New Orléans

Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Siempre quise ir a New Orleáns

sumirme en su carnaval de pechos abiertos

bajo las gotas asmáticas del jazz y el blues

danzante bajo la síncopa de un sol negro

por calles y ritmos del barrio francés

 

Siempre quise estar allí bajo la luz

del Satchmo Liroforo y su orquesta

pletórica de nubes, mariposas, peces multicolores

 

Siempre quise vagar por los campos aledaños

algodón del tiempo duro del Misisipi

con ruiseñores buffalo soldiers olvidados

 

Pero el vendaval arrecia y te sepulta

vieja ciudad de orishas y flamas medievales

con el agua tragándose tus maderas y cueros

en el torrente de la espiga de ozono que se abre

como si tronasen las trompetas y los cobres

de todos los músicos y los arcángeles

para derribar tus diques y tus bosques

 

La muerte deriva en el agua estancada

por la grava y los ríos despojados de sus corrientes

mientras los helicópteros fotografían

ese espeluznante hoyo encharcado

y su enorme esqueleto afrolatino

como si sobrevolaran el Tigres o el Eufrates

con sus bocanadas de fuego homicida

 

Así aparecés en las pantallas

extensa escena del crimen escamoteada

para el consumo de clientes del fast food

y del correteo de supers y aeropuertos

como si la bota yanqui que desde siempre desdeña

a los cosechadores del viento y de la lluvia

no hollara la “sombra sonora del futuro”1

1 Eunice Odio, también.

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* Escritor costarricense. Del poemario en preparación KABANGA.

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