Nadie a salvo. – LA GUERRA DEL COMANDO SUR

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

El 24 de marzo del 2004, en testimonio ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense, el general James T. Hill, Jefe del Comando Sur –el mando basado en La Florida y «responsable» de América Latina– explicaba:

«Nos enfrentamos a dos tipos principales de amenazas en la región: un conjunto establecido de amenazas descrito detalladamente en años anteriores, y un conjunto naciente que probablemente levanta cuestiones serias durante este año».

Las amenazas «tradicionales» son «de los narcoterroristas y sus semejantes; una amenaza creciente al orden y a la ley en las naciones, socias de pandillas urbanas y otros grupos ilegales armados, que son generalmente ligadas también al comercio de drogas; y una amenaza menor pero sofisticada de grupos radicales islámicos en la región». Luego especificó: «Los que apoyan a los grupos radicales islámicos, desde el Caribe al área de la Triple Frontera de Paraguay, Argentina y Brasil, llevan a cabo actividades para recaudar fondos».

Mientras estas amenazas persisten, según Hill, «se les complementa ahora una amenaza emergente mejor descrita como el populismo radical, en que el proceso democrático es socavado para disminuir más que proteger los derechos individuales.
Algunos líderes en la región están sacando provecho de las frustraciones profundas derivadas del fracaso de las reformas democráticas en hacer llegar los bienes y servicios anticipados.

«Utilizando estas frustraciones, que se dan concurrentemente con las frustraciones causadas por la inequidad social y económica, los líderes pueden al mismo tiempo reenforzar sus posiciones radicales inflamando el sentimiento anti-estadounidense. Además, otros actores buscan socavar los intereses de los EEUU en la región apoyando estos movimientos».

Fracaso del «modelo»

La CIA también reconoce el fracaso del modelo económico imperante en estos años y el peligro de las resultantes frustraciones. Según Antonia Juhasz en su libro, The Bush Agenda –Invading the World, One Economy at a Time 1, cada 5 años la CIA hace un estudio para predecir las amenazas más serias a la seguridad de los EEUU para 15 años en el futuro.

El informe del 2000 dijo:

«La marea creciente de la economía mundial creará muchos ganadores económicos, pero no levantará todos los barcos (…) Resultará en conflictos aquí en EE.UU. y en el exterior, asegurando una brecha aún más ancha entre ganadores y perdedores regionales que la que existe hoy (…)

«Regiones, países, y grupos que se sienten abandonados en el atraso van a enfrentar un estancamiento económico, inestabilidad política, y alienación cultural que se profundizan. Van a alentar el extremismo político, étnico, ideológico, y religioso, junto con la violencia que frecuentemente lo acompaña»2. Juhasz presenta también un estudio más reciente de la CIA, publicado en 2005. Allí predice que las características significativas del mundo del 2020 probablemente incluirán «un sentido más extenso de la inseguridad, incluyendo el terrorismo (…)

Los beneficios de la globalización no serán globales (…) Aún en países ganadores persistirán grandes areas de pobreza (…) La brecha entre los que tienen y los que no tienen ampliará (…) La globalización sacudirá profúndamente el statu quo — generando enormes convulsiones económicas, culturales, y consecuentemente políticas».

Para agregar: «»Los factores claves que produjeron el terrorismo internacional no muestran indicios de disminuir durante los próximos 15 años»3.

La estrategia militar de los EEUU responde a la protección de sus intereses

Así concluyó el general Hill:

«Estoy orgulloso del esfuerzo hecho por los hombres y mujeres del Comando Sur durante el año pasado. Han sido capaces de proteger nuestros intereses en al area de responsabilidad mientras la atención de la nación estaba enfocada en otro lugar (…)
Estos éxitos, sin embargo, tal vez no sean suficientes para parar el crecimiento del populismo radical y de la insatisfacción popular en algunos países donde las reformas han fracasado en solucionar los ayes por la miseria social y económica subyacentes….»

Termina con la promesa de «continuar trabajando diligentemente» para mejorar «la seguridad, y resultante salud económica y social, de todas las Américas…». La referencia obligatoria al mejoramiento de las condiciones de vida se contradice por el testimonio dado por el mismo militar.

Agradeciendo al Comité del Congreso por su apoyo al Comando Sur, el general describe su obra como «una buena inversión de sus dólares y de su confianza». Podríamos observar, de hecho, que el Comando Sur pretende ser una «inversión» en un futuro hemisférico que sea un paraíso para las Corporaciones multinacionales, principalmente las de EEUU.

A nivel mundial, la política económico-militar de EEUU se define en el documento oficial Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América (septiembre de 2002), que afirma: «Vamos a trabajar activamente para hacer llegar la esperanza de la democracia, desarrollo, mercados libres, y comercio libre a cada rincón del mundo».

Juhasz y otras personas describen esta cruzada moderna a imponer mercados libres, comercio libre, privatización, etc., como la «militarización de la globalización» , especialmente evidente en el gobierno de Bush. Las alianzas y «ayuda» militar de EEUU a otros países sirven para esta finalidad, y van fortaleciéndose, según Hill:

«Estas amenazas tradicionales y emergentes se dan en Estados de la región marcados generalmente por instituciones débiles y economías en lucha. Esta resultante fragilidad del control estatal puede desembocar en lugares y pueblos malgobernados o sin gobierno, corrupción, y clientelismo (…) Debemos mantener y ampliar nuestros contactos de sistema militar a sistema militar como un medio para institucionalizar irrevocablemente el profesionalismo de los sistemas militares con que hemos trabajado tan estrechamente durante las últimas décadas.

«Estamos ayudando a los esfuerzos de nuestras naciones socias a dirigirse a estas amenazas y a los actores estructurales subyacentes (…) Esta región del mundo (…) requiere de una atención creciente en el año venidero (…)

«El sentimiento anti-EEUU también inquieta a nuestras naciones socias, pues líderes electos tienen que tomar en cuenta los puntos de vista a veces muy fuertemente vocalizados de sus constituyentes (…) Vamos a mantener la vigilancia. Vamos a (…) promover una creciente cooperación en seguridad».

Para muchos, la obligación de los líderes a escuchar a sus electores es un aspecto positivo de la democracia, aunque sea preocupante para el Comando Sur.

Dice el comandante de la Escela de las Américas…

Para los líderes militares de los EEUU, la «cooperación en seguridad» quiere decir apoyo activo a la política exterior de Washington. El coronel Roy R. Trumble, comandante saliente de la Escuela de las Américas del Ejército de EEUU4, en su discurso durante el cambio del mando, 17 de julio de 1998, dijo:

«Esta organización (la Escuela de las Américas) ha sido el eje para la estrategia militar de EEUU en América Latina por más de 50 años. Hemos ayudado desde el Comando Sur a vencer el fascismo en la era después de la Segunda Guerra Mundial; luego ayudamos a vencer a las insurgencias comunistas ampliamente difundidas por Castro; y ahora estamos ayudando a parar el flujo de drogas a nuestro país…»

No sabemos qué dominio tiene este coronel de la historia de su propio país, o qué perspectiva histórica se enseña en su Escuela: ¡la verdad es que Washington ha apoyado los golpes y dictaduras fascistas por más de 50 años! Su interpretación de la guerra en El Salvador sorprendería mucho a los combatientes salvadoreños de ambos bandos, pero revela su propio punto de vista y tal vez el de muchos en Washington:

«En América Central 20.000 salvadoreños entregaron sus vidas porque EEUU les pidieron luchar contra la insurgencia apoyada por Castro. Enviamos a 5.500 asesores y entrenadores allá para ayudar a ganar este importante capítulo en la Guerra Fría (…)

«En el fondo se reduce a esto: ¿vamos a mantener nuestro compromiso con los soldados estadounidenses que cumplieron su deber honradamente allá y con los soldados latinoamericanos que llevaron a cabo los objetivos de nuestra política exterior? No voy a olvidarme de los 20 hombres buenos de mi batallón, ni los 21 que murieron en El Salvador, ni los hombres y mujeres (graduados) de la Escuela de las Américas que llevaron a cabo la política exterior de los EEUU».

¿»Populismo radical» en el Ecuador?

La cooperación en seguridad bien puede inculcar en las fuerzas armadas de América Latina una tendencia a compartir la perspectiva del gobierno de los EEUU sobre el populismo radical. Un grupo de trabajo de las Naciones Unidas, que llegó al Ecuador para investigar el reclutamiento de posibles mercenarios para la guerra en Iraq, también analizó la presencia del ejército en las instalaciones petroleras estatales y privadas, «que al ser consideradas áreas estratégicas deben ser resguardadas por razones de seguridad».

El grupo está de acuerdo «con que se apliquen medidas para proteger los derechos de comunidades indígenas, incluida la de Sarayacu, pero les preocupa que las autoridades militares, que ofrecen servicios de seguridad a las petroleras, consideren como actos de terrorismo y sabotaje las reivindicaciones de los pueblos indígenas, en defensa del derecho a la tierra y al medio ambiente sin contaminación»5.

Aún más, en los primeros días de septiembre, después que un hombre murió atropellado por un bus del nuevo sistema de Metrovía, varias personas protestaron por las condiciones de inseguridad vial bloqueando un carril de Metrovía. Fueron arrestadas y acusadas de «sabotaje y terrorismo», cargos que llevan posibles condenas de hasta 12 años de prisión.

¿Y, será que el Departamento de Estado y el Pentágono consideran tal vez «populismo radical» del Estado» la decisión soberana del Ecuador, del 15 de mayo de 2006, de decidir la caducidad del contrato con la compañía petrolera Occidental (OXY) en represalia por la venta «bajo la mesa» de una parte de sus posesiones a una empresa canadiense sin pedir autorización del Estado ecuatoriano como requiere la ley?

Washington no solamente ha objetado fuertemente a esa decisión sino que, en represalia, ha suspendido las negociaciones con el Ecuador sobre el Tratado de Libre Comercio(TLC). «La OXY no está en ningún peligro mortal,» comenta el Business Week en un artículo titulado OXY siente calor en Ecuador , publicado el 24 de abril de 2006. «El año pasado –dice la publicación– la empresa tuvo ingresos por US$ 15.2 mil millones, de los cuales US$ 5.2 mil millones fueron ganancias. En los últimos trtes años sus acciones han triplicado en valor.

En 2005 Ray R. Irani, presidente de Occidental Petroleum Company, personalmente recibió US$ 50 millones.» El señor Irani «aprendió el negocio petrolero al lado de Armand Hammer, fundador de Occidental…», añade Business Week. Hammer fue encontrado culpable de haber hecho una contribución ilegal a la campaña presidencial de Richard Nixon.

Otra muestra de sus conexiones con la Casa Blanca es el hecho que fue perdonado por el Presidente George H. W. Bush, el padre del actual presidente. Pero las conexiones de la Occidental con Wáshington siguen firmes y fuertes: Spencer Abraham, Secretario de Energía en el primer período de George W. Bush (2001-2005), salió del gobierno para ser un director de Oxy. Sus amigos y colegas siguen en la Casa Blanca.

¿Piensa el Pentágono que otra expresión del populismo radical de Estado fue la decisión del Ecuador de ser miembro de la Corte Penal Internacional, una instancia a la que Washington se opone? Además Ecuador no ha firmado un acuerdo con EEUU que garantizaría que ningún funcionario de ese país pueda ser extraditado desde el Ecuador a la Corte en La Haya para enfrentar cargos penales. En represalia por este último acto de soberanía, Wáshington ha cortado una parte de la ayuda militar al país.

¿Es un síntoma del «populismo radical» de los pueblos la demanda histórica de US$ 6.000 millones contra Chevron introducida en mayo de 2003 por cinco grupos indígenas y 30 comunidades ecuatorianas»?

La demanda Aguinda versus Chevron, exige, según la autora Juhasz, «recompensa por la destrucción de sus casas, salud, ambiente, y medios de trabajo (…) La cantidad del petróleo crudo echado en y alrededor de su comunidad en la provincia Sucumbíos es alegadamente 30 veces más que la cantidad derramada en el desastre Exxon Valdez en la costa de Alaska en 1989 (…) Según la demanda, Texaco –que se unió con Chevron en 2001– echó 18.500 millones de galones de desechos tóxicos directamente en la selva. El resultado es una crisis galopante de salud entre las comunidades indígenas y campesinas…»

Chevron tampoco se encuentra en ningún peligro mortal. Según Juhasz «Chevron tuvo su año más lucrativo en su historia de 125 años en 2004, con ganancias de US$ 13.300 millones –casi doble sus ganancias del año anterior–. Sin embargo este record no duró mucho, pues obtuvo más de US$ 14.000 millones en ganancias en 2005 (…) En 2004 el presidente (CEO) de Chevron, David O’Reilly, personalmente recibió más de US$ 10 millones por el período».

Los presidentes de corporaciones transnacionales como Chevron tienen una enorme influencia sobre los presidentes del país – suficiente para traducir sus sueños en realidades–. En 1998 Kenneth Derr, entonces presidente de Chevron y actualmente un director de Halliburton, dijo: «Iraq tiene reservas enormes de petroleo y gas. A estas reservas me gustaría mucho que Chevron tenga acceso»6.

Más aún: la actual secretaria de Estado, Condoleezza Rice, integró el directorio de Chevron antes de su entrada en la Casa Blanca, con George W. Bush, como asesora de seguridad nacional. Un tanquero de la empresa llevaba su nombre. Gracias a la invasión y ocupación de Iraq, Chevron y otras empresas estadounidenses han realizado su deseo de tener acceso al petróleo de ese país. Pero es un acceso todavía frágil debido a la inseguridad de sus inversiones.

«Nuestro mensaje es claro: ustedes no estarán seguros hasta que se retiren de nuestra tierra, dejen de robar nuestro petroleo y riqueza, y dejen de apoyar a los gobernantes corruptos», dijo Ayman al-Zawahri –de Al-Qaeda– en un video del cuatro de agosto de 2005, refiriéndose a los ataques terroristas en el Metro de Londres el 7 de julio de ese mismo año7.

El «caso Venezuela»

Otra fuente importante de petróleo para EEUU es Venezuela. En su testimonio ante el Comité del Congreso estadounidense, el Gral. Hill observó:

«Venezuela sigue siendo una nación rica en petróleo que provee un 13% del que importa EEUU. La situación política doméstica sigue siendo extremádamente compleja, y las perspectivas del referendo presidencial están todavia en considerable duda. La sociedad venezolana está profundamente polarizada, y va a seguir así mientras el gobierno de Venezuela continúa en un camino autoritario.

«Protestas bien organizadas en las calles, con cientos de miles de participantes, se dieron frecuentemente durante el año pasado». Casi dijo gracias a Dios por la alegada polarización y las protestas «bien organizadas».

América Central

Por otro lado, «gobierno democrático sigue siendo el modelo aceptado en América Central y la región y es generalmente pro-estadounidense», según el general. Para él y sus colegas, el apoyo a EEUU es casi un elemento esencial en la definición de un gobierno democrático: «Los líderes centroamericanos han mostrado un compromiso al comercio libre y economías abiertas, y además han empezado a construir el fundamento para una mayor integración regional…»

Este compromiso en su política económica es lo que demandan Hill, y sus superiores, de todos los países del mundo: que practiquen la «democracia del mercado libre» como solía decir el ex-secretario de Estado general Colin Powell. Otro motivo de alegría para Hill en su informe es que «Honduras, El Salvador, y Nicaragua enviaron tropas para apoyar la operación Libertad Iraquí. Las relaciones actuales con Nicaragua son un testimonio del mejoramiento que se ha hecho en solo dos décadas por medio de esfuerzos pacientes y cooperativos».

Los nicaragüenses tendrían mucha dificultad en entender como pueden ser llamados «esfuerzos pacientes y cooperativos» la agresión política, económica, y militar del gobierno de Reagan a Nicaragua durante 10 años contra el gobierno revolucionario Sandinista.

«Además –continúa Hill– El Salvador provee al Comando Sur el uso del Aeropuerto Comalapa como lugar de cooperación en seguridad para los esfuerzos de contra-tráfico en toda Centroamérica, el Pacífico oriental, y el Caribe occidental. En Honduras la fuerza conjunta de tareas Bravo sigue proveyendo una base de apoyo logístico a las misiones críticas humanitarias de la región y también para combatir operaciones de traficantes ilícitos».

No podía faltar: el Plan Colombia

En agosto del 2006 el Comandante de la base militar estadounidense de Manta, Ecuador –provocando protestas de los ecuatorianos–, dijo que esta base sirve los fines del Plan Colombia, la operación de EEUU contra no solamente los narcotraficantes, sino también contra la guerrilla revolucionaria. Hill solicitó un aumento en el personal oficial en Colombia:

«Actualmente la presencia estadounidense en Colombia está limitada a 400 militares y 400 contratistas (…) El gobierno (de EE.UU.) ha solicitado (al Congreso) un aumento a un límite de 800 militares y 600 contratistas civiles en apoyo al Plan Colombia».

En resumen, Hill terminó diciendo: «Las actividades del Comando Sur en cooperación para la Seguridad expanden la influencia de los EEUU, aseguran a amigos, y disuaden a los adversarios potenciales».

Notas

1 La Agenda Bush – Invadiendo al mundo, economía por economía (HarperCollins, 2006)

2 p. 298.»Global Trends 2015: A Dialogue about the Future with Nongovernmental Experts, approved for publication by the National Foreign Intelligence Board under the authority of the director of Central Intelligence, NIC 2000-02, December 2000.

3 p. 298. Report of the National Intelligence Council’s 2020 Project, «Global Trends 2020: Mapping the Global Future,» NIC 2004-13, December 2004.

4 Institución que ha entrenado militarmente a miles de soldados y oficiales de países latinoamericanos, incluso en métodos de tortura.

5 «ONU cuestiona vigilancia militar en las petroleras». Diario Expreso de Guayaquil, 2 de sept. de 2006.

6 Juhasz, p. 178, refiriéndose a «Engagement – A Better Alternative,» discurso de Kenneth Derr al Commonwealth Club de California, San Francisco, CA, 5 de noviembre de 1998.

7 Op. cit., Juhasz, p. 291.

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* Sacerdote jesuita estadounidense. Trabaja en Nicaragua con las Comunidades Eclesiales de Base desde 1986 e integra el Comité Coordinador de la Convocatoria Mundial a Acciones no violentas de resistencia civil para poner fin a la ocupación de Iraq.
En ALTERCOM, Agencia de Prensa de Ecuador. Comunicación para la Libertad (www.altercom.org).

Sobre la Escuela de las Américas puede leerse en Piel de Leopardo el artículo de Ernesto Carmona La fomación de asesinos no descansa.

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