Milei: achicar aún más el Estado, pero pagar siempre la deuda externa
Todo el presupuesto estará en función de los pagos de deuda, incluso sabiendo que en los próximos años los vencimientos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los especuladores privados son impagables. Milei explicó que si la economía crece o no, esa situación no pone en peligro el déficit fiscal, con el presupuesto “blindado” buscará descargar todos los costos del hundimiento de la economía sobre el pueblo, mientras, concede enormes beneficios y rebajas de impuestos a los ricos y grandes empresarios, pero asfixia con impuestos, despidos y ajuste sobre salarios y jubilaciones a la mayoría de la población que está hundida en la pobreza.
«Vengo a ponerle un cepo al Estado», dijo al presentarse. Mostró su habitual prédica anticasta, el“déficit cero” como mantra y la polarización con el kirchnerismo, a quien ya eligió como contrincante de cara a las próximas elecciones. Justificó el veto a la movilidad jubilatoria y al presupuesto universitario y anunció que “vetaremos todos los proyectos que atenten contra el equilibrio fiscal”. Hubo insultos y cruces con la oposición, pero el discurso no tuvo el eco esperado.
Hay varios datos que no cierran en el análisis del mercado. «No se gasten mirando el documento del presupuesto. No cierra nada con nada. Acá hay una voluntad férrea de equilibrio fiscal y se va a lograr haciendo lo que tengan que hacer. No hay mucha más idea de lo lo que ya vimos. Thats all», advirtió al el economista Gabriel Caamaño. José Ignacio Bano, experto en mercado de capitales, destacó que, «para los bonistas es buena noticia que haya dicho que lo primero es juntar la plata para pagarles y que el Estado gasta sólo si les sobra dinero después de pagar». No obstante, Bano asegura que Milei repitió «lo que viene diciendo desde la campaña. No hubo mayores anuncios».
Un elemento que, por ejemplo, llama la atención de los analistas de mercado es el hecho de que la inflación prevista para 2025 por el Gobierno es muy inferior a la calculada por el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que publica el Banco Central. Y es que, mientras que el Presupuesto la establece en el 18,3%, la de la city está en torno al 38%. El mercado duda sobre si esto se debe a una subestimación del Gobierno.
«Ratas miserables»
El pago de la deuda pasa al primer lugar en la escala de prioridades en el uso de los recursos públicos. Incluso por delante de los salarios estatales, que están englobados en lo que Milei definió como gasto primario. Si los ingresos primarios (recaudación fiscal, esencialmente) no superan a los gastos primarios en un volumen suficiente como para pagar la deuda en el período, deberán achicarse esos gastos primarios (para agrandar el superávit y así cumplir con el pago de la deuda). «Si la economía no crece y los ingresos son menores a los estimados, caerá también el gasto. Con lo cual, esta vez, será el sector público y no el privado el que absorberá eventuales recesiones», planteó.
En su discurso, leído, también hubo un capítulo dedicado al achique del Estado. «Gestionar es echar los 31.000 ñoquis que hemos echado en estos primeros nueve meses», dijo. A fines de este mes podría haber una nueva poda de empleados públicos, siguiendo la norma libertaria de renovar los contratos estatales por apenas tres meses y ejecutar así el descuartizamiento por partes.
Finalmente, Milei dejó una advertencia para quienes no lo acompañen en futuras aventuras. «Hay dos caminos», dijo. «Sepan ustedes, miembros de este honorable Congreso, que la decisión de qué lado de la historia quieren quedar es suya. Luego será la ciudadanía quien los coloque en la avenida de los justos o en la esquina de las ratas miserables que apostaron contra el país y contra su gente», remató.
*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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