Mientras dos millones de egipcios se movilizaban en distintas ciudades del país reclamando su renuncia inmediata al gobierno, el presidente Hosmi Mubarak anunció que no renunciará a su cargo hasta las próximas elecciones y pidió al Parlamento que adelante la fecha prevista para septiembre. En un mensaje emitido a través de la televisión oficial afirmó que quiere liderar la transición reclamada por la oposición, anticipó reformas a la Constitución y, después de más de 300 muertos según la ONU, le pidió a la Policía que respete las libertades de la población.
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