.

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