Miradas sobre la emergencia en El Salvador

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Joel de Jesús Merino, 24 años: “Pasamos una desgracia: se rompió la borda y por eso se inundó todo. Unos salieron a los albergues y otros nos quedamos en las casas; es difícil dejar las cosas que nos han costado tanto: una cama, unas gallinas, la ropa… Yo perdí una manzana de milpa que sembré para la comida de la familia. Ahora tengo que hacer un esfuerzo para cultivar en verano, en el mes de febrero. Los víveres que nos han traído de diferentes partes nos ayudan más de lo que se imagina, nos sacan del apuro. Gracias a la ayuda solidaria salimos con la necesidad del día; ha sido una gran bendición. Las semanas que siguen ya es otra cosa, que puede resultar más crítica”.

Presentación Carrillo, 58 años: “Uno de los problemas que tuvimos es con la instalación de los albergues; no están debidamente acondicionados. Una de las promesas del anterior presidente de CEL fue la construcción de albergues permanentes, que reunieran todas las condiciones de seguridad, higiene, salud, alimentación y otras necesidades. Hemos intentado hablar con el nuevo presidente para tratar de nuevo el tema, pero no ha sido posible. Una vez que pase la emergencia, hay que exigir el cumplimiento de esa promesa”.

¿Qué ponen de manifiesto estas miradas? Revelan, en principio, una historia de sufrimiento, exclusión social y penurias; pero también una práctica de resistencia organizativa que los hace pueblo en el sentido estricto del término. Y desde una perspectiva teórica, revelan que la pobreza en la que vive un buen número de familias salvadoreñas no es un infortunio ni un destino, sino una condición histórica que puede y debe ser transformada. Reflejan también un modo que se está haciendo habitual entre la ciudadanía para responder al desastre: con actitudes organizativas, solidarias y compasivas. Muestran, además, la necesidad no solo de mitigar el impacto de los desastres ecológicos, sino de buscar estrategias de Estado para enfrentar con más profundidad las vulnerabilidades estructurales. Una vez más constatamos la importancia de una de las intuiciones fundamentales de Ignacio Ellacuría: “Son las mayorías y su realidad objetiva el lugar adecuado para apreciar la verdad o falsedad del sistema social vigente”.

*Director de Radio YSUCA (El Salvador)

 

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