Mirada desde Ecuador: el mensaje «perdido» de Humala y Keiko

Alberto Maldonado S.*

Cuando el neoliberalismo sudamericano cantaba loas al Perú de Alan García Pérez (otrora social demócrata) y ponía de ejemplo su crecimiento (sobre el PIB) de los últimos años, que bordea el 7% anual, hete aquí que los malagradecidos de los y las ciudadanas peruanas votan por el militar Ollanta Humala y por la señora Keiko Fujimore, nada menos y nada más que hija de Alberto Fujimore, un autócrata que está sentenciado a 25 años de prisión por haber cometido “excesos” durante sus dos presidencias seguidas.

 

El exdemócrata y escritor, Mario Vargas Llosa, que ahora es súbdito español y muy amigo de reyes y reinas, de princesas y baronesas, dándoselas de agorero, anticipó que, de pasar a la segunda vuelta el militar Humala y la señora o señorita Keiko Fujimore (que de seguro, como su padre, tendrá la doble nacionalidad de peruana y de japonesa) los peruanos tendrían que elegir entre “el cáncer y el sida” —una frase que en el Ecuador se la pronunció hace años y que se la repitió en el 2002, cuando tuvimos que elegir entre el multimillonario Álvaro Noboa y el coronel Lucio Paredes Borbúa; al 2011 nos preguntamos muchos ecuatorianos y ecuatorianas si no habría sido mejor votar por el señor Alvarito (como malo conocido), porque el coronel fue malo entre los malos; y por eso hubo que botarlo.

Al margen de bromas y de decires. ni he leído ni he oído que las dos candidaturas que definirán la presidencia peruana en junio próximo, son un serio llamado de atención al neoliberalismo; y, aún cuando no guste a muchos, una demostración palpable de que el neoliberalismo no soluciona problema alguno, pero de los pobres, de la clase media, de los “desfavorecidos” por el destino.

A un señor, muy bien trajeado, cuyo nombre no me quedó grabado (¡ah, esto del Dr. Alzheimer!) que lucía como nuestros analistas estrella (de la TV) le preguntó un periodista peruano: Y si tan bien le ha ido al Perú en los últimos años, ¿cómo explica que pasen a la segunda vuelta, dos candidatos que, de alguna manera, representan un voto protesta contra el sistema neoliberal

Debo dejar constancia que el pobre señor atinó una respuesta muy confusa y que no pudo explicar lo que debía decir: que el progreso y el buen vivir que se había registrado en los últimos años, no fue en beneficio de todos, sino de unos pocos, los que administran y se nutren del sistema imperante. Porque el Perú de la segunda decena del siglo 21 sigue siendo muy similar o peor que el Perú del siglo pasado. Y que hay una gran cantidad de pobres y de miserables, de aquellos que ni saben ni se han enterado que el Perú había tenido un decenio muy positivo.

De cualquier manera, el solo hecho que los y las peruanas hayan escogido, con muy cerca de un 32%, en primer lugar, a Ollanta Humala, es muy significativo, ya que, de lo que se supo, todos los restantes candidatos, incluida la señora Keiko, “arremetieron contra este candidato” Y de lo que se difundió en América Latina, a ratos, el candidato al que más combatía la derecha ultrista peruana era el presidente Hugo Chávez (de Venezuela) que el propio Ollanta, al extremo que este se vio obligado a “tomar distancia” con el Presidente venezolano y a mostrarse más cerca de Lula da Silva, el ex Presidente de Brasil. La prensa sipiana, desde luego, aprovechó la coyuntura para esparcir a los cuatro vientos que Ollanta estaba más cerca de Lula que de Chávez, lo cual para ellos era un verdadero triunfo. ¿Será?

Si queda una pizca de honestidad política en los sectores fundamentalistas de la derecha sipiana continental, lo que en verdad debe estar preocupándoles es que cada vez es más evidente que los pueblos buscan salidas, están hartos de la derecha pelucona, ya no les creen a los viejos líderes de la derecha y a sus otrora poderosos partidos políticos. Así, el señor Kushinsky (así creo que se escribe) que hasta tiene la imagen de “gringo bueno” fue relegado a un tercer lugar, muy lejos de la japonesa-peruana. El pobre señor Toledo, que otrora explotó y bien su traza de mestizo, casi indígena, quedó relegado a un modestísimo cuarto puesto después de haber estado liderando (según la comunicación sipiana) las preferencias electorales. Y ni qué decir de los restante postulantes, en especial del señor Castañeda, un político de nuevo cuño pero que se ha identificado más con la derecha peruana.

Hagan lo que hagan (está abierta la feria política en el vecino Perú) pero, lo cierto es que las elecciones en referencia, viéndolas bien, son un grito contra el sistema, una alerta de que anda suelta la espada de Bolívar para lograr la segunda independencia. Y este alarido no puede ser olvidado por América Latina, en especial, por el y la candidata que han pasado a la segunda vuelta. Por qué si ello pasa, en Ecuador tenemos un caso reciente: el del coronel Lucio Gutiérrez, el que ganó unas elecciones con un discurso de izquierda, revolucionario; y que antes inclusive de posesionarse se preocupó por declarar y ser el mejor amigo del señor Bush hijo y muy especialmente del señor Álvaro Urive Vélez y sus “falsos positivos” y sus fosas comunes y sus paramilitares Asesinos.

Si sumamos los votos de Humala (cerca del 32%) y de la señora Fujimore (23%), encontraremos que hay como una especie de pobres + miserables + desupados + oportunistas + arrepentidos. En cuanto a las bases “humalistas” no hay duda que se trata de un pueblo que quiere reivindicarse, que quiere vivir bien. En cuanto a las bases de la señora Keiko, nos pareció que, a más de resentidos por lo que le pasó a su líder (Alberto Fujimore) pues también hay una buena base de pobres y miserables que quieren vivir mejor

Y eso está contra los más elementales cánones del sistema neoliberal. Por algo, la llamada clase alta, para vivir bien, necesita que la mayoría esté en la pobreza y en la miseria, a fin de poder explotarla sin compasión

* Periodista.

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