Con dificultades comenzó la versión chilena de la Misión Milagro. El vuelo charter debía partir a las 22 horas del sábado 29 de abril de 2006, pero se retrasó hasta la madrugada del domingo ante la abrupta decisión de la autoridad aeronáutica peruana de prohibir el aterrizaje en Lima para reabastecer combustible.
La medida peruana se tomó en el marco de lo que puede considerarse una retaliación ante la decisión venezolana de retirarse de la Comunidad Andina, por una parte, y los ácidos intercambios verbales entre el presidente Chávez y Alán García y el propio presidente Toledo, por otra.
En el de venezolano viajaron 94 enfermos para operarse de los ojos en Barquisimeto. Con ellos fueron los médicos chilenos Oriel Núñez, Vilma Sánchez y Camilo Bass. También viajaron otros 11 acompañantes de los pacientes niños y ancianos que abordaron el vuelo charter, que en total transportó a 108 pasajeros, más tres tripulaciones.
Entre los pacientes viajaron personas de diferentes edades, desde dos niños menores, los hermanos Lara, y un anciano de 85 años, Filadelfo Marchant Ponce.
El Embajador de Venezuela en Chile, Víctor Delgado, explicó el impasse a en la tarde del lunes, desde Barquisimeto:
«Después de abordar y comenzar el taxeo o rodaje a la cabecera de la pista, el centro de control le informó al piloto que Perú no autorizaba el aterrizaje en Lima porque no se había solicitado el permiso, a pesar de tenerlo por escrito. (Consideramos que fue una medida de retaliación [represalia] por parte del gobierno). El avión regreso al terminal y permaneció allí tres horas.
«Nosotros establecimos que el vuelo podría realizarse vía Bolivia», indicó Delgado. «Se contactó al Presidente Hugo Chávez, en la Habana, y se obtuvo del Presidente Evo Morales [también en Cuba ese día] la autorización vía Santa Cruz de la Sierra. Al cabo de algunas negociaciones con las autoridades peruanas de nuestro Embajador en el Perú, Cruz Martínez, se logró el permiso para aterrizar en Lima. El vuelo salió a las 01:30 de la mañana y llegó a Barquisimeto a las 12:45 de la tarde». Venezuela y Chile tienen el mismo horario durante esta época del año.
Los médicos de Barquisimeto tenían dispuesto comenzar a operar a los pacientes chilenos a partir del lunes, durante el feriado del Primero de Mayo, a razón de 30 enfermos por día. El regreso de los 94 beneficiarios de la Misión Milagro está previsto para el próximo domingo 7 de mayo.
El aparato venezolano arribó a Chile el sábado, por el aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago, después de dejar en Guayaquil a otro contingente de pacientes ecuatorianos operados en Maracay. En el primer tramo de su viaje, la nave se reabasteció normalmente en Lima.
«Todavía no puedo creer que ya estemos viajando gratis para operarnos de los ojos en Venezuela», comentó esta madrugada Norma Hernández, enferma de pterigión, de 54 años, una más entre los 94 pacientes que viajaron a operarse a Venezuela. La mujer formuló su comentario cuando ingresaba al área restringida de Policía Internacional, junto a otros enfermos de cataratas y pterigión que realizaron su primer viaje al exterior para ser operados en el Hospital Central de Barquisimeto, Venezuela.
Los pacientes de esta primera experiencia chilena de la Misión Milagro fueron seleccionados entre más de 200 postulantes de los municipios populares que rodean ciudades populosas como Santiago, Valparaíso y Concepción. También hay pacientes del sector rural de La Ligua, famosa por sus dulces y tejidos de lana. Los exámenes previos fueron efectuados por los médicos voluntarios chilenos asistidos por las doctoras venezolanas Nevis Navas, jefa del departamento de oftalmología, y Adriana Barreto, oftalmóloga especialista en retinas, ambas del hospital de Barquisimeto, informó el embajador Víctor Delgado, quien viajó antes a Venezuela para recibir al grupo en Barquisimeto. También viajó antes a Chile Linda Amaro, coordinadora médica de la Misión.
Los enfermos proceden de los municipios de Lo Espejo, Maipú, Peñalolén, La Granja, La Pintana, Cerro Navia, Pedro Aguirre Cerda (PAC) y otras comunas densamente pobladas de Santiago. Los viajeros de Concepción incluyen, además, a pacientes de Talcahuano y Coronel. Las municipalidades de La Ligua, Lo Espejo, Peñalolén y PAC colaboraron con autobuses, minibuses y automóviles para trasladar a viajeros y acompañantes al aeropuerto.
Hasta el 3 de marzo de 2006, el hospital de Barquisimeto había realizado 1.278 de las 10.805 intervenciones quirúrgicas efectuadas por la Misión Milagro en hospitales venezolanos. Las patologías dominantes fueron el pterigión (41,8%) y las cataratas (32,3%), intervenidas en pacientes de Venezuela (87,4%), Colombia (6,3%), Ecuador (3,6%) y enfermos de Perú, República Dominicana, Bolivia, Brasil, Uruguay y El Salvador. En la mayoría de los casos hubo necesidad de cirugías bilaterales, en ambos ojos.
La Misión tiene programados otros dos vuelos charter con pacientes chilenos para los próximos meses, con una meta de 500 intervenciones para 2006, explicó el embajador Delgado. El programa, que ya operó de la vista a 150.000 venezolanos en hospitales cubanos, se propone operar a 3 millones de pacientes en Cuba y a otros 3 millones en Venezuela, a un ritmo de 300.000 intervenciones quirúrgicas anuales por país en un plazo de 10 años. El programa beneficiará también a 150.000 estadounidenses pobres, 22.000 bolivianos y miles de otras nacionalidades.
Delgado aseguró que Venezuela está preparada para operar a 300.000 enfermos en 2006, con un 85% de pacientes venezolanos y unos 45.000 latinoamericanos. El valor comercial de esta operación bordea los 7 mil dólares, incluyendo transporte, alojamiento y alimentación, pero la Misión Milagro devuelve la vista gratuitamente a sus ‘clientes’. La intervención quirúrgica se realiza en 7 minutos. En el programa, llamado también “Hágase la Luz”, participan médicos cubanos y venezolanos.
Las intervenciones ya realizados también han incluido casos de ptosis, estrabismo, miopía, trasplante de córnea, retinopatía diabética, glaucoma, desprendimiento de retina y otras patologías de menor frecuencia. Una condición exigida en las primeras intervenciones de pacientes chilenos fue la ausencia de diabetes e hipertensión para evitar complicaciones post-operatorias de los pacientes.
Las patologías intervenidas con mayor frecuencia son el pterigión, llamado también pterigium, y las cataratas. El pterigión consiste en una invasión de tejido fibro vascular en la córnea, desde la conjuntiva del lado interno del ojo, aunque también suele presentarse en la superficie externa de la córnea. La catarata es una patología que opaca el cristalino del ojo, que debe mantenerse claro y transparente. La enfermedad, que se adquiere a mediana edad, rara vez es congénita.
Los pacientes de Santiago se congregaron en su respectivo municipio para emprender juntos el viaje. Entrevistada en su hogar en La Granja Norma Hernández, madre de cinco hijas de 15 a 24 años, quien contrajo el pterigión hace unos 10 años, dijo: «Al principio no pensé que era una enfermedad. Pero después supe que la operación era cara y delicada: nunca me la pude hacer». añadió.
El grupo de La Granja, integrado por 16 personas más sus familiares y acompañantes, se concentró en un colegio privado para niños con problemas de lenguaje, facilitado por su dueño, Omar Gallano, quien brindó café y galletas. Luego, los viajeros partieron en minubuses escolares del mismo establecimiento.
Jackeline Guzmán, de 36 años, separada y actualmente desempleada, madre de dos varones, contrajo cataratas a los 12 años, pero tuvo que esperar porque la dolencia es operable a la edad de 35 años. Pero los médicos del programa establecieron, como en muchos otros casos, que padece pterigión, una patología que no está incluida en los programas del llamado Plan Auge del sistema de medicina pública de Chile.
El sistema incluye las cataratas, pero fija un tiempo de espera mínimo de 6 meses. La mayoría de los enfermos ignoran esa posibilidad de la medicina pública municipalizada por falta de información. Jackeline se considera afortunada, porque además viaja por primera al exterior.
Carlos Rojas Albornoz, de 45 años, también de La Granja, recibió el diagnostico a los 30 años, pero no tuvo oportunidad de tratarse. Vivió exiliado en Argentina desde 1988. Audolia Aguilar, 70 años, de Cerro Navia, un municipio popular de 150.000 habitantes, se declaró eufórica, al igual que su vecino Filadelfo Marchant, de 85 años, paciente de cataratas.
Mónica Berríos, activista chilena del Congreso Bolivariano de los Pueblos, contó que durante la selección de los pacientes se presentaron situaciones divertidas, como una anciana que expresó ‘su preocupación por temor a que este viaje encubriera trata de blancas’. Entre carcajadas, otro anciano le replicó que en tal caso más bien debería mostrarse contenta y no preocupada. La cónyuge de otro paciente telefoneó a la Embajada de Venezuela para asegurarse que su pareja no sería retenida en ese país por no tener cómo pagar la cirugía.
Los pacientes de esta primera experiencia se reunieron en el Parque Bustamante de Santiago, donde arribaron buses y minibuses provenientes de sus ciudades y municipios. Los viajeros de La Granja llevaron un cartel que humorísticamente rezaba ¡A la vuelta nos vemos! La mayor dificultad que tuvieron en el aeropuerto fue llenar los papeles, porque obviamente no veían la letra pequeña de los formularios.
Los enfermos se volverán a ‘ver’ con sus familiares y amigos el próximo domingo siete de mayo, cuando regresen curados.
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* Periodista y escritor chileno.
Este artículo se publicó originalmente en Argenpress, agencia de informaciones independiente argentina
(www.argenpress.info.
Más información sobre la Misión Milagro en: www.misionvenezuela.gov.ve.
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