Minicrisis en el Mercosur por el TLC con China anunciado por Uruguay
A dos días de su realización, la próxima cumbre de presidentes del Mercado Común del Sur (Mercosur) navega rumbos inciertos y riesgos de ruptura tras más de tres décadas, por la decisión del presidente uruguayo, Luis Lacalle, de negociar en forma unilateral un Tratado de Libre Comercio con China, tras concluir el estudio de factibilidad que se inició en setiembre de 2021.
La medida fue anunciada desde Montevideo una semana antes de la reunión semestral de mandatarios. Sin sondeos diplomáticos por anticipado, la controversia se debatirá directamente en Asunción, Paraguay, el próximo miércoles, cuando estén los cancilleres de los cuatro socios comerciales, previa a la reunión presidencial del miércoles.
Tras anunciar que no participaría, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo estar “propenso a ir” a Paraguay, donde se desarrollará la próxima Cumbre del Mercosur: “Nos inclinamos a ir por Paraguay. Un viaje de un día para honrar a Marito (el presidente Mario Abdo Benítez), que es un paracaidista como yo”, explicó a la prensa.
Pero Brasil puso el grito en el cielo más rápido que los demás. Cabe recordar que es socio de China en el bloque BRICS, que tuvo una cumbre la semana pasada donde Beijing oficializó el interés de que Argentina se sume a la comunidad que integran junto a Rusia, India y Sudáfrica. En Argentina y Paraguay entienden que una negociación de este tipo fuera del Mercosur es “incompatible” con la normativa del Mercosur.
El gobierno de Paraguay calificó como “una falacia” el argumento sobre una negociación unilateral con China que no afecta la normativa del Mercosur. “Reivindicamos lo que establecen los textos fundacionales del Mercosur, como el tratado de Asunción y el protocolo de Ouro Preto, donde se establece que las determinaciones se deben tomar por consenso y que las negociaciones se deben hacer con la presencia de los estados partes”, aseguró el vicecanciller Raúl Cano Ricciardi.
Lacalle oficializó una decisión política que Uruguay viene debatiendo desde 2017. En las cancillerías de los otros tres socios no entienden por qué decidió hacer el anuncio ahora, cuando podría haberlo hecho después de la cumbre semestral. El gesto es interpretado como un intento de afectar la reunión y forzar un escenario indeseado para los demás países.
Lacalle dijo estar convencido de que el derecho internacional y los tratados firmados lo avalan. Destacó que la idea de Uruguay no es avanzar por su cuenta, sino que reconoce el peso que tiene el Mercosur al negociar en conjunto, tanto por dimensión demográfica como económica, sostuvo que su país no está “dispuesto a quedarse quieto”.
El canciller argentino Santiago Cafiero iba a viajar a Montevideo este lunes, en visita agendada antes de que se conociera la decisión del TLC con China, pero no lo hizo, quizá en un intento para desdramatizar el debate que se viene. Es la primera vez en los 31 años de existencia del bloque regional que el escenario es conmovido por una pandemia inesperada, la guerra en Ucrania y ahora la decisión unilateral del gobierno neoliberal uruguayo.
Quizá nunca antes se había dado una situación que tensione tanto los precios internacionales y que importe inflación a la región como está sucediendo ahora. En ese marco, Uruguay decidió apelar a un sálvese quien pueda provocando a los principales socios del bloque.
En Buenos Aires no pierden de vista que Beijing no quería entrar en una situación de tensión con Brasil ni con Argentina, los dos socios más grandes. Ahora sucede todo lo contrario, pero a partir de una iniciativa instalada por el gobierno del Uruguay. En la cancillería estiman que la minicrisis irrumpió ahora por el ego de Lacalle e interpretan que el estudio preliminar de factibilidad luego debe ser tratado e internalizado hacia adentro del Mercosur, para que sea analizado por todos los países miembros.
Según voceros del ministerio argentino del exterior, el bloque regional cada vez que ha podido conseguir acuerdos extra Mercosur, con otros países u otras regiones, lo que siempre se ha hecho son estudios donde tiene que haber un consenso de todas las partes. Esperan que siga siendo así pero temen que el ejecutivo oriental busque otra cosa.
La negociación con Beijing también impactó en Washington. El presidente estadounidense Joe Biden viene de anunciar en la Cumbre de las América de junio un cambio en la política de cooperación y financiamiento para toda América Latina, para profundizar la competencia política, económica y militar con China en la región.
Washington insiste en que es «decisivo» que esa estrategia se aplique durante esta década porque será clave para «contener» la consolidación y expansión global del gigante asiático en Latinoamérica, la región más postergada por Washington. Dentro del Mercosur, Uruguay era hasta ahora el aliado más confiable para Estados Unidos. La exploración comercial con China podría poner un paréntesis en ese vínculo.
En la presidencia argentina creen que en esa pulseada no hay una decisión de China para acelerar los tiempos del vínculo con Uruguay, ni de pasar por encima del Mercosur, pero no pierden de vista el impacto que tendrá con Estados Unidos, aun cuando el silencio chino alimenta hipótesis en contrario.
Hay funcionarios argentinos y brasileños que creen que China fuerza el debate dentro del Mercosur a partir del TLC con Uruguay. El presidente argentino Alberto Fernández podrá conocer in situ la posición estadounidense cuando arribe a Washington el lunes 26 de julio, y se reúna con Joe Biden en el Salón Oval en una bilateral que llevó casi dos años de trabajo.
La intención de Fernández es relanzar la relación económica, conocer hasta donde llega el interés estadounidense de financiar proyectos en la región y hacer una evaluación sobre la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional.
* Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)