Microsoft: en los negocios la censura es un incidente

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Las discusiones e iracundia que se expresan en la web en asuntos de arte, letras, música, preferencias sexuales y otros en una larga serie de polémicas, cuyo trato es habitualmente superficial –como si fueran nimiedades– cruzan y se entrecruzan en el espacio virtual. La multitud de correos electrónicos que el martes 14 de junio de 2005 trataron la conducta de la ubicua Microsoft no fueron intrascendentes.

En términos de la británica Reuters, “La nueva edición online de MSN en China, filial de Microsoft Corp., está censurando palabras como «libertad,» «democracia» y «derechos humanos» en sus diarios en línea gratuitos, dijo la firma el martes, lo que ha desatado una polémica en la red.

“El mayor fabricante de software del mundo dijo que su servicio «MSN Spaces» –que opera fuera de China y permite a sus usuarios formar sus propios diarios online o «blogs»– estaba actuando de acuerdo con las leyes locales.

«’MSN acata las leyes, regulaciones y normas de cada país en el que opera’ dijo Brooke Richardson, gerente de productos líderes de MSN”.

PALABRAS GASTADAS, CONCEPTOS OLVIDADOS

Cuando la internet se concebía como la anunciación de una nueva era en las relaciones humanas, porque haría verdad la comunicación horizontal entre las personas y el poder –sueño que Mr. Gates decía compartir–, la mera opinión de que debía someterse a regulaciones gubernamentales tenía sabor a herejía.

Los años y los millones determinaron otra filosofía. El gobierno de la RPCh, por asuntos que a él compete, como a él compete la destrucción brutal del ambiente en su territorio, decidió que la democracia seudo popular debe controlar la internet.

Sus aparatos de control, en suma, se apresta a impedir –de hecho lo hacen desde que los ancianos de Beijing no pudieron evitar el “salto adelante” tecnológico– que la web se convierta en una instancia “liberada” del control estatal.

China se apresta a dejar fuera de la “ciudadanía virtual” a quienes osan pensar diferente. Ya no es un estudiante en la plaza frente a un tanque; ahora se trata –no habrá fotografías– de cerrar portales, páginas, “blogs” no registrados en alguna oficina central. Cierto es que la capacidad tecno de Taiwán –unida inescindiblemente a la “libre empresa” y aparatos de espionaje de Estados Unidos– la invaden.

Cierto es, también, que la internet, lejos de la mística pacifista y humanista de los años ochentas se ha vuelto territorio de combate donde se decide la guerra –todavía embrionaria– que se superpone a la guerra política y por los combustibles en pleno desarrollo.

Y cierto es que Yahoo, eBay, Amazon y otros sargentos del imperio no tuvieron ningún problema en censurar los contenidos que a traves de sus portales incomodan a la gerontocracia “celeste”. Al fin y al cabo intentan “hacer negocios” en China. Sólo que Microsoft no brinda sólo la posibilidad de ubicar contenidos en el mundo virtual, constituye “la” herramienta para hacerlo. Su realidad no es de mera influencia; sin ella no hay, lisa y llanamente, posibilidad real de acceder a la web.

Eso en lo que al común se refiere. Y es precisamente el común –que compra año a año las “aplicaciones” MS– el traicionado. Como proveedora y en algunas áreas asociada a los aparatos bélicos y de espionaje del gobierno de EEUU, la empresa de Gates sabía, y facilitó, la lluvia anti Beijing que clamaba por la “Independencia de Taiwán» y otras «manifestaciones» contra el PCCh y su política interna e internacional.

EL CAPITAL NO TIENE MORAL
BUSCA GANANCIAS

Las autoridades chinas reclamaron, y “bussiness are bussines” y el mercado demasiado grande y tiene demasiado futuro, sobre todo ahora que la declinación económica y política de EEUU es evidente y su desplome del puesto “número uno” inevtable. Por ello la empresa de Seattle escuchó la queja. Censuró. Y por ello el mensaje de error de las páginas web cuyo contenido molesta al gobierno chino: «lenguaje prohibido, por favor remover».

Matt Rosoff, analista de Direcciones de Microsoft, explicó con singular pragmantismo la situación: «Si Microsoft quiere hacer negocios en China tiene que obedecer las leyes dictadas por el gobierno chino (porque) hemos hecho cálculos y decidimos que esto valía la pena».

China representa el segundo mercado de internet en el mundo, que se espera alcance los 134 millones de personas para finales de este año. Todoi es asunto de mercado. El mercado determina y conduce la vida.

Por tanto una alternativa para acabar con las quejas podría ser, quién sabe, reflotar la idea del “silly computer” de principios de los noventas: una máquina sin disco rígido, simplemente un instrumento de conexión para un “usuario” absolutamente dependiente de la internet, porque allí, en ese espacio aparentemente no físico, estarán el programa que utiliza y los archivos que produzca. Memoria, en suma que empresas como Microsoft proporcionarán, pero que será “gerenciada” por otras instancias.

Las “cookies”, el método de espionaje en uso en la actualidad, serán entonces bendecidas como tuteladoras de la libertad individual. Y el “hermano grande (que) os vigila” se habrá transformado en “las familias grandes que velamos por tí”.

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