México, no todo está perdido: la ecología, la humildad y un premio

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Al Premio Ambiental Goldman lo llaman el Nobel de la ecología; lo instituyó en 1990 el matrimonio formado por Richard y Rhoda Goldmanm y está dotado con 150.000 dólares. El PAG distingue —lo ha hecho en 72 países a la fecha— a quienes trabajan por la recuperación y protección de la naturaleza para sustentar con dignidad la vida silvestre y humana. Éste año lo obtuvo Jesús Leòn Santos, un campesino del estado de Oaxaca.

A Jesús León Santos se lo han dado porque, cuando tenía 18 años, decidió cambiar el paisaje donde vivía en la Mixteca alta, la "tierra del sol". Aquello parecía un panorama lunar: campos yermos y polvorientos  desprovistos de arboleda, sin agua y sin frutos. Había que recorrer grandes distancias en busca de agua y de leña. Casi todos los jóvenes emigraban para nunca regresar, huyendo de semejantes páramos y de esa vida tan dura.

Con otros comuneros del lugar, Jesús León se fijó el objetivo de recuperar los campos. Parea ello decidió recurrir a técnicas agrícolas precolombinas que  le enseñaron otros campesinos, indígenas guatemaltecos, para convertir tierras áridas en zonas de cultivo y arboladas. Lo consiguió con trabajo, trabajo de la comunidad, gracias a una herramienta indígena olvidada: el tequio: trabajo comunitario no remunerado.

Reunió León Santos unas 400 familias de 12 municipios, creó el Centro de Desarrollo Integral Campesino de la Mixteca (Cedicam), y juntos, con recursos económicos limitadísimos, se lanzaron en la gran batalla contra la principal culpable del deterioro: la erosión.
En esa región Mixteca más de 50.000 hectáreas han perdido alrededor de cinco metros de altura de suelo desde el siglo XVI. La cría intensiva de cabras, el sobre pastoreo y la industria de producción de cal que estableció la Colonia deterioraron la zona. El uso del arado de hierro y la tala intensiva de árboles para la construcción de los imponentes templo dominicos contribuyeron definitivamente a la desertificación.
   
Jesús León y los suyos a punta de pico y pala cavaron zanjas-trincheras para retener el agua de las escasas lluvias, sembraron árboles en pequeños viveros, trajeron abono y plantaron barreras vivas para impedir la huida de la tierra fértil. Lograron la recarga del acuífero y, luego, en un esfuerzo titánico, plantaron alrededor de cuatro millones de árboles de especies nativas,  aclimatadas al calor y sobrias en la absorción de agua.

Soberanía alimentaria

Después se fijaron la meta de conseguir, para las comunidades indígenas y campesinas, la soberanía alimentaria. Para ello desarrollaron un sistema de agricultura sostenible y orgánica, sin uso de pesticidas, gracias al rescate y conservación de las semillas nativas del maíz, cereal originario de esta región, sembrando sobre todo una variedad muy propia de la zona: el cajete, que es de las más resistentes a la sequía.  Se planta entre febrero y marzo, que es allí la época más seca del año, con muy poca humedad en el suelo, pero cuando llegan las lluvias crece
rápidamente.

Al cabo de un cuarto de siglo, el milagro se produjo.

Hoy la Mixteca alta esta restaurada. Ha vuelto a reverdecer. Han surgido manantiales con más agua. Hay árboles y alimentos. Y la gente ya no emigra. Actualmente, Jesús León y sus amigos luchan contra los transgénicos, y siembran unos 200.000 árboles anuales y la deserertficación retrocede

Con la madera de los árboles se ha podido rescatar una actividad artesanal que estaba desapareciendo: la elaboración, en talleres familiares, de yugos de madera y utensilios de uso corriente. Además, se han enterrado en lugares estratégicos cisternas de ferrocemento, de más de 10.000 litros de capacidad, que también recogen el agua de lluvia para el riego de los invernaderos familiares orgánicos.

El ejemplo es ahora imitado por varias comunidades vecinas, que también han creado viveros comunitarios y organizan temporalmente plantaciones masivas.  En un mundo donde las noticias, con frecuencia, son negativas y deprimentes, esta historia ejemplar ha pasado prácticamente inadvertida, en los medios periodísticos comerciales: los noticieros no informan lo que deben.

Informe: Gabriuel Castillo-Herrera.

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