Michelle Bachelet: – ¿SOBRE QUÉ CABEZA LA SANGRE?

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

A menos que todos hayamos sido engañados Patricia Troncoso agoniza. La Thátcher del coño sur calla. La gente muere, los dirigentes van al cine. La gente muere, la vergüenza escabulle su cara de palo. Mamá Oca afila las garras de sus polluelos; si no lo hace la asesinan.

Ella sabe. Se prefiere cómplice que víctima. Olvidó a ese tipo de bigote cano que alguna vez le dijo «colega». ¡Se olvidan tantas cosas!

¿Patricia Troncoso debe morir acaso para que la majestad de la república pueda todavía alimentar ladrones?

Probablemente. ¿Quiénes son esos mapuche después de todo?

Soplan los vientos, no traerán lodos: son de limpieza. O de vergüenza. Mamá Oca extenderá sus alas cortas –y recortadas–; como una avestruz que sabe responder a encuestas verá un hoyo para esconder la cabeza. Y la esconderá. Por cierto la esconderá.

Pero te será, señora, cobrado. Inevitablemente. Los pueblos olvidan, sí, pero olvidan lento. Has avalado tribunales sórdidos y sordos, mentiras, torturas. Y ahora pones precio a las muertes. Aprendiste la lección, sólo que al revés. No quiero saber cómo te recordará la historia (porque la historia tiene tiempo para pequeñeces).

Patricia Troncoso puede morir; en cambio tu ya no vives.

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