Néstor Francia / Venezuela, la propiedad privada y las mentiras

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Uno de los signos distintivos de los voceros del capitalismo y del neoliberalismo es la defensa de lo que llaman la “propiedad privada”, refiriéndose a la de la burguesía y no a la del pueblo, que también existe y que la revolución quiere extender, a través de la incentivación y la facilitación de la adquisición de vivienda, enseres del hogar, computadoras, celulares, bienes culturales, etc…, así como del fomento de la pequeña y mediana empresa vinculadas al proyecto de transición hacia el socialismo.

 Un ejemplo de ello lo dieron los precandidatos majunches al deshacerse en promesas ante la burguesía del campo, cuando participaron en la XLVIII Asamblea Anual Ordinaria de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga). En ese aquelarre burgués, uno muy elocuente fue Antonio Ledezma, quien atacó las expropiaciones realizadas por el gobierno y denunció que hay tierras nacionalizadas, y propuso entregarle “a sus legítimos dueños” la empresa de insumos agrícolas Agropatria, anteriormente llamada Agroisleña, que fue declarada de utilidad pública por el Gobierno venezolano el 4 de octubre de 2010: “Vamos a recuperar la empresa, Agroisleña volverá a sus legítimos propietarios. A mí lo que me interesa es que empresas como Agroisleña le garanticen a ustedes (grandes propietarios ganaderos) el proterón (herbicida)”.
 
María Corina Machado acusó al gobierno de querer destruir la propiedad privada para imponerse. El gobierno “tiene que destruir lo que es autónomo, lo que es independiente”.

Por su parte, Pablo Pérez reclamó “seguridad jurídica” para que los productores no tengan que vender sus fincas, porque “no hay una estabilidad” y “unos planes acordes”.
 
César Pérez Vivas propuso eliminar la actual Ley de Tierras para “restituir la propiedad real de los productores” y aplicar el “capitalismo solidario”.

Oswaldo Álvarez Paz insistió en eliminar el Instituto Nacional de Tierras (INTI), organización que ha recuperado más de 530 mil hectáreas de terrenos.

Por otro lado, Leopoldo López fue muy claro en este sentido, al presentar en un acto público su candidatura a las primarias presidenciales de la Mesa de la Unidad. López propuso la mercantilización del sistema de salud pública bajo la figura de la cobertura de los seguros privados, y expresó textualmente “Garantizaremos un estado fuerte que abra las oportunidades para un sector privado fuerte: ¡Qué viva la propiedad privada!”.

Este es el proyecto neoliberal que ofrece la contrarrevolución a Venezuela, el proyecto privatizador para favorecer a los grandes capitales monopólicos, por medio de la eliminación de leyes y medidas revolucionarias, y la reorientación del Estado hacia los intereses de la burguesía.

Por cierto que es muy llamativo el hecho de que el candidato presidencial de Primero Justicia, Podemos y La Causa R (hasta ahora) Henrique Capriles Radonsky, fue el único que no asistió a este evento. Lo mismo ocurrió la semana pasada durante el aniversario del partido Acción Democrática, acto al que acudieron el resto de sus contendores.

Todo parece indicar que la estrategia de Capriles, quien está al frente en las encuestas sobre preferencias electorales de la base social opositora, contempla la diferenciación de los partidos llamados tradicionales y la conformación de una especie de chiripero al estilo de Rafael Caldera, para venderse como “otra cosa” y confundir a parte de los electores dándose aires de progresista, cuando en realidad es más de lo mismo de toda la oposición, y de progresista tiene lo que nosotros de curas.

Este escenario parece confirmarse con las declaraciones dadas ayer por Henry Ramos Allup en medio de la rancia “romería blanca” realizada esta vez en Barcelona. Ramos anunció que para el mes de  octubre, los partidos AD, Voluntad Popular, Alianza Bravo Pueblo, Un Nuevo Tiempo, Copei y Bandera Roja presentarán un candidato único para las primarias opositoras del próximo año. Aquí parece tratarse de una especie de frente de los partidos más importantes de la oposición (excluyendo a Primero Justicia) que podríamos denominar “Tococapri” (Todos contra Capriles).

Las estrategias parecen orientarse, por un lado, a la definición de Capriles como un candidato del “futuro”, presentando todo lo demás como el pasado, y por el otro a oponer a la relativa “popularidad” de Capriles en el campo opositor, la fuerza de las maquinarias de partidos como AD y Un Nuevo Tiempo, que acumularon juntos el mayor número de votos escuálidos en las elecciones recientes.

Esta guerra de estrategias reedita el ruido de las siguientes palabras de Julio Borges, vertidas en una de sus columnas dominicales del año 2007, donde afirmó, en un recuadro titulado “¿Hasta cuándo la vieja política?”, con una foto de Ramos Allup como ilustración: “Es increíble que a estas alturas del siglo XXI se le dé beligerancia a muchos personajes de la vieja política que lo único que hacen es sembrar frustración, desesperanza y malos recuerdos para Venezuela, además de criticar a quienes pensamos diferente a ellos…

"No hay modo de construir una alternativa y un camino distinto para Venezuela, mientras no superemos toda la influencia y vestigio de quienes heredaron un país enrumbado hacia la democracia y entregaron una democracia en bancarrota… La unidad hay que redefinirla. Unidad no es hacer una ensalada de partidos políticos; unidad es lograr interpretar el alma de los venezolanos… No pueden, los que abandonaron al país, darnos lecciones de liderazgo a quienes queremos algo diferente. Lo resumo en una frase histórica: que no vengan a llorar como niños, lo que no supieron defender como hombres”.

Duro comentario que muestra como en la oposición la procesión viene por dentro desde hace tiempo.

La oposición, siempre oportunista, se pronunció sobre el tema de Palestina en la ONU influenciada por encuestas de internet (como una de Ultimas Noticias)  que develan que más del 80% de los venezolanos respaldan la aspiración palestina de ingresar con plenos derechos como Estado a la organización internacional.  La MUD dijo respaldar esa aspiración, mas no podía faltar el “pero”. La alianza contrarrevolucionaria rechazó las “descalificaciones, lindantes con el racismo”, lanzadas por el presidente Hugo Chávez “contra Israel”.

La MUD se pronunció en un comunicado por que Palestina sea reconocida como miembro pleno de la ONU, pero sin impedir la existencia de un Estado de Israel con “fronteras seguras” y afirmó que “Venezuela debe mantener una actitud de equilibrio, reconociendo los derechos de ambas partes, asumiendo posiciones constructivas con vistas a alcanzar una paz firme y duradera”.

Por supuesto, la MUD omite que lo que genera tensiones en esa región es que no se reconozcan las fronteras de Palestina, se le mantenga en situación de ocupación militar y se pretenda encerrar a sus habitantes tras muros y barreras armadas, y también el genocidio continuado contra los habitantes del legítimo Estado palestino. En una muestra más de su hipocresía y su alineación con los más oscuros intereses del mundo, la MUD confunde a propósito las posiciones contra las políticas criminales de Israel con antisemitismo.

Es la misa política del sionismo que utiliza, tal como dijo Chávez en su ya célebre carta al secretario general de la ONU, “el chantaje del antisemitismo contra quienes se oponen a sus atropellos y a sus crímenes”, refiriéndose al Estado sionista de Israel.

En nuestro análisis del 12 de septiembre pasado dijimos, citando a José Vicente Rangel, lo siguiente: “En esa misma línea de desesperación ante la popularidad y la previsible victoria de Chávez en 2012, la oposición podría entregarse con desenfreno a la política de ‘vale todo’.  José Vicente Rangel alertó ayer que sectores de extrema derecha planean una campaña dirigida a enfatizar que el estado de salud del Presidente de la República se agravará progresivamente para crear ambiente de confusión en el país: ‘

En un laboratorio de guerra sucia de sectores muy agresivos de la oposición, donde se estuvo analizando la mejor manera de atacar al presidente Chávez, se llegó a la conclusión de que el plan más vulnerable es su salud’. Rangel destacó que la utilización de ese recurso pretendería insistir en ‘la urgencia de la transición’ bajo el argumento de una supuesta imposibilidad del mandatario nacional para seguir ejerciendo el cargo”. La advertencia de Rangel se está confirmando en todos sus puntos y cobrando mayor fuerza en momentos en que la recuperación de la salud de Chávez se ve como inminente.

Las líneas maestras de esa estrategia vienen desde el Imperio. Uno de sus voceros más conocidos, el agente mediático Carlos Alberto Montaner, asentó en un artículo que “Los gobiernos más alertas dan por descontado que el presidente Hugo Chávez morirá a corto o mediano plazo. El corto plazo son 18 meses. El mediano, 48. El diagnóstico más generalizado es que padece un severo cáncer de vejiga. Pronto se sabrá si la quimioterapia que ha recibido dio resultado o si continúa imparable el proceso canceroso. En todo caso, ante la incertidumbre, los actores principales de este drama juegan la carta de la muerte y examinan sus mejores opciones… Raúl Castro, además del complicado velorio de Fidel, que ya está previsto y planeado, ahora tiene que enfrentarse al de Chávez, mucho más incierto. Ha instruido a su poderoso servicio de inteligencia para que promueva y fortalezca un chavismo sin Chávez que continúe asignándole a la Isla el copioso subsidio venezolano que la mantiene a flote”.

Montaner no deja de vincular la “muerte” de Chávez al ataque contra la Fuerza Armada: “A la cúpula militar no parece importarle el aspecto ideológico de la revolución, sino el destino que le espera si se produce un cambio de régimen. A juzgar por la reciente denuncia del Departamento del Tesoro del gobierno norteamericano, la corrupción vinculada al narcotráfico ha calado hondo en la estructura castrense. En los círculos de Washington comienzan a referirse a Venezuela como un narco-Estado. Los mexicanos han descubierto que muchos de los aviones que transportan la droga al país proceden de Venezuela”.

Tampoco olvida volver sobre el ritornelo de la “transición”: “La mayoría del país es antichavista, pero las instituciones y casi todos los medios de comunicación están bajo control del entorno del coronel. Si éste muere, será esencial pactar y negociar la transición con una o varias de las facciones del chavismo que estén dispuestas a permitir que la sociedad manifieste sus preferencias. De esta triste historia se sale votando o matando. Lo sensato es votar y luego arreglar cautelosamente el desaguisado. Así son las transiciones”.

Pero este avispero está también muy alborotado en el patio. El columnista escuálido Fausto Masó escribió: “Chávez ha preferido su destino político a su propia salud, es su decisión. El país tiene la obligación de exigir una información científica y seria, sobre los candidatos presidenciales, la posibilidad de que si ganan las elecciones ejerzan a plenitud sus funciones administrativas. Hay que hablar sobre la enfermedad del Presidente desde el punto de vista del ciudadano. ¿Escogeremos como mandatario a un hombre enfermo? ¿O dejaremos que nos guíen las fuerzas del más allá? El discurso mágico, esa explotación de fuerzas irracionales, es un arma política terrible, aunque después Chávez pague también un precio por utilizarla, está jugando con su vida, nosotros también nos jugaremos en 2012 nuestro destino”.

Por su parte, el Coordinador Nacional de Primero Justicia, Julio Borges, aseguró que la salud del presidente Chávez sigue siendo “un misterio”, pues “nadie sabe que tiene”. Reiteró su hipócrita deseo de recuperación, pero repitió que “no se puede gobernar a control remoto”.

Antonio Ledezma puso lo suyo y aseguró que Chávez debe entregar el poder hasta que esté totalmente restablecida su salud y afirmó que debe haber un vocero calificado que dé información sobre la salud de Chávez.

Ramos Allup “exhortó” al Presidente a anunciar  “su verdadero estado de salud” pues según él, la enfermedad de Chávez se encuentra en una etapa crítica, por lo que “Diosdado Cabello y Nicolás Maduro” son los nombres que se manejan dentro del “oficialismo” para asumir la candidatura presidencial del PSUV.

Pero este sueño dorado de la contrarrevolución de que Chávez muera o quede discapacitado se esfuma cada vez más ante la recuperación que muestra el Presidente, quien aseguró que el tratamiento de quimioterapia al que fue sometido en Cuba no afectó ningún órgano y tampoco tuvo efectos colaterales. El primer mandatario indicó que está descansando y preparándose para la campaña electoral y afirmó, a despecho de nuestros enemigos, que “Vamos a ganar de punta a punta”.

Periodista.

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