Néstor Francia / Las capas medias en Venezuela

1.210

Las medidas anunciadas por el Ministro del Poder Popular para la Infraestructura, Diosdado Cabello, que prohíben el cobro de IPC, tasas, cuotas, alícuotas o corrección monetaria en la venta de viviendas y obligan a los constructores a reintegrar lo que han cobrado por concepto de IPC (Resolución 110), son una demostración de que la Revolución Bolivariana apunta al beneficio social de todo el pueblo, incluidas las clases medias.

Este sector de la sociedad ha sido víctima de una gran manipulación mediática, que le hace sufrir de lo que el camarada Erick Rodríguez (ex Ministro de Salud) llama el “Síndrome de la Gata Loca”, que se refiere a un personaje de historietas que ama a alguien que le ofende y le maltrata.

Esto porque quienes han perjudicado en años recientes a las clases medias son precisamente los opositores y particularmente los medios de la derecha, que no solo les inoculan odio y veneno mental permanentemente, sino que además les han hecho daño económico con sus acciones.

El ejemplo más emblemático de esto último fue el sabotaje petrolero de fines del 2002 y comienzos del 2003. En esa ocasión, los grandes monopolios no sufrieron mayores pérdidas económicas, pero sí perjudicaron enormemente a medianos y pequeños comerciantes. Como se acercaba la época navideña, los grandes fabricantes habían colocado ya casi toda su producción en las tiendas el mes de noviembre, sobre todo aquellos productos que aumentan considerablemente sus ventas en Navidad: pinturas para el hogar, brochas, rodillos, bebidas alcohólicas, ropa, línea blanca y marrón, alimentos típicos de la temporada, juguetes y otros.

Al iniciarse el sabotaje, que incluyó el cierre de centros comerciales y algunos negocios, sobre todo en zonas de la clase media, muchos comerciantes fueron a la quiebra y numerosas personas perdieron sus trabajos, al afectarse las ventas en el mes de diciembre, cuando muchos comercios venden lo que difícilmente pueden vender en el resto del año. Pero además miles de empleados altos y medios de PDVSA (gerentes, profesionales, oficinistas), que se sumaron al paro convocado por sus jefes millonarios, algunos de los cuales están ahora al servicio directo  de transnacionales, abandonaron el trabajo y, por supuesto, fueron despedidos por la empresa.

En contraparte, las políticas económicas del Gobierno revolucionario han permitido a la mayoría de los comerciantes mantenerse a flote y hasta aumentar sus ganancias, en medio de una situación de crisis económica (que no es solo de ahora) que ha afectado a la mayoría de los países en algún grado. Otras medidas que benefician a las clases medias han sido tomadas por nuestro Gobierno: eliminación de la indexación de los intereses en los créditos para vivienda (adecuación ilegítima de los precios al índice inflacionario, inclusive en contratos ya cerrados) control económico de las tasas de interés, inflación controlada, lucha contra la especulación en precios de vehículos, eliminación del IPC y reintegro del monto de los mismos ya cobrados, etc.).

Ante eso, la burguesía y sus medios han fomentado en amplias capas de la clase media el odio racista contra los más pobres, el supremacismo de clase, el individualismo, el anticomunismo, el miedo al futuro y diversas actitudes irracionales que la han llevado a apoyar aventuras donde los más perjudicados han resultado precisamente estos sectores. Claro, también hemos carecido nosotros de una estrategia comunicacional dirigida hacia las clases medias que permita enfrentar el terrorismo mediático que las enferme. Otro asunto a resolver en esa difícil área.

Alguien debería corregir al presidente Chávez en el uso de la máxima “de cada cual según sus capacidades, a cada quien según sus necesidades”. Erróneamente, el Presidente adjudica esta frase a la etapa de transición socialista de la revolución, pero eso no fue lo que planteó Marx. La máxima socialista es “de cada cual según sus capacidades, a cada quien según su trabajo”. Esto porque el socialismo no es ni puede ser igualitario. La igualdad generalizada solo será posible con el pleno desarrollo de las fuerzas productivas y el advenimiento de la sociedad sin clases, la sociedad comunista.

Mientras existan clases sociales, la igualdad universal no es más que una utopía. El socialismo es relativamente igualitario, pero aun subsisten en esta muy larga fase de transición diferencias inevitables en los salarios y en la distribución de mercancías. En el comunismo, la humanidad habrá adquirido la capacidad de generar bienes para todos y, al no existir la división en clases, la distribución de dichos bienes será igualitaria y se hará según las necesidades de las personas. He aquí como el propio Marx aclara el asunto:

“En una fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella, el contraste entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués y la sociedad podrá escribir en sus banderas: ¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual según sus necesidades!” (subrayados nuestros)
(Carlos Marx, Crítica al programa de Gotha, 1875)

Néstor Francia es analista político.
Este análisis se publica en Venezuela, destinado básicamente a integrantes del poder legislativo, autoridades y dirigentes políticos de ese país; es un "análisis del entorno" de corte situacional. Se publica en este portal por gentileza del autor.

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.