México: que los ricos paguen por sus millonarios ingresos y su riqueza
Pedro Echeverría*
La repartición justa y ponderada del producto y las cargas sociales es el cuello de botella que impide mejorar la calidad de la vida en las sociedades americanas actuales y futuras. El maridaje de la explotación con el señuelo de un futuro mejor –que jamás llegará porque se lo roban cuando todavía es embrión–, conforma un emparejamiento al que el aval de misiles, invasiones y campañas terroristas, parece agotarse. Éste es un cuadro mexicano. ¿Cómo anda el de su país?
1. Los multimillonarios de la cúpula empresarial, representados por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), en voz de su presidente González Sada, aseguraron que los empresarios ya no aguantan otro impuesto más, por lo que pedirán al Congreso una reforma fiscal que incluya la ampliación de la base de contribuyentes para que “todos paguen lo que deban de pagar”.
Que el sector privado realiza esfuerzos para preservar la planta laboral y ya no tiene “mucho espacio para nuevas cargas fiscales”, por lo que es “obvio” que ya no “aguanta” más impuestos. El líder llamó a los diputados a que una vez que tomen posesión “corten por lo sano” eliminando el impuesto sobre la renta (ISR) y dejen únicamente el empresarial a tasa única (IETU).
2. ¿De qué se quejan, qué lloriquean estos señores millonarios si en los últimos 25 años, con la política neoliberal y privatizadora, han multiplicado sus ganancias y sus propiedades mediante la explotación despiadada del trabajo obrero y con gigantescos negocios? ¿Si ellos no pagan los impuestos, y los grandes políticos con insultantes salarios tampoco, esperan acaso que el 60 por ciento de la población que está en la pobreza, la miseria y el hambre lo haga? ¿Desean acaso extender el IVA a medicinas y alimentos para exprimir más la sangre de los pobres hasta verlos arrastrase pidiendo limosna en las calles?
Otra vez el problema es de fuerza. Los legisladores líderes, al representar los intereses de las clases empresariales y políticas, buscarán no lesionar los intereses de sus patrones y los impuestos servirán, como siempre, para profundizar la pobreza.
3. ¿Quién defenderá los intereses de los pobres, de los trabajadores, si el 95 por ciento de los legisladores está al servicio del capital (empresarios y gobierno) y se carece una fuerte izquierda, una izquierda social, dispuesta y con convocatoria, para tomar las calles para evitar el IVA en medicamentos y alimentos, así como para exigir que el mayor porcentaje del presupuesto público se oriente hacia la inversión social?
En el sistema capitalista todo se resume en la fuerza, nunca en la razón. Los grandes empresarios y los medios de información nunca han tenido la razón pero siempre han contado la fuerza por eso han impuesto su política y la orientación presupuestal del gasto. Cuando los empresarios declaran que no están dispuestos a pagar más impuestos están dando una orden que saben, por experiencia de muchas décadas, que nadie les discutirá.
4. Indudablemente, como reclaman los empresarios, se debe “ampliar la base de contribuyentes”, sí pero con todos aquellos empresarios defraudadores –que son más de la mitad en el país– que evaden al fisco con la anuencia, la colaboración o la complicidad de los más altos funcionarios del gobierno nacional.
Con el falso argumento de crear más empleos, de la necesidad de hacer inversiones y de eximir de impuestos a éstos en los primeros años, México es un paraíso fiscal de empresarios mexicanos y extranjeros que en unos cuantos años acumulan cuantiosos capitales que luego convierten en dólares para invertirlos en países que les aseguren mayores ganancias. Pero para eso sirven los legisladores de las dos Cámaras; para aprobar leyes de ingresos y presupuestos de egresos que aseguren la estabilidad del sistema capitalista.
5. ¿Se piensa acaso que los asalariados, que las clases media media y media baja, por su crecimiento numérico es quien deba pagar más impuestos? No debe olvidarse que en los asalariados la retención del impuesto es inmediata y se hace de acuerdo al nivel del salario. Al parecer los sistemas impositivos del impuesto sobre la renta (ISR) y el Impuesto al Valor Agregado (IVA) involucran a un buen número de mexicanos, aunque no los que correspondería si tomamos en cuenta a la población en su conjunto.
De acuerdo con Secretaría de Hacienda a fines de los 90, el listado de contribuyentes fluctuaba por los 19 millones de personas de 39.5 millones que componen a la PEA. De ese total, 13 millones son asalariados cautivos. Los seis millones de contribuyentes restantes son empresas e individuos que están dedicados a diversas actividades económicas.
6. Según Banco Mundial, México, comparado con otras economías, tiene una carga fiscal baja. Para el año de 1986, solamente el 8.9 por ciento del ingreso nacional se pagaba en impuestos. Hay gráficas que nos muestra cifras de países desarrollados, así como de otras economías latinoamericanas, donde México se encuentra en último lugar en captación tributaria, con respecto al PIB. Pero, como se podrá ver, la cuestión no es que se paguen pocos impuestos: muchos contribuyentes registran una carga fiscal alta y similar a la de otros países.
El problema aquí es que una proporción de los empresarios importantes no pagan impuestos, o paga cantidades simbólicas. Lo mismo sucede con multimillonarios negocios –como la venta de Banamex– cuyas operaciones de compra/venta no son gravadas. Todos esos negocios se vuelven transacciones entre amigos.
7. Se ha observado que si se suma lo que se evade por IVA y por ISR se puede juntar una cantidad equivalente al cinco por ciento del PIB, lo cual equivale a casi toda la renta petrolera. Esa significativa cantidad implicaría que la totalidad del gasto social en México (educación, salud, combate a la pobreza, seguridad social, etc.) podría ser financiada con estos dos impuestos y sobraría aproximadamente tres por ciento del PIB para invertir en infraestructura.
En la actualidad, la recaudación de IVA e ISR cubre tan sólo el 80 por ciento del gasto social y no sobra para invertir en infraestructura. La evasión fiscal es muy alta. Se deben hacer esfuerzos para reducirla; los castigos por evasión deben ser incrementados. Finalmente, existe todavía corrupción en el brazo recolector del gobierno, práctica que debe ser atacada con mayor firmeza.
8. En México se deben recaudar más impuestos por concepto de ISR. Al parecer en EEUU se recauda el 11 por ciento con respecto a su producto interno (PIB), en México apenas se logra reunir el 4.8 por ciento del PIB en ISR. Por ello se ha publicado que la evasión de ISR en México rebasa al menos tres puntos porcentuales del PIB, equivalentes a 95.000 millones de pesos de 1997.
Sin duda hay muchos miles de datos duros para conocer mejor la situación de los impuestos en México. Pero quizá basta con saber que en los últimos 25 años la riqueza se ha concretado cada vez más en un millar de poderosísimos multimillonarios con inversiones en México y otros países, otros miles de empresarios que no han podido competir y un pueblo cada vez más miserable, desempleado y que tiene que migrar hacia los EEUU en busca de empleo. Lo que el pueblo necesita es organización y fuerza.
* Periodista.
Despacho de www.argenpress.info